El Cultivador

26 cultura cannábica No solo en el cristal, por lógica, también en el agua que, además de enfriar el vapor condensado, retiene, por supuesto, muchos de estos aromas, que dejan también sabor en la misma. Es una ventaja, por tanto, para quien hace estas valoraciones y para el conjunto de la competición, organización y participantes, el recibir las muestras con tiempo de antelación, para poder dedicarle mucho rato a la limpieza de las pipas (tras cada cata). Una muestra, una cata y a limpiar. Compruébalo, tras una calada, los aromas y sabores tan intensos del rosin quedan atrapados en el interior del borosilicato y el agua, y se pueden saborear mucho tiempo después, incluso horas y días más tarde. Por tanto, catar una muestra en una pipa que ya haya sido utilizada puede modificar el sabor al mezclarse con los restos de aromas que hubiese dejado la anterior. No hay discusión, tras cada cata, toca limpiar para disfrutar cada muestra de la mejor manera posible. Ideal frente a realidad Lo ideal sería hacer la cata de todas las muestras en la misma pipa, pero por logística, en estos momentos, utilizo tres pipas de borosilicato, que lavo todas a la vez, tras catar tres muestras diferentes. Al consumir dabs de forma habitual en estas mismas pipas, conozco la forma de uso de cada una, para poder obtener, aproximadamente, la misma cantidad de vapor y poder valorarlas de la misma manera. Si bien es cierto que, en una segunda vuelta, tras una primera cata, la pipa que vaya a usar para una determinada muestra, puede que sea diferente a la usada para esa misma muestra en la primera vuelta. Slurpery pilar de cuarzo Las opciones son múltiples y habría la posibilidad de escribir un artículo solamente sobre tipos de clavos, bangers, slurpers, insertos y diferentes materiales sobre los que podemos dabeary hacer una cata. En 2020, en la edición 50.º de El Cultivador, (puede leerse aquí online: bit.ly/47ay4Am) se publicaba mi artículo, “Cada vez mejores dabs”, y aunque ya era cuarzo el material elegido, por entonces usábamos bangers, con forma de cubo y a veces también insertos de otros materiales, como el rubí sintético. En la actualidad usamos slurpers, también de cuarzo, pero con un cuerpo más fino y de una longitud mucho mayor que, con la ayuda de un pilar, hace que se vaporice todo el extracto de una manera muy eficiente. Encima del slurper se coloca una canica, que cierra el circuito de aire, haciendo una función parecida a la que hace el carburador que se usa encima de un banger. Temperatura controlada Para realizar una valoración de rosin y que sea lo más equitativa posible, es indispensable medir la temperatura a la que se va a consumir la muestra. Aquí se pueden utilizar diferentes instrumentos de medida, desde los que utilizan luces de tipo láser hasta los que miden la temperatura mediante contacto. Algunos termómetros láser son muy precisos, pero hay otros que tienen sus particularidades. A veces, la reflexión de la luz puede dar fallos de medida. En mi caso, prefiero un termómetro de contacto, entre los que se encuentran los que utilizan un termopar, que mide la diferencia de temperatura por presión y contacto. Es obvio que el tamaño del dabinfluye en la temperatura a la que se vaporiza el mismo, por lo que es importante que la cantidad que tomamos de cada muestra sea muy similar. También cabe considerar que hay algunos rosin que contienen compuestos que se vaporizan y saben mejor a unos grados menos de lo habitual. En torno a los 200 ºC o 220ºC podremos dabeardiferentes muestras de rosin, donde en el supuesto de que, en una primera cata, por el hecho que sea, la temperatura del cuarzo sea más alta de la adecuada, puede que el sabor que percibamos sea más cercano al de la combustión. Aunque no llegue a tal punto, si hay pequeñas partículas en la muestra, estas pueden llegar a calentarse de más y dejar un sabor a vegetal quemado nada agradable. Por esto también es conveniente consumir un segundo dabde cada muestra, sabiendo ya cómo ha reaccionado el rosin a la temperatura habitual, para hacerlo a una temperatura inferior (o no) en una segunda cata. La apariencia influye en el sabor Una fotografía macro de un rosin, o verlo con una lupa de aumento, puede mostrarnos lo que a simple vista no se aprecia. Habría que considerar, como ya explicamos, que apariencia y sabor también están relacionados, en el sentido de que cuando un rosin de flores presenta muchas partículas cerosas, o pequeños restos de vegetal, o un rosin de hachís tiene partículas de dicho hachís, que se han escapado de la malla al prensar, al consumir un dab el sabor va a estar adulterado. Por otro lado, un rosin de color morado intenso, que se haya teñido por antocianinas, o un rosin de color verduzco, está repleto de pigmentos, que al dabeary vaporizarse a menores temperaturas que la resina pueden dar un mal sabor a la misma, que oculta el de los compuestos aromáticos del interior de la cabeza de los tricomas. Entonces, aunque no convenga juzgar un libro por su portada, en este caso conviene observar con detalle antes de saborear. Nos detenemos aquí para terminar con el siguiente artículo, donde continuamos con la categoría del sabor, ampliamos la de limpieza y debatimos sobre la categoría del efecto. ¡Hasta la próxima, sigamos catando y aprendiendo porque nunca es suficiente! es indispensable medir la temperatura a la que se va consumir la muestra Una muestra de rosinde flores donde, con el objetivo de macrofotografía, se aprecian restos de vegetal (estigmas de las flores) Temperatura lista, ahora solo queda saborear el dab La misma muestra de la SCC, apariencia jugosa, limpia, con aromas a raudáles y sabor espectacular

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