El Cultivador

11 activismo (SPD) afirman lo siguiente: ‘‘Queremos que el proyecto de ley pase por el gabinete este año, lo que significa que los primeros pasos se darán este año y esperamos poder aprobar la ley en el primer trimestre del año que viene’’. Sea como sea, la legalización alemana avanza, quizás hacia unmercado similar al del tabaco (o quizás no), en el que exista un seguimiento del cultivo y una trazabilidad de la sustancia. En cualquier caso, la realidad alemana difiere del contexto español. Allí está prohibido poseer, pero no lo está consumir, incluso en público. Tampoco se pueden vender semillas, lo que dificulta el autocultivo, pese a que existe, especialmente en zonas rurales. La hierba que se puede conseguir en la calle, aunque coloca, no es de la mejor calidad y duplica, o incluso triplica, el precio de los mercados ilícitos españoles. Legalmente, la posesión de estupefacientes está penada con hasta cinco años de prisión o una multa, aunque la realidad es que el tribunal, o en instancias previas, se puede abstener del procedimiento en caso de delitomenor, si no hay un interés público, o en caso de ser para el autoconsumo en pequeñas cantidades; con posibilidad de suspender la sanción mediante tratamiento hasta dos años de sentencia. Aun siendo recurrente la aplicación de estas medidas, todo ello depende de la zona de Alemania en la que te encuentres, siendo conocida la zona bávara por la aplicación de una política de tolerancia cero. Por el momento, habrá que esperar para saber los detalles de la legalización alemana. El CSC despierta simpatías en el partido socialdemócrata, pero tienen claro que existirá una opción comercial que no sabemos si tendrá limitado el nivel de THC, medida que se está barajando entre bambalinas. En cualquier caso, las tiendas no podrán tener consumo en su interior y no podrán hacer publicidad. Voces del activismo abogan por complementar esa regulación con la autorización del autocultivo y la regulación de los CSC, donde sí podría haber consumo en su interior; y las salas de consumo seguro pueden ser una opción, especialmente para las zonas rurales. El experimento neerlandés Otro gran enigma es lo que está sucediendo en Países Bajos con el experimento de los famosos coffee shops. El gobierno acordó, en 2017, la implementación de una nueva política para hacer un experimento de producción legal que abastezca a los coffee shops para acabar con la puerta de atrás y los impactos negativos que genera. En este experimento participan diez municipios, entre ellos Maastricht, Nijmegen y Tilburg, donde todos los coffee shops están obligados a participar. Es destacable que cuatro de las grandes ciudades del país se han quedado fuera (Rotterdam, Amsterdam, Eindhoven y La Haya) y muchos de los municipios propuestos se encuentran en zonas cercanas a la frontera y que tienen implementado el weed pass. Por supuesto, no pueden acceder menores de edad, está prohibida la publicidad, toda la hierba debe estar analizada y solo se pueden dispensar cinco gramos por persona. En 2021, ya existían siete licencias para producir cannabis para estos establecimientos, pero parece que todavía no se ha puesto en marcha y la hierba legal no ha llegado a las consumidoras. El gobierno neerlandés se ha puesto un plazo de cuatro años para implementar esta prueba piloto, evaluarla y legislar sobre la producción de cannabis de los coffee shops. Alemania, Luxemburgo y Malta se reunieron en Luxemburgo para firmar una consulta de alto nivel sobre la regulación del cannabis para usos no médicos y no científicos La industria del cannabis, con unos capitales muy por debajo de estas grandes inversiones, tendrá que afrontar grandes retos si no quiere desaparecer en el continente, al igual que el movimiento social Malta aprobó una ley que regulaba el acceso a cannabis para usos no médicos el pasado diciembre

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