Latinoamérica, una de las zonas del mundo que ha sufrido más la guerra antidrogas, se puso el año pasado a la vanguardia en la legalización de la marihuana, principalmente para uso medicinal, liderada por Uruguay, el único país con un sistema integral de regulación del cannabis.
Esa nación puso en marcha en julio del 2017 la venta de marihuana de uso recreativo en farmacias, a un precio de unos 6 dólares el paquete, con lo que completó la regulación de la ley aprobada en diciembre de 2013 bajo el gobierno de José Mujica (2010-2015).
Con esta iniciativa, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en controlar la marihuana desde su siembra hasta su venta al público, con tres vías de acceso a la sustancia excluyentes entre sí: cultivo doméstico, clubes de cultivadores y compra en farmacias.
Según datos oficiales, al 10 de diciembre pasado había 17.536 inscritos como compradores, 7700 autocultivadores y 71 clubes de membresía.
A esto se sumó en octubre la habilitación gubernamental de la venta también en farmacias de productos elaborados a base de cannabis para uso medicinal.
Un camino, como era de esperarse, no exento de trabas y controversias, desde las pocas farmacias que se unieron al plan (12 en solo 8 de los 19 departamentos del país) y que a mediados de agosto entre el 50 % y el 70 % de los uruguayos se mostraban contrarios a esta normativa.
Pese a esto, es “muy positivo el movimiento hacia reformas de las políticas represivas sobre drogas en América Latina. (…) Esas políticas no han permitido reducir el tamaño del mercado ilícito”, dijo desde Londres Marie Nougier, jefe de Investigación y Comunicaciones del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC, en inglés).
Siguen el modelo
Esas reformas las han seguido otros países como Paraguay, el mayor productor ilegal de marihuana de Suramérica, donde el pasado 5 de diciembre el Senado aprobó una ley para reglamentar la producción y uso del cannabis y sus derivados para la investigación médica y científica, que ahora tendrá que ser rubricada por el Ejecutivo.
Tres semanas antes, Perú promulgó una normativa que regula el uso medicinal y terapéutico de la marihuana y sus derivados, como el aceite de cannabis, para aliviar los síntomas de enfermedades como el cáncer, la epilepsia y el Parkinson. El Gobierno cuenta desde entonces con 60 días para elaborar su reglamento.
Aunque estos son los pasos más recientes, los avances vienen desde comienzos de 2017, con el registro en enero por primera vez en Brasil de un medicamento a base de cannabis que sirve para tratar la “rigidez excesiva de los músculos en pacientes con esclerosis múltiple”.
De igual forma, en abril del mismo año el Gobierno colombiano reglamentó el uso médico y científico de la marihuana a través de un decreto que permite emplear la semilla de la planta de cannabis para procesos científicos.
Más consumidores
Chile que, según una encuesta de 2017 de la Universidad Andrés Bello y la Universidad de Londres, es la nación latinoamericana que más consume marihuana, se convirtió en mayo en el primer país de la región en vender en farmacias medicamentos a base de cannabinoides.El país austral cuenta con una ley que ampara el cultivo de la planta para “su uso personal exclusivo y próximo en el tiempo” y desde diciembre de 2015 dispone de una legislación que autoriza la elaboración y venta de medicamentos derivados de la marihuana, aunque su costo es muy alto.
En México, a mitad del año pasado se publicó el decreto que legalizó la marihuana para uso terapéutico en todo el país, aunque todavía está pendiente su reglamentación.
Sobre el tema regulatorio, “las decisiones políticas deben estar fundamentadas en evidencia científica consistente, en aras de identificar cuáles derivados canábicos son útiles, en qué dosis y modos de administración, y para cuáles problemas específicamente”, afirmó Luis Alfonzo, asesor regional sobre Uso de Sustancias Psicoactivas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Pensando en esto, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, firmó en julio la ley que regula el uso medicinal del cannabis, algo que consideró que atiende un asunto de salud pública “mientras que mantiene todas las salvaguardas para proteger a la ciudadanía en general”.
Argentina reglamentó en septiembre pasado la ley que permite el uso medicinal de la marihuana, una medida que garantiza a ciertos pacientes el acceso al aceite de cannabis y en Panamá el debate se acrecentó desde que en julio se presentó una iniciativa legislativa para legalizar el consumo de marihuana líquida con fines medicinales, tras lo que el Gobierno pidió en noviembre no confundirlo con el consumo recreativo.
Colombia, sí a uso medicinal
En abril de 2017, mediante el Decreto 613, el Gobierno Nacional dio los primeros pasos en materia de reglamentación de la Ley 1787 de 2016, mediante la cual se creó un marco regulatorio que permite el acceso seguro e informado al uso médico y científico del cannabis y sus derivados en el territorio nacional.
El objetivo de la norma, se explicó, no es la legalización de la marihuana o uso recreativo, sino reglamentar su uso médico y científico, que permita el tratamiento de pacientes con enfermedades graves o terminales.
Siete estados de Estados Unidos, en la misma ruta
El estado de Vermont, Estados Unidos, está a un paso de legalizar el uso de la marihuana con fines recreativos, después de que la Cámara de Representantes local aprobara el pasado jueves una ley en ese sentido, informó la prensa local.
Por 81 votos a favor y 63 en contra, la cámara baja aprobó a última hora de la tarde un proyecto de ley que permitirá la venta de pequeñas cantidades de dicha droga a personas mayores de 21 años.
El proyecto todavía debe ser aprobado por el Senado estatal, pero el gobernador de Vermont, Phill Scott, ya habría manifestado su intención de sancionar la ley en caso de que reciba el visto bueno de la Cámara Alta.
De salir adelante el proyecto, Vermont se convertiría en el séptimo estado del país norteamericano que legaliza la venta de marihuana para uso recreativo.
Por el momento, la venta de la yerba con estos fines es legal en los estados de Alaska, Colorado, Nevada, Oregón y Washington.
En Maine también es legal poseer una dosis personal, aunque todavía no se ha autorizado la venta al detalle, que se espera se inicie a mediados de este 2018, mientras que en Massachusetts será legal a partir de julio próximo.
Esta votación se produjo menos de 24 horas después de que el gobierno de Donald Trump tumbara una norma aprobada por el expresidente Barack Obama que impedía la interferencia federal en las decisiones de los estados respecto a la relajación de las leyes contra esa droga.
En ese sentido, el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió el pasado miércoles un memorando en el que encomendaba a los fiscales de ese país regirse por la legislación federal y a seguir los principios establecidos para perseguir las actividades relacionadas con la marihuana.
La decisión del Gobierno federal se produjo apenas tres días después de que entrara en vigor una ley similar en el estado de California, donde se estima que este negocio genera 7200 millones de dólares en ventas de marihuana legal en California y 1000 millones de dólares en impuestos.
A su vez, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, describió como “un retroceso” la decisión del Departamento de Justicia de que Trump pueda interferir en el uso de la marihuana en dicho país para uso medicinal o recreativo.