El Cultivador

35 música Love must be forgotten, life can always start up anew The models will have children, we'll get a divorce We'll find some more models, everything must run its course We'll choke on our vomit and that will be the end We were fated to pretend To pretend We're fated to pretend To pretend I said yeah, yeah, yeah” “Me siento duro, me siento bruto, estoy en la flor de la vida. Vamos a hacer algo de música, hacer algo de dinero, encontrar a unas modelos como esposas. Me mudaré a París, me pincharé un poco de heroína, y follaré con las estrellas. Tú te encargas de la isla, la cocaína y los coches elegantes. Esta es nuestra decisión, vivir rápido y morir jóvenes. Tenemos la visión, ahora, vamos a tener un poco de diversión. Sí, es abrumador, pero ¿qué otra cosa podemos hacer? ¿Conseguir trabajos en oficinas y despertar para viajar diariamente al trabajo? Olvídate de nuestras madres y nuestros amigos, estamos destinados a fingir, a fingir, estamos destinados a fingir, a fingir. Echaré de menos el patio para jugar, y a los animales y desenterrar gusanos. Echaré de menos el consuelo de mi madre, y el peso del mundo. Echaré de menos a mi hermana, a mi padre, a mi perro y mi hogar. Sí, echaré de menos el aburrimiento y la libertad y el tiempo pasado a solas. Pero en realidad no hay nada, nada que podamos hacer, el amor debe olvidarse, la vida siempre puede empezar de nuevo, las modelos tendrán niños, nos divorciaremos, encontraremos a otras modelos, todo debe seguir su curso. Nos ahogaremos en nuestro vómito, y ese será el final, estábamos destinados a fingir, a fingir. Estamos destinados a fingir.” Mucho más positiva que el ahogo en vómito de MGMT resulta la tercera canción de nuestra lista. “We Can’t Stop” es toda una invitación a una gran fiesta con cocaína, éxtasis (“molly”), sexo y diversión. La canción fue escrita y creada para Rihanna, pero ante la negativa de esta a quedársela, acabó en manos de Miley Cyrus. Era una apuesta audaz por la mezcla de estilos y, sin embargo, de primeras recibió unas críticas bastante regulares: sonaba a sencillo “instantáneo”, seguía sonando a chica Disney, era un himno de fiesta de estruendo… Como con las otras canciones del disco Bangerz (2013), Miley Cyrus se soltaba la melena y declaraba sin tapujos sus ansias de libertad. Si con “Wrecking Ball” se subió a bailar sobre una bola de demolición, con “We Can’t Stop” regaló un video plagado de twerking y de lengua fuera. Con todo, finalmente consiguió que tanto Billboard como Rolling Stone la nombraran la mejor canción de 2013. La canción dice así: “It's our party, we can do what we want It's our party, we can say what we want It's our party, we can love who we want We can kiss who we want We can screw who we want Miley Cyrus en el Bangerz Tour (karina3094, CC BY- SA 2.0, Flickr) Figura de cera de Miley Cyrus en el Museo de Madame Tussaud en Londres (Luke Rauscher, CC BY- SA 2.0, Flickr)

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