El Cultivador

18 cultivo exterior de las orugas. Las variedades sativas de larga floración, que comienzan a florecer en septiembre, y las variedades autoflorecientes, que permiten cosechar antes de que llegue la época de mayor actividad de las orugas, son excelentes opciones para ello. La revisión frecuente del cultivo es una parte esencial de la estrategia de prevención. Durante la etapa de floración, es aconsejable inspeccionar las plantas diariamente, ya que las orugas pueden ser difíciles de localizar, ocultándose hábilmente entre los cogollos y el follaje. Detectar la plaga de manera temprana nos proporciona una ventaja crucial para actuar con celeridad y aplicar tratamientos eficaces. Combatiendo las orugas La presencia de orugas durante la fase vegetativa del cultivo de cannabis suele ser aislada y generalmente está relacionada con situaciones de estrés en las plantas, como carencias o excesos de nutrientes, sequía o problemas de riego. Solucionar estos contratiempos secundarios es esencial para aumentar la resistencia natural de las plantas frente a posibles plagas, incluidas las orugas. En un jardín sano y bien cuidado, es poco común que una plaga de este tipo se desarrolle durante el crecimiento. Por tanto, si llegase a ocurrirnos, además de combatir la plaga, es crucial corregir cualquier parámetro ambiental que debilite nuestro cultivo. Durante la etapa de floración, enfrentarse a las orugas puede ser más complicado, pero es esencial actuar con prontitud en caso de encontrarlas o detectar rastros de su presencia, como las deposiciones o mordeduras en las hojas. La primera medida que debemos tomar al identificar la plaga es eliminar manualmente todas las orugas que encontremos. Las más grandes son más resistentes a los tratamientos fitosanitarios, por lo que no debemos esperar a conseguir un insecticida, sino eliminarlas tan pronto como las veamos. Un tratamiento efectivo para combatir las orugas es la aplicación de Bacillus thuringiensis (BT), un bacilo que produce proteínas tóxicas para las larvas de los lepidópteros, afectando su aparato digestivo y llevándolas a su muerte. Este producto es seguro para humanos y mamíferos y está disponible en tiendas de jardinería y grow shops. Una vez aplicado el tratamiento, debemos continuar inspeccionando el cultivo diariamente y eliminar las larvas que hayan sobrevivido. Después de aproximadamente una semana, repetiremos la aplicación de BT para asegurarnos de eliminar cualquier oruga que haya podido resistir anteriormente. Es importante tener en cuenta que este tipo de insecticida no penetra en las plantas, sino que se queda en las hojas y tallos, envenenando a las orugas cuando lo ingieren. Por lo tanto, si llueve después de la aplicación de BT, tendremos que repetir el tratamiento, ya que el agua puede arrastrar y limpiar el insecticida con facilidad. Asimismo, a la hora de aplicar el BT, debemos recordar que, durante la floración, es crucial evitar mojar los cogollos, por lo que nos enfocaremos en rociar solo las hojas. Por último, es relevante recordar que debemos seguir con la revisión de las plantas incluso después de la cosecha, ya que algunas orugas pueden permanecer en los cogollos y desprenderse a los pocos días. Aplicando estas estrategias de control y prevención, podemos proteger eficazmente nuestro cultivo de cannabis de las orugas y mantenerlo en un estado saludable y resistente frente a posibles plagas. Espero que te haya gustado el artículo y hayas podido aprender cómo prevenir y controlar las posibles plagas de orugas en tu cultivo exterior. ¡Muy buenos humos y hasta el próximo número! Las carencias favorecen la aparición de plagas Las orugas pueden seguir causando daños hasta varios días después de cosechar Vigilaremos de cerca el cultivo para asegurarnos de que está libre de orugas Situaciones como la sequía, la sobrefertilización y las lesiones debilitan al cultivo y lo hacen más susceptible al ataque de plagas si llueve después de la aplicación de BT, tendremos que repetir el tratamiento

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