El Cultivador

dolor, pasión y sufrimiento, separaciones, huidas y reencuentros, vivieron el momento que marcaría el fin de su relación. Verlaine, ahora separado de su mujer y tras varias amenazas de suicidio, llamó a Rimbaud para despedirse de él porque quería enrolarse en las fuerzas carlistas españolas. Rimbaud acudió a Bruselas con celeridad y lo visitó en su hotel. Vivieron unos días de pasión y Verlaine empezó a dudar de su decisión de venir a España. La reacción de Rimbaud al cambio de idea fue marcharse, pero Verlaine no se lo permitió. Le pegó tres tiros y uno de ellos le hirió en la mano. Entre la madre de Paul y Arthur, lograron calmar a un Paul lloroso y arrepentido y, cuando lo hubieron conseguido, se encaminaron los tres a la estación para despedir a Arthur. Al llegar, Paul volvió a sacar la pistola y a amenazar a Arthur, que logró avisar a la policía que andaba por allí. Verlaine fue detenido y condenado a dos años de cárcel. Aunque volvieron a reencontrarse a la salida de Paul de la cárcel en Alemania, este sería su último encuentro y acabaría como el anterior, con Rimbaud dejando a Verlaine, en este caso noqueado en la orilla del río. Tras terminar la relación, Verlaine continuaría bebiendo y consumiendo, como cuenta Gourmont, con consecuencias negativas: “En comparación con Ibsen, Verlaine bebía moderadamente, pero, de un temperamento mucho más robusto que el viejo noruego, absorbía mezclas mucho más dañinas que el alcohol puro, y las soportaba mal. Pretendía, por lo demás, no buscar en los aperitivos (…) otra cosa que no fuera el olvido de sus viejas penas, su divorcio, su separación de su hijo, el desconcierto de su vida. ¡Palabras de un bebedor que busca una excusa para sus malos hábitos!”3. Los intentos de Verlaine por reformarse fueron intermitentes e inconsistentes a partir de entonces, y acabó sus días con cincuenta y dos años, sifilítico, arruinado, borracho y solo, saliendo y entrando en hospitales de pobres tras haber visto como su poesía perdía la brillantez de sus años jóvenes. Hace un par de años, Christie’s subastó la pistola con la que Verlaine disparó a Rimbaud (con número de serie y perfectamente documentada) por 434.500 euros.4 Los versos de Verlaine Por suerte, aún nos queda su poesía. Cuando Verlaine llegó al mundo de la literatura, como relata Carranza, era una joven promesa: “Un poeta llegó entonces que traía de nuevo el alma en su acento dulce y patético, en su voz entrecortada de sollozos y ráfagas de ensueño: una pobre criatura humana con el don terrestre de las lágrimas y el don divino de la música. Verlaine Verlaine fue detenido y condenado a dos años de cárcel 41 literatura cannábica Retrato de Paul Verlaine como un trovador, de Frédéric Bazille (The Amica Library, CC BY-0, Wikipedia)

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