13 cultivo exterior expulsa por su ano, situado en el último de sus anillos. Cuenta con una cara dorsal (“espalda”), y una ventral, sobre la que se arrastra para desplazarse. Además, contrariamente al mito que mucha gente cree, una lombriz partida en dos no da lugar a dos nuevas lombrices, sino que esta fallece, dada la gravedad de la lesión. Pero más allá de sus características, lo que nos interesa es cómo pueden estos animales beneficiar al cannabis. En primer lugar, cabe mencionar que esta planta requiere suelos aireados con una buena capacidad de retención de agua. Las lombrices favorecen ambas propiedades. Por una parte, cavan numerosísimas galerías, cuya existencia favorece el flujo de agua y aire hacia las capas inferiores del subsuelo. Mientras excavan estos túneles, los gusanos de tierra mueven la materia orgánica de un lado a otro, por lo que mezclan los componentes del suelo. Esto evita que este se endurezca y facilita el desarrollo radicular, ya que, gracias estos túneles, las raíces pueden alcanzar mayor profundidad. En los ecosistemas donde están presentes, los gusanos de tierra son los principales responsables de la descomposición de la materia orgánica, junto a los microorganismos del suelo. Estos animales cuentan con la capacidad de enriquecer la tierra de cultivo con nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo de las plantas. Durante el proceso de digestión, las lombrices fragmentan la materia orgánica en partículas más pequeñas, lo que facilita la absorción de los nutrientes por parte de las raíces de la marihuana. A su vez, sus excrementos, conocidos como humus, son ricos en nutrientes y en microorganismos beneficiosos, siendo un componente clave en muchos cultivos orgánicos. En resumen, las lombrices son fundamentales para mantener un suelo saludable y fértil, lo que se traduce en plantas de cannabis más sanas y productivas. Al fomentar la presencia de estos animales en nuestros cultivos, estamos promoviendo un equilibrio ecológico sostenible y una forma más natural de cultivar. favorecen las condiciones del suelo, ayudando a mejorar su estructura, así como sus capacidades de aireación y de retención de agua La presencia de lombrices en el suelo favorece la salud vegetal
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