El Cultivador

11 activismo hace muy difícil su tramitación por cuestión de tiempos parlamentarios y se intuye como un claro elemento que podría interpretarse como el intento de mimetizarse con las propuestas sociales, aprovechado como herramienta electoral por parte de algunos actores. Pero positivo es, si alguna de estas iniciativas llega a su toma en consideración, aunque sea rechazada o no haya tiempo para tramitarla, porque eso nutrirá nuestros argumentos para futuras propuestas. Una legislatura más, el cannabis se queda en el tintero de nuestras y nuestros representantes políticos, ante unas cifras de crimen organizado escalofriantes y una sociedad civil cada vez más reprimida y ahogada. Pero, ¿qué es lo que nos interesa de estas propuestas? Pues el contenido común de las mismas, que vendrían a ser los consensos sociales de regulación del acceso a cannabis con fines recreativos: autocultivo, asociaciones y grow shops; las realidades históricas que, cada vez más, requieren de una seguridad jurídica que permita desarrollar sus actividades demanera normalizada. Aunque con enfoques diversos, ese vendría a ser el consenso. ¿Pero qué se llevan los cannábicos esta legislatura? ¿Qué hemos conseguido como movimiento social? ¿Qué cambios podemos esperar a corto plazo? En primer lugar, la apertura de la agenda política y mediática ha sido un logro sin parangón para la comunidad cannábica. Aunque las leyes sobre regulación del cannabis, previsiblemente no se aprueben, marcan un precedente y una urgencia social, que pueden servir, junto al resto de propuestas que existen en el Estado español, para confeccionar un mapa de las demandas sociales y de los intereses multidireccionales en la actualidad. Pero ha habido más movimientos parlamentarios e institucionales que marcan un antes y un después para la aceptación social de la comunidad cannábica. Por ejemplo, en segundo lugar, la subcomisión para el estudio del cannabis medicinal, que ha suscitado no pocas situaciones jocosas. Aunque el informe se quede en el cajón del Gobierno, lo que es altamente improbable, se ha conseguido llevar un debate sobre cannabis más omenos informado a la sede de la soberanía popular, lo que es un indicativo de salud democrática. Ley mordaza: multas por tenencia y otros artículos También hemos conseguido cambios en las multas. La Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, más conocida como “ley mordaza”, contiene varios artículos que prohíben ciertas conductas relacionadas con drogas que se sancionan con multas de hasta 30.000 euros. Los artículos concretos van del 36.16 al 36.19, sancionando acciones como la tenencia o el consumo en vía pública, las cundas o el cultivo en terrazas y balcones. Esta ley generó polémica, en su aprobación, en su implementación y en la tramitación de sumodificación, proceso en el que nos encontramos, por vulnerar ciertos derechos fundamentales, como la libertad de expresión, el derecho de reunión y manifestación o el derecho a la intimidad, entre otros. La proposición de ley que modifica la 4/2015 fue registrada en el comienzo de la legislatura y todavía se encuentra en tramitación siendo una de las promesas troncales en las elecciones y uno de los compromisos del Gobierno con la sociedad civil. Pese a las circunstancias, las organizaciones de la sociedad civil continuaron insistiendo en la importancia de una regulación Una legislatura más, el cannabis se queda en el tintero de nuestras y nuestros representantes políticos, ante unas cifras de crimen organizado escalofriantes y una sociedad civil cada vez más reprimida y ahogada

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