El Cultivador

La comparación no era descabellada, puesto que, como explica Manuel Villaescusa: “En el ámbito de la psicofarmacología, estas investigaciones abrieron paso a lo que ha sido la revolución neurofarmacológica de nuestra era, por la cual la psiquiatría pasó de ser una disciplina científica dominada por el psicoanálisis, al predominio actual del modelo bioquímico del cerebro, con su eficaz arsenal farmacológico para el tratamiento de las enfermedades mentales”3. Y es que, como refería el reconocido psiquiatra, J. Halpern, la LSD abrió la puerta de la investigación en serotonina. La LSD y la serotonina tienen una estructura molecular muy similar, lo que permite usar la LSD para comprender el papel de la serotonina como principal neurotransmisor cerebral, implicado en importantes trastornos, como la depresión. Así, y como también refería Grof, el potencial de la LSD era único para el desarrollo de tratamientos y terapias para sanar trastornos psicosomáticos y emocionales, para la transformación positiva de la personalidad y para la evolución de la conciencia. La muerte de la LSD Sin embargo, la vida que tenía por delante la LSD era corta y halló su fin de manos del gobierno estadounidense. Tras popularizarse en la comunidad científica, la LSD pisó la calle, convirtiéndose en el medio de experimentación en masa de los jóvenes de la época y de todo el ambiente de la creciente contracultura estadounidense y los hippies. Estos movimientos culturales que, por lo general, eran antisistema y se fundamentaban en el activismo, toparon el freno de la prensa más sensacionalista y de una sociedad y un gobierno tradicionales y conservadores. Estos hechos, unidos al escándalo que se produjo en Harvard y en el que estuvieron implicados Timothy Leary, Richard Alpert y Ralph Metzner, desencadenaron que, en 1966, el gobierno de Estados Unidos declarara a la LSD “sustancia carente de interés científico”, prohibiendo así su investigación. Entonces, en 1966, y desde que la LSD fuera sintetizada por vez primera en el 47, se habían publicado más de dos mil artículos sobre la sustancia, sin duda, la sustancia más estudiada en esos casi veinte años. Sin embargo, la sustanciamás popular entre los 50 y los 60 pasó al olvido científico a finales de esta última década y durante la siguiente. Si bien es cierto que no hubo freno para la experimentación no supervisada con LSD (en 2010, aproximadamente treinta y dos millones de estadounidenses reportaban haber consumido LSD), durante muchos años se ha mantenido unmutismo científico voluntario en lo referente a la sustancia. En muchos casos, y a pesar de la curiosidad que la LSD pudiera despertar, muchos expertos prefirieron investigar con sustancias cuya fama fuera menos escandalosa, otros optaron por desarrollar nuevas herramientas inspiradas en ella, e incluso algunos decidieron perseverar en el motivo de su interés, dedicándose a la vertientemás religiosa o espiritual de la LSD. Sea como fuere, esto supuso la metafórica muerte científica de la LSD. 41 pensamiento psiquedélico Desde que la LSD fuera sintetizada por vez primera en el 47, se habían publicado más de dos mil artículos sobre la sustancia PxHere, CC0, PxHere

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1