Al margen de que, como hemos explicado en anteriores artículos, la proposición de ley ha sido diseñada precisamente para evitar la macdonalización de este producto de consumo masivo (limitando la integración vertical, poniendo coto a la especulación y la acumulación de licencias, etc.), este es sin duda un debate completamente sectario a la par que mentiroso. ¿El motivo? Que el cannabis, a día de hoy, ya se encuentra mercantilizado a través de un mercado, pero un mercado negro, gigantesco y en muchos casos sin escrúpulos, que llega a todos los puntos del territorio estatal. Unmercado cuyas redes están establecidas, infiltradas y consolidadas desde hace décadas. Con excepción de los clubes sociales de cannabis y las personas que ejecutan actos de microtráfico, los gestores de estas redes criminales son los que abastecen al grueso de las personas usuarias que no lo hacen por sí mismas a través del autocultivo. En concreto, abastecen a más de tres millones y medio de personas, de los cuatro millones que consumen cannabis anualmente en España, según apunta la ya recurrentemente mentada encuesta EDADES del Plan Nacional Sobre Drogas. La gran mayoría de estas personas usuarias acceden, por tanto, a través del mercado negro y muy pocas, en comparación con el total, a través del autocultivo y los clubes sociales de cannabis. La regulación en exclusiva de los clubes sociales de cannabis y el autocultivo supondría dejar al albur del actual mercado negro a la inmensa mayoría de ellas. Las posiciones como 76 actualidad legal la importación y exportación, la fiscalidad, la publicidad y promoción, y la reversión de las consecuencias legales derivadas del sistema de prohibición en base al nuevo estatus legal de los productos del cannabis BiancoBlue (depositphotos)
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