10 noticias internacionales Los desafíos éticos y los riesgos del uso de psiquedélicos en el deporte A pesar de las experiencias positivas y los estudios prometedores, el uso de psiquedélicos en el deporte suscita controversias. Actualmente, sustancias como el LSD y la psilocibina no están clasificadas como dopantes por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), pero el uso de cualquier droga en el deporte plantea preguntas éticas. Existe la preocupación de que las microdosis de psiquedélicos puedan considerarse una ventaja competitiva injusta, similar a cómo se perciben ciertos fármacos nootrópicos. Si, en efecto, estas sustancias ofrecen un enfoque mental más agudo, podrían alterar el campo de juego. Además, están los riesgos psiquelógicos y de salud asociados al uso de psiquedélicos. Aunque muchas personas reportan beneficios, algunas pueden experimentar ansiedad, paranoia o “malos viajes”, que podrían tener consecuencias adversas. Sin una supervisión adecuada o un contexto clínico, el uso de estas sustancias puede resultar peligroso, especialmente en atletas que ya enfrentan altos niveles de presión. Cuestiones legales y el camino hacia una regulación responsable El panorama legal también es incierto. Aunque algunos estados, como Oregón, han despenalizado la psilocibina para usos terapéuticos, en la mayoría de los países las restricciones sobre los psiquedélicos siguen siendo estrictas. Esto coloca a los atletas que deciden experimentar con estas sustancias en una posición arriesgada. En un entorno donde la imagen y la carrera de los atletas pueden verse afectadas por controversias, la falta de claridad sobre la legalidad del uso de psiquedélicos representa una barrera adicional. El futuro de los psiquedélicos en el deporte: hacia una aceptación regulada El uso de psiquedélicos en el deporte sigue siendo una frontera emergente que necesita exploración y análisis. Si bien los testimonios y estudios preliminares indican un potencial terapéutico, la falta de investigaciones a gran escala y los obstáculos legales y éticos hacen que su adopción generalizada sea incierta. A medida que la salud mental en el deporte gana reconocimiento y la ciencia continúa descubriendo los efectos de los psiquedélicos, es posible que en el futuro estos compuestos se vuelvan una herramienta aceptada para el bienestar mental y físico de los deportistas. Sin embargo, para que los psiquedélicos puedan integrarse de forma legítima en el deporte, será necesario establecer protocolos claros de uso y realizar más investigaciones que respalden sus beneficios y limiten sus riesgos. La aceptación de los psiquedélicos como una herramienta deportiva dependerá de un cambio en la percepción pública y de la disposición de las instituciones deportivas y de salud a considerar alternativas innovadoras para el cuidado de sus atletas. grejak (depositphotos)
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