El Cultivador

Una vez que las semillas ya están en la esponja, las metemos en macetas de rejilla (de 10 centímetros de diámetro) rellenadas con arlita, para así sujetar las plantas. Este es el único sustrato que vamos a usar. Llegado este momento, podríamos poner el sistema a funcionar con las semillas, pero como teníamos miedo a que no fuera exitosa esa idea, decidimos que echaran sus primeras raíces en nuestro sistema DWC (o depósito de raíces profundas, por si siglas en inglés). De esta forma, nos aseguramos con este sistema hidropónico crear un pequeño cepellón de raíces los primeros días de vida. Esto, a su vez, nos facilita el trabajo para cuando las pasemos al sistema definitivo. Así partirán con algunas raíces. El sistema en sí es un depósito con una tapadera de corcho blanco y veinte orificios para albergar hasta veinte plantas, además de una bomba de aire que hace que el agua esté aireada. Lo llenaremos hasta arriba con una solución de nutrientes que potencian el crecimiento de las raíces. Todo ello en un armario de 1 m2 iluminado por 19 cultivo avanzado Germinando en servilletas y envase de plástico Colocando las semillas en el sistema de enraizado

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