47 activismo votos en contra de PSOE, PP y VOX, en las tres que tuvieron la oportunidad de llegar a ese trámite. Cierto es que los argumentos utilizados en las disertaciones que rechazaban la apertura del debate cannábico varían en función de la formación política, donde PSOE se basa más en tecnicismos y en una interpretación conservadora de los tratados Internacionales, PP con un talante más conservador, pero menos exaltado que en el pasado, y con un VOX que defiende un discurso alarmista, populista y dogmático en contra de las drogas, con argumentos, muchos de ellos, que ya han sido rebatidos por la ciencia en décadas anteriores. De otro modo, las formaciones políticas que han apoyado el Gobierno del partido socialista esta última legislatura son partidarias de una regulación del cannabis, lo que puede constituir una presión si se repite la fórmula del gobierno de coalición progresista en la próxima legislatura, sin embargo, gran parte de estas formaciones no apoyarían un gobierno de derechas. En cualquier caso, tienen que existir las mayorías parlamentarias para que una fórmula progresista vuelva a repetirse. En esta última legislatura se han presentado cuatro iniciativas para regular el cannabis en este país, una en el Senado y otras tres en el Congreso de los Diputados
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