El Cultivador 13

mundo cannábico 84 Después de alimentar nues- tros cuerpos y almas, carga- mos los coches y conducimos de regreso a Nine Miles, donde nos reuniremos con el cultiva- dor orgánico de ayer. Desde su casa seguimos conduciendo, hasta las montañas, entre las matas. La sucia carretera se vuelve muy empinada y angosta. No pasa mucho tiempo antes de que tengamos que dejar el 4x4 y continuar a pie. Cami- namos durante aproximada- mente una hora hasta que llegamos a un terreno, oculto entre las hierbas altas y casi invisible a los ojos a una dis- tancia de unos cientos de me- tros. Las plantas son muy sativas, autóctonas locales (se parecen un poco a la Santa Marta que encontramos en San Vicente hace unas sema- nas, pero con un olor más afrutado y dulce). Nos dicen que esta es una de las prime- ras zonas donde se cultivó cannabis en Jamaica, lo ha- cían los esclavos que se esca- paban de las plantaciones y venían aquí a esconderse, hace trescientos años. Después de grabar una cuan- tas escenas para el documen- tal, caminamos a una choza construida cerca del terreno y nos sentamos a comer y a fumar. Los cultivadores nos preparan té de ganja usando hojas y cogollos. Es un té me- dicinal que usa la gente de por aquí desde hace siglos. Tiene propiedades antiinflamatorias y antisépticas y te da un subi- dón más alto que una cometa. Maravilloso. Estamos impre- sionados con este equipo, están muy concienciados con la causa rastafari y son fieles a sus creencias. Es raro encon- trar gente así estos días. Cuando estamos descansa- dos, caminamos de regreso a los coches, entonces conduci- mos de vuelta para dejar al equipo local. Queremos llegar a Puerto Antonio esta noche, así que no podemos perder tiempo. La carretera no es demasiado mala pero hay muchos cami- nos que enlentecen el camino. Cuando tenemos hambre, pa- ramos a tomar pollo jerk y un porro al lado de la carretera. Llegamos a Puerto Antonio al atardecer, cansados del largo y retorcido viaje. Nos re- gistramos en un hotel donde Arjan y yo ya habíamos estado en nuestro viaje de expedición, luego vamos a cenar en una pizzería de la ciudad. Después de cenar, unas copas, unos porros y a dormir. Mañana iremos a buscar a Blacka. Es un cultivador que conocí cuando tenía 17 años y al que nos encontramos hace un par de meses durante nues- tro viaje de expedición. No tiene plantas en este mo- mento, pero nos guiará a un lugar muy especial… Estamos impresionados con este equipo, están muy concienciados con la causa rastafari y son fieles a sus creencias

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1