El Cultivador

43 voces conscientes asaltos a los palacios de invierno correspondientes, puede que en aquel momento ganes la revolución, pero estás empezando a morir en ese momento, porque estás ganando por imposición. La única revolución es la del conocimiento, la de los conocimientos, muchos están escondidos, por eso diría que lo único que aceptaría sería una invasión del vaticano, que tiene pocos tanques y mucho conocimiento oculto… Al final, todo esto se abrirá, este conocimiento se liberará. Estoy descubriendo formas sencillas de cultivar, como un bosque, ¿un bosque quién lo cultiva? Nadie, pero las toneladas que hace de madera sin que nadie lo abone ni riegue… la auténtica revolución es aceptar que el CO2 es vida, que forma parte de las plantas y también de nosotros. Propones huir de los dogmatismos, de los gurús, por eso habéis puesto en marcha los grupos de soberanía y salud3. ¿Cómo funcionan? Esos grupos son un sueño, no sé si mucha gente conoce y practica el doble de Jean-Pierre Garnier y pedir a la almohada cuando tienes un problema, la solución… Esto salió en un sueño y fue coincidente a los pocos días de la visita de un buen amigo mío, alcohólico anónimo, que dijo que tendría que crear algo parecido a alcohólicos anónimos. Y nos encontramos toda la gente que estamos con ese miedo o con esa esperanza de cambiar el mundo, con esa misma vibración, aunque sean unos de derechas y otros de izquierdas, es igual, en aquel momento lo principal era conservar la vida, esto estaba por encima de todo y era lo que nos unía, al margen de ideología, de religiones, ese bien común que procura la propia tribu, recuperar el encuentro de la gente de cercanía, que se conoce, para evitar manipulaciones en grandes asociaciones, si somos pocos y conocidos podemos empezar a hacer grandes cosas, y el miedo ya desaparece. Lanzamos esta idea y en dos meses 20.000 personas se sumaron. Eso está, está germinando, no se crea de un día para otro, ahora lo que hay que hacer es abonarlo, regarlo un poquito, pero no controlarlo, sobre todo sin estructura vertical, porque el gran problema siempre es que cuando una idea o movimiento se vertebra con representantes, se acaba todo. Tenemos que hacer revoluciones pacíficas, tranquilas, de varias generaciones si hace falta, pero que no tengan marcha atrás, que ganemos cada año poco a poco adeptos a esta idea y cada día seamos más, no para imponer nada, sino para que los que nos quieren imponer lo tengan cada día más difícil. Soberanía y salud… ¿cuáles serían las claves de la salud? Yo veo que una planta no necesita nada si está bien cuidada, si no está agredida, ni con insecticidas, ni abonos químicos, simplemente le das un mantillo, no trabajas la tierra para que los bichitos de abajo sigan trabajando, toda esa vida que hay en la tierra trabaja para ti, ahí se esconden todos los depredadores de las plagas, los depredadores sin las plagas no podrían vivir, es como los virus sin los anticuerpos, o las bacterias, ese equilibrio amoroso tiene que estar también a ese nivel mínimo de la tierra, del humano, del animal, de la planta, ese equilibrio se puede conseguir. ¿Nuestro propio cuerpo también puede mantener ese equilibrio? Sí. ¿Qué es lo que retrasa la mejora de un cuerpo humano? El exceso de comida. No es intentar que uno ayune treinta días, que para mucha gente es imposible, aunque es una buena forma de sanar y eliminar porquería de nuestro cuerpo. Pero si la gente no quiere comer tres veces, comes dos y si en vez de comer dos, una… Para millones de personas en el mundo una comida al día sería un lujazo. Y has sufrido varios infartos… Según Manuel Ballester, quince años director de trasplantes de corazón en San Pau, pero luego conoció un maestro de terapia de polaridad y cambió su vida, y entendió que el corazón, la mayoría de las veces, no tiene problemas de corazón, tiene problemas de angustia, y, si no sabes gestionar la angustia, tus arterias se aprietan, se chafan y no pasa la sangre. No solo se contractura la cervical o las lumbares, hasta tu musculatura arterial, que yo no sabía que teníamos. Cuando tenía estas presiones estos años, este corazón en un puño que te aprieta aquí en el pecho y te chafa las arterias, no pasa la sangre… coagulo e infarto o angina. Yo he pasado dos de estas y un día el marcapasos cerebral, que late según tu esfuerzo, me dice no, ni con esfuerzos subo de veinte pulsaciones, marcapasos, pues bueno he utilizado la tecnología, que ha sido un bendito aparato. Pero yo a nivel orgánico considero que estoy bien, no creo que tenga problemas en las arterias en estos momentos, ni digestivos, ni artrosis, un poquito la rodilla, pero para la edad que tengo estoy muy bien, creo que es por haber cambiado de hábitos alimentarios y no poner tóxicos en mi vida. ¿Y la angustia? La angustia la empecé a dejar cuando fuimos un día al notario con mi mujer y mis hijos y les di todo lo que tenía, para que no me pudieran presionar con multas. Solo por opinar, multas millonarias, 600.000 euros una, otras de 10.000, 20.000, 40.000… en total, en estos diez años igual sí que llegamos a 700.000, 800.000 euros de multas. A partir de ese momento estoy más tranquilo, y ahora estoy con la iniciativa de hacer un llamamiento para crear jubilados insolventes, para que sean la punta de lanza de la sociedad de cambio, y si te multan no pagas, porque si no pasas de mil euros de pensión no te pueden embargar. ¿Por qué te han puesto las multas? La más gorda fue de 600.000 euros por llevar a un terapeuta e ingeniero La única revolución es la del conocimiento Nos quisieron eliminar, pero no pueden porque resistimos todo

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