El Cultivador 66

70 voces conscientes no siguen la norma, sino que está bien visto ridiculizarles, insultarles y mostrarles el rechazo de la manada. La comunicación Y es que los códigos de comunicación también están cambiando. De lamisma manera que, como decíamos antes, se permite la ridiculización, insultos y rechazo en los espacios privados, en las esferas públicas también se fomenta esta forma de expresión. Artículos de opinión insultando o incitando directamente al odio entre congéneres son cada vez más frecuentes en los medios de comunicación masivos y las redes sociales. Pero esos no son los únicos códigos que se están quebrando. En la sociedad a. C. los periodistas y medios de comunicación se regían por códigos deontológicos que incluían el respeto a la verdad; la libertad de opinión; el respeto a la vida privada de las personas; evitar expresiones, imágenes o testimonios vejatorios o despectivos; el principio de inocencia; el deber de contrastar las fuentes de información y los datos engañosos; la obligación de diferenciar formal y rigurosamente los hechos de la opinión o la propaganda y la prohibición de recibir remuneración por promover, orientar, influir o haber publicado informaciones u opiniones de cualquier naturaleza1. Hoy día no hay más que ver un telediario u ojear cualquier periódico para identificar la violación de al menos una de estas normas, si no todas. Pero no solo son los medios los que han cambiado las reglas de la comunicación. Jplenio (Pixabay) Es frecuente criticar a quienes no siguen la norma

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