El Cultivador

32 literatura cannábica José Juan Tablada lo describió como “un poeta inmortal; una personalidad misteriosa y vaga como la de Edgardo Poe o Gerardo de Nerval”. La vida de José Asunción Silva (1865-1896) a Tablada le parecía de película, por eso decía que “Silva no tiene una biografía, sino una leyenda”1. Si dejamos de lado la leyenda creada en torno a la figura del autor, dejaríamos de considerar las opiniones que se han venido fraguando en torno a su persona. Genio precoz, adolescente tímido y sensible, burgués que se las quiere dar de dandy europeo, escritor incomprendido y menospreciado… Consideraciones todas, un poquito subjetivas que, como refiere Remedios Mataix2 no son necesarias para enaltecer la obra de José Asunción Silva. Pues esta ya es suficiente. Suficiente por su Nocturno (1894), poema con el que revolucionó la métrica, o por sus Gotas amargas (publicado post mortem, en 1908), o por De sobremesa(1925). Desgraciadamente, la carrera literaria de Silva fue breve y acabó abruptamente antes de haberse consolidado por muerte prematura (se suicidó a los treinta). Sin embargo, todos sus escritos le han regalado un puesto entre los mayores escritores modernistas o le han conferido la calidad de mito nacional. En alguno de ellos, incluso, habla de las drogas. José Asunción Silva Gómez Sabemos que Silva nació en 1865 y, según cuentan, ya desde pequeño lo consideraban un prodigio, que a los diez escribió su primer poema. Aquellos Gotas amargas, la soluciónde Silva Con una corta pero legendaria vida, José Asunción Silva es considerado uno de los primeros modernistas. Valorado el bogotano como mito nacional en su país, nos adentramos en su literatura para rescatar aquellas referencias que puedan ayudarnos a comprender su visión de las drogas. por Lupe Casillas “Silva no tiene una biografía, sino una leyenda” Las tumbas de José Asunción Silva y su hermana, Elvira (Baiji, CCBY- SA 4.0, Wikipedia)

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