11 cultivo exterior te ofrecerá consejos esenciales para sacar el mayor provecho de tu espacio de cultivo, alargando la temporada. Elección de las variedades Como en cualquier otro tipo de cultivo, uno de los primeros pasos que debemos dar para llevarlo a término es la elección de las genéticas que vamos a sembrar. En este proceso debemos tener en cuenta diversas consideraciones, mayormente relativas al clima. Esta estación se caracteriza por una alta humedad ambiental y temperaturas diurnas cálidas, lo cual favorece el desarrollo de hongos. Por esta razón, debemos escoger variedades que sean resistentes a ellos en la medida de lo posible. Además, en función de la dureza del invierno en nuestra zona, decidiremos qué tan largo puede ser el tiempo de floración. Si vivimos en un lugar bastante frío, lo ideal es optar por genéticas muy rápidas, para evitar que nos pille el invierno. En cambio, si estamos en un lugar donde el clima es suave, podemos permitirnos sembrar plantas que tarden un poco más. En cualquier caso, para este tipo de cultivos debemos evitar tanto las sativas puras (NLD), como las índicas puras (BLD). Las primeras toman demasiado tiempo para florecer lo cual es contraproducente para los cultivos de otoño, y las segundas, suelen ser bastante sensibles a los hongos, muy frecuentes en esta época. Las genéticas idóneas para plantar en otoño son los híbridos que combinan la rapidez de las índicas (BLD) con la resistencia a las enfermedades fungosas de las sativas (NLD). También podemos optar por autos de rápida floración o variedades fast. Además, emplear clones nos ahorrará tiempo de crecimiento, por lo que, si tenemos alguna planta madre, podemos aprovechar sus esquejes. Preparación del espacio de cultivo Cuando tengamos claro qué variedades sembraremos y si vamos a utilizar clones o semillas, procederemos a preparar el espacio de cultivo. Idealmente, lo haremos teniendo en mente que el clima otoñal puede ser bastante duro, Esta estación se caracteriza por una alta humedad ambiental y temperaturas diurnas cálidas, lo cual favorece el desarrollo de hongos Si tenemos una planta madre, podemos aprovechar sus esquejes para ahorrar tiempo de crecimiento
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