El Cultivador

El rebelde y maldito Rimbaud En 1871, contando Paul Verlaine los veintisiete años, uno de sus amigos le puso en contacto con un joven poeta, Arthur Rimbaud, con el que entabló una correspondencia que acabaría en invitación: Verlaine, conmovido por la maestría del principiante, le ofreció a Rimbaud un lugar en la casa de sus suegros, donde vivía junto a su esposa, como nos cuenta Vincent en Mitologías: “Un día el adolescente Rimbaud le escribió una carta a Paul Verlaine y le adjuntó varios poemas. Verlaine quedó asombrado y contestó a vuelta de correo: «Ven, querida gran alma. Te esperamos, te queremos». Junto con la carta Verlaine le mandó un billete de tren a París. Rimbaud llegó en septiembre de 1871”1. Rimbaud era de la misma edad que la esposa de Verlaine pero sus modales distabanmucho de los de esta. Además de un aspecto, que cuentan, era sucio y descuidado, tenía un comportamiento que pronto desagradó a la familia política de Verlaine, lo que hizo que, a pesar de que Paul quedara prendado de Rimbaud, se viera obligado a invitarlo a marcharse. Unas semanas después, los dos poetas se reencontraron en las calles de París. Arthur se hallaba enmalas condiciones, hambriento, mendigando y durmiendo al raso, por lo que Verlaine alquiló una habitación para él y así comenzó su relación amorosa. Paul incluyó a Arthur en sus reuniones y tertulias pero el joven salvaje y rebelde no se llevaba bien con nadie (insultaba y humillaba a sus amigos, llegando incluso a atacar a alguno) y la pareja se fue aislando cada vez más del mundo. Incluso en la prensa (tan crítica con la homosexualidad como la propia sociedad) ridiculizaban a la pareja de “sodomitas” (como los definían entonces) y se referían a Arthur como “mademoiselleRimbaud”. Mientras tanto, entre ellos dos había una pasión desenfrenada y una atracción fatal que los condujo a una relación enferma. Por lo visto, Rimbaud le daba a Verlaine: tan pronto lo torturaba, insultándolo o vejándolo, como se mostraba amoroso y dulce con él. Incluso se cuenta la anécdota de que Arthur acuchilló con navaja repetidas veces la mano de Paul como parte de un “experimento” (Rosa Montero, 2012). Todo ello, mientras se emborrachaban hasta la extenuación y vivían una vida de excesos. Luego Verlaine le daba a su mujer: le pegaba fuertes palizas, llegando en una ocasión incluso a estrangularla, tras haber lanzado a su bebé contra la pared (sobrevivió por el cobijo de las matas que lo envolvían). Ella lo perdonaba por sus promesas de reformarse, Verlaine se distanciaba de Rimbaud; y la cosa solo duraba unas semanas hasta que el bucle infernal volvía a repetirse. 39 literatura cannábica Mientras tanto, entre ellos dos había una pasión desenfrenada y una atracción fatal que los condujo a una relación enferma Retrato de Paul Verlaine, de Edouard Chantalat (Rama, CC BY-2.0, Wikipedia)

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