El Cultivador

37 sexualidad - ¿Te gusta así, nena? - Sí, cariño, sigue, ¡ah, ah! Sigue así. Ahí, ahí… Es que yo no sé para qué me paga, la verdad. Por lo menos mis hijos y yo tenemos médico gratis. Y menos mal, porque cuando el pequeño se puso tan enfermo con la neumonía me ayudó mucho. Por eso le aguanto, porque después tiene esos detalles que le hacen humano. - ¡Nena, me voy a correr! - ¡Y yo mi amor, sí, sí, síííííí! - ¡¡¡Ah, ah, ah!!! ¡Laura! ¡Te quieroooooooo! - Y yo, cariño. Uf, menos mal que ha acabado, ya me estaba haciendo daño con tanto mete-saca. - Bueno, me voy a duchar que llego tarde al trabajo. - ¿De verdad te ha gustado nena? - Que sí, no seas pesado. - Es que me daba la sensación de que no estabas aquí. - ¡Vaya cosas tienes! Estaría con el vecino de enfrente, no te fastidia. Algún día se va a dar cuenta. Debería hablar con él, pero a ver cómo le digo que llevo cinco años fingiendo los orgasmos para que acabe antes. Y es que se empeña en follar por la mañana, con el tiempo justo para irme a trabajar. Y encima con el panorama que tengo en la consulta, y los niños que cuando no es uno es otro, si es que me des- pierto ya estresada, que hay días que me dan ganas de matar a alguien. O si no, se me tira encima por la noche, con lo cansada que llego… Y lo que me cuesta relajarme. Si no fuera por las benzodiacepinas que me recomendó el doctor, no podría ni dormir. Lunes. 9:00 h. Con el jefe y los representantes. - Buenos días. - Buenos días. Tenemos cita con el doctor. Aquí tiene mi tarjeta. - ¡Ah! Ustedes son los de la marihuana, ¿no? - Bueno, señorita, nosotros trabajamos con variedades de cannabis con contenido de CBD y muy poco THC, por lo que, técnicamente hablando, digamos que la planta con la que trabajamos sería una prima hermana de la marihuana que usted conoce. - Perdone, pero yo no conozco a ninguna marihuana, no me he drogado en mi vida. - Pues con lo estresada que se la ve, igual no le vendría mal probarla. - Ya tengo un tratamiento para el estrés, gracias. No olvide que estamos en la consulta de un médico. - Cierto, de hecho venimos a verle a él. Bueno, aquí le dejo esta revista por si quiere informarse mejor sobre el tema. - De acuerdo, gracias. Les acompañaré a la consulta del doctor. Que estoy estresada, ¡ja! Le cambiaba yo mi vida durante un día, a ver si sobrevivía. Despertarme, dejar contento al maromo, despertar a los niños, conseguir que desayunen y se vistan a tiempo, llevarlos al colegio sorteando los atascos, aparcar, aguantar el mal humor del jefe, solucionar alguna de sus cagadas y aguantar a los pacientes. Volver a casa, preparar la comida, dar de comer a los niños aguantando sus protestas cuando hay verdura, mediar en sus peleas, llevarles a las actividades extraescolares. Volver a la consulta, seguir aguantando a mi jefe y sus pacientes, salir, llamar a mamá y escuchar su retahíla de reclamos, recoger a los niños, escuchar sus historias, darles de cenar, acostarles y volver a dejar contento al maromo. Todo con la mejor de mis sonrisas y buen humor. ¡Venga ya! No llegaba ni al café de las 11. Bueno, a ver qué pone en esta revista. “Una encuesta en Estados Unidos a 432 personas revela que el cannabis aumenta la duración, la frecuencia y la calidad general del placer sexual en las per- sonas usuarias, ya sea en solitario o en pareja.” El de este bote lo extraen del cáñamo, no de la marihuana. ¿Ves que pone hemp ? Significa cáñamo en inglés

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