El Cultivador 8

50 extracciones absorción del DMT, plante- ándose la inyección por vía intramuscular del mismo. Tal presentimiento precedió el descubrimiento del meca- nismo intestinal que disuelve el DMT ingerido por vía oral –mecanismo que los indíge- nas sudamericanos habían aprendido a esquivar hace miles de años. Decidido a ir el primero, en 1956, Szára se inyectó una intramuscular de DMT, de aproximadamente la mitad de una dosis “com- pleta”: “Al cabo de 3 o 4 mi- nutos, empezaron las sensaciones visuales, simila- res a las descripciones de Hofmann y Huxley sobre el LSD y la mescalina. Era apa- sionante. Estaba claro que había descubierto el secreto.” Tras multiplicar la dosis por dos: “Los síntomas físicos hi- cieron su aparición. Ligero picor, temblores y náuseas, dilatación de las pupilas, au- mento de la tensión y del ritmo cardiaco. Todo acom- pañado de fenómenos ei- déticos, claras representacio- nes alucinatorias, imágenes o trazas de objetos percibidos visualmente, ilusiones ópticas y alucinaciones que consistían en motivos orientales de vivos colores en movimi ento. Más ade lante vi maravi- llosas escenas alterándose rá- pidamente. Los rostros de las personas parecían máscaras. Mi estado emocional llegaba hasta la euforia. Mi concien- cia estaba disuelta en alucina- ciones y mi atención quedaba firmemente ligada a ellas. Al cabo de ¾ de hora los sínto- mas desaparecieron y pude describir estos efectos.” Trabajo de campo: DMT versus LSD Szára reclutó rápidamente a 30 voluntarios, la mayor parte jóvenes colegas médi- cos de Hungría. Todos reci- bieron dosis psicodélicas. La experiencia de uno de esos DMT por todas partes. Banisteriopsis caapi.

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