El Cultivador

37 literatura cannábica Copérnico, junto a Tycho Brahe, habría supuesto la base de la que partió el alemán Johannes Kepler para, a principios del siglo XVII, publicar en Astronomia Nova(1609) sus tres leyes. Con ellas ampliaba la teoría heliocéntrica copernicana con el movimiento elíptico de los planetas en torno al Sol. Poco más tarde, las observaciones de Galileo acabarían por establecer junto a las aportaciones de Kepler este modelo de universo. Sin embargo, Kepler no comprendió el origen de esas leyes que servían tanto para describir el movimiento de los planetas como el de otros cuerpos astronómicos. Sería Newton quien extraería todas las conclusiones de las leyes de Kepler enunciando la Ley de la Gravitación Universal (1685) y dando con el quid de la cuestión: los cuerpos respondían a las leyes de Kepler, se movían de forma elíptica a consecuencia de la atracción gravitacional que sufren. O, al menos, así es como la ley de la gravedad ha pasado a la historia de la ciencia, como un descubrimiento de Newton, aunque en vida el físico tuvo que disputarse la titularidad sobre el descubrimiento con Robert Hooke y ambos protagonizaron la pelotera más señalada de la historia de la ciencia. Robert Hooke, todo un genio renacentista Aunque el conflicto con Newton ha empañado la imagen que se ha tenido de Robert Hooke durante más de dos siglos, hace ya tiempo que se viene ensalzando su figura y reconociéndolo como todo un genio creativo y uno de los grandes científicos de la historia. Y no sin razón, pues sus intereses fueron tan dispares que su trabajo tocó campos tan distintos como la biología, la medicina, la física, la horología, la microscopía, la náutica y la arquitectura. Nació en 1636 al sur de Inglaterra, en la isla de Wight, y con trece años quedó completamente huérfano, con cuarenta libras en el bolsillo, siendo acogido por la Iglesia. Quizás por su mala salud, sus protectores consideraron que el chiquillo no estaba hecho para la vida contemplativa y el ámbito eclesiástico, y lo orientaron hacia la ciencia. Pronto demostró un gran dominio de las matemáticas y grandes dotes para la mecánica. Sus habilidades y su arduo trabajo fueron ayudándolo a recorrer un largo caminomientras trabajaba de aprendiz y encadenaba becas. Así fue como logró primero asistir a la escuela de Westminster y después a la universidad de Oxford. Todo un hombre hecho a sí mismo, que de unos orígenes humildes supo fraguarse el camino al éxito, para acabar codeándose con la alta sociedad de Londres. El conflicto con Newton ha empañado la imagen que se ha tenido de Robert Hooke durante más de dos siglos Ilustración de corcho, en Micrographia (Wellcomeimages, CCBY-SA 4.0, Wikipedia)

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