El Cultivador

11 cultivo exterior Por tanto, lo ideal es que el área de cultivo esté orientada, preferiblemente, al sur o al este, pero nunca al norte, ya que sería una pérdida de tiempo tratar de hacer crecer las plantas allí. Además, también es conveniente situarlas en un lugar protegido de los vientos fuertes, especialmente si se cultivan variedades sativas (NLD) de cosecha tardía, porque así resistirán mejor a las tormentas otoñales. También debemos contar con una fuente de agua cercana que nos permita abastecernos. Asimismo, el área de cultivo debe estar protegida de las miradas ajenas, porque de esta forma evitaremos contratiempos como multas, quejas o robos. Cuando ya disponemos de un sitio para cultivar que cumpla con los requisitos descritos, hay que valorar qué cantidad de flores vamos a necesitar para abastecernos y si podemos obtenerlas en ese espacio con un solo cultivo o si vamos a necesitar varios. Así podremos organizarnos durante el año en función de nuestras necesidades. La elección de la variedad Se trata de uno de los pasos fundamentales de la planificación, ya que la genética escogida determinará varios aspectos de nuestro jardín. En caso de optar por variedades sativas (NLD) de floración tardía, lo más probable es que solo podamos llevar a cabo un cultivo por temporada. En cambio, si escogemos genéticas índicas (BLD) de floración rápida, sí tendremos la posibilidad de hacer hasta tres cultivos: uno de primavera, otro de verano y un último en otoño. Además, también debemos tener en cuenta que las plantas sativas (NLD) tienden a crecer bastante más que las índicas (BLD), por lo que el número de ejemplares que podremos cultivar será inferior por cuestiones de espacio. La elección de la variedad es una decisión de suma importancia, que tiene la marihuana necesita seis horas de luz solar directa como mínimo

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1