El Cultivador

plantas ofrecen sus mayores contenidos de cannabinoides cuando alrededor del 70 % de los tricomas están de color ámbar. No es necesario que estén completamente ámbar, basta con que parte del tricoma adquiera este color. Para facilitar y asegurar un corte preciso, marcamos mentalmente un punto en cada planta que vamos a cortar y revisamos ese mismo punto todos los días con la ayuda de una lupa o microscopio. Así determinamos el momento óptimo para el corte, que en este caso ha sido a los 65 días. Luego pasamos al proceso de secado. Dado que la humedad estaba siendo baja en estos días, hemos optado por un secado a baja temperatura para prolongar el proceso. También hemos dejado las hojas más pequeñas para que no se sequen demasiado rápido, aunque no queremos que el secado se extienda más de 18-20 días antes de pasar a curar las flores. Las plantas se han colocado en perchas dentro de un armario de cultivo completamente oscuro para evitar la oxidación de los tricomas. También hemos colocado un extractor para sacar el aire del secadero y hemos colocado el desodorizante en la punta externa del tubo, de modo que no se perciba el olor en el vecindario. Con una temperatura de 21 grados Celsius y una humedad relativa del 55 %, las plantas estaban listas para pasar a la fase de curado, que durará 20 días. Transcurrido ese tiempo, retiraremos las hojas más pequeñas, aunque no en exceso, ya que están llenas de tricomas, y colocaremos las flores en bolsas zip y botes de cristal para el curado. Antes de iniciar el curado, pesamos la cosecha completa, que ascendió a 645 gramos, una cantidad lejos del rendimiento de otros cultivos, pero que supera el gramo por vatio consumido de luz (recordemos que el LED tiene 630 vatios). Control de costes Debido a que ya teníamos todo el material necesario (armario, luminaria LED, sistema de cultivo, extractores...), solo tuvimos que adquirir los nutrientes, que nos costaron unos 60 €, y pagar por la electricidad y el agua, lo cual suma unos 200 €. Por lo tanto, el gasto total fue de 260 €, que, dividido por los 645 gramos obtenidos, resulta en un precio de aproximadamente 40 céntimos de euro por gramo. Un precio ridículo considerando la calidad de las flores. En esta ocasión, no contabilizaremos las horas de trabajo, ya que para nosotros el cuidado de nuestras plantas medicinales es una terapia. En conclusión, creemos que el mayor error cometido en este cultivo fue el uso de nutrientes que no estaban diseñados para este sistema, ya que no estaban protegidos de la luz (el compartimento no estaba perfectamente sellado, como podéis ver en una de las fotos) y esto afectó a su 21 cultivo avanzado Esta deficiencia ha provocado que, aunque la cosecha final sea de altísima calidad, haya sido un poco escasa en comparación con otros cultivos realizados con esta luminaria Quitando las hojas más grandes Tapa del depósito que no cierra y deja entrar la luz en el cultivo

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