El Cultivador

33 literatura cannábica que lo conocieron, lo describen bello, tímido y sensible, hecho que despertaba la burla. Quizás su refugio fuera, como afirman muchos, su inteligencia. Sea como fuere, su corta vida la pasó eminentemente en su ciudad natal. Salvo alguna escapada a Venezuela y Europa. Su padre era comerciante y a la muerte de este, José Asunción Silva se hizo con el negocio familiar. No debió irle bien en lo económico, pues se conoce que estaba endeudado. Algunos apuntan a este, otros a la muerte de su hermana (de la que incluso se ha llegado a decir que estaba enamorado y con la que mantenía una relación incestuosa) como las posibles razones de su suicidio3. No hace falta apuntar afuera. Silva se pegó un tiro en el corazón a los treinta años. En Antología crítica de la poesía modernista hispanoamericana, José Olivio Jiménez, experto en la obra silviana nos presenta así al poeta: “Con la excepción de algunas breves temporadas en el extranjero –en Europa (París, Suiza y Londres) y en Venezuela, como secretario de la delegación en Caracas–, la vida de Silva transcurre en el ambiente cerrado y nada estimulante del Bogotá de sus años. De ningún modo un neurótico, pero sí un desajustado y un inconforme, su existencia estuvo marcada por el fracaso y las frustraciones: continuas ruinas en sus empeños comerciales, en los cuales ha de actuar para salvar los negocios de la familia; la muerte de su querida hermana Elvira (a quien va dedicado el famosísimo "Nocturno"), el naufragio de un barco en el que viajaba, al regreso de Venezuela, y donde pierde "lo mejor de mi obra"; la hostilidad de una sociedad estrecha ("José Presunción", le llamaban) que le obliga, por pudor y altivez, a casi esconder su vocación literaria. Todo ello, obrando sobre un espíritu sensible en alto grado, culminó en el temprano suicidio –antes de cumplir los treinta y un años–, sin que su genio poético hubiese llegado a madurar plenamente”4. Toda la leyenda de Silva, la real y la alimentada, se ha venido diseccionando con la intención de crear un retrato adecuado del autor bogotano, por lo que si os interesa, podréis encontrar un gran volumen de estudios biográficos. El legado silviano Además del afamado Nocturno, que por belleza recomendamos más que nada, el legado silviano cuenta con otros títulos destacados. Podría, sin embargo, engrosarse la lista con algunos más, si no fuera por el desgraciado accidente naval que sufrió Silva en un viaje en que retornaba a Bogotá desde Venezuela. Durante el naufragio de L’Amérique, en 1895, el bogotano peridó lo mejorcito que tenía en su haber literario, según él mismo admitió (Olivio Jiménez, 1989). Durante el naufragio de L’Amérique, en 1895, el bogotano perdió lo mejorcito que tenía en su haber literario Retrato de José Asunción Silva (AlejandrokH, CCBY- SA 4.0, Wikipedia)

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