El Cultivador

25 cultura cannábica dicha capa, es posible que podamos olfatearlos mejor. En la serie de artículos que escribí sobre “Los aromas del cannabis”, que se pueden leer en las ediciones 70.º, 73.º, 76.º y 79.º de El Cultivador, nos adentramos en este tema con gran profundidad, comprendiendo que son muchos los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) que entran en juego en el aroma particular de cada planta de cannabis. Hay que entender cuando estamos haciendo rosin que, por muy baja que sea la temperatura de la prensada, estamos alterando levemente el aroma de nuestro producto inicial, ya sean flores o hachís. Estas alteraciones en el aroma no deberían de ser muy grandes, para así obtener una muestra de rosin que represente fielmente y de la mejor manera posible a la planta o a la selección que queramos que destaque frente a las demás. Es entonces donde vuelve a entrar en juego lo que comentamos en el artículo anterior: es importante conocer cómo cambia nuestra resina antes de presentarla a cualquier competición. Si los aromas se evaporan muy rápido y cambian, perdiéndose algunos de ellos y sufriendo transformaciones bruscas, que hacen que se pierda la frescura que perseguimos, deberemos tenerlo en cuenta antes de presentar nuestro rosin. En estas competiciones, los tiempos en los que se realiza el extracto, el cómo se presenta y en qué condiciones, y el tiempo que tardan en llegar a quienes vayan a valorarlo, debería de ser lo más ajustado posible. Por eso, mejor prepararlo no con mucha antelación, si no midiendo los tiempos y considerando si vamos a darle un pequeño curado, donde el rosin cambia de aromas con el batido del mismo, el tiempo y la temperatura. Sabemos que los COV no son solo terpenos, sino también aldehídos, cetonas, ésteres, mercaptanos y otros muchos compuestos que podemos registrar con equipos de análisis de laboratorio, pero también, en cierta forma, reconocer con nuestro olfato. Con esta premisa, y sabiendo que no sería del todo correcto decir “me huele a” sino “me recuerda a”, buscamos aromas en el rosin que nos recuerdan a otras cosas que hayamos olido anteriormente en nuestra vida. La memoria olfativa es muy poderosa y, tras olfatear algo, podemos transportarnos en tiempo y lugar, para recordar cuándo hemos olido algo parecido con anterioridad. Por esto, encontramos muestras de rosin cuyo aroma nos recuerda a diferentes cítricos, naranja, mandarina, limón, lima, hierbas aromáticas, tomillo, lavanda, orégano, maderas y resinas de coníferas, pinos, cedros, abetos, vegetales, apio, cebolla ajo, lácteos, quesos cremosos, nata, frutos secos, frescos o tostados, avellanas, nueces, piñones, diferentes flores, frutas tropicales, mangos, papayas, frutas dulces o ácidas, melón o manzana verde, aromas químicos incluso, pintura, gasolina, diésel, metales…. y a tantísimas cosas más. Entonces, quitando la preferencia de quien hace la valoración, para que no influya el gusto de cada cual, en el momento de hacer la cata, a una temperatura ambiente, que no pase de los 25 grados idealmente, se pueden olfatear todas las muestras a la vez, para ver cuál es la que más destaca. No es necesario hacer una puntuación inicial, pero pueden hacerse anotaciones sobre alguna muestra que, en esa primera olfateada, destaque mucho sobre el resto, para bien o para mal. Lo que se busca, sobre todo, serían aromas extraños, que no deberían estar ahí, véanse restos de pesticidas, terpenos añadidos o aromas a disolventes, por ejemplo. Por tanto, una muestra que desprenda muchos aromas nada más abrir el bote, cuyo conjunto sea complejo, intenso o también delicado, suele ser mejor puntuada que una muestra que no huele apenas, o que huele levemente al romperla con un dabber. Esta es una categoría compleja, que en algunas competiciones tiene más peso que la apariencia, y tiene sentido, ya que es mejor no juzgar un libro por su portada, y en cuanto al rosin, el aroma y el olfateo, forman parte de la experiencia placentera antes de consumir un dab. Sabor Esta categoría se subdivide en diferentes puntos que cabe diferenciar en sendos apartados y que se alarga hasta el siguiente artículo. Cristal limpio en cada calada Esto es indiscutible, para cada muestra hay que usar cristal limpio. En mi caso utilizo pipas de agua de borosilicato. Hay que considerar que estamos delante de extractos con una muy alta concentración de compuestos aromáticos y que, al calentarse y pasar por el interior del cristal de nuestra pipa, quedan impregnados en la misma. El interior del borosilicato y el agua quedan impregnados de aromas y sabores tras cada calada (pipa soplada por Madriz GP) una muestra que desprenda muchos aromas nada más abrir el bote, cuyo conjunto sea complejo, intenso o delicado, suele ser mejor puntuada Agua caliente, alcohol y jabón neutro (pipas de Heliox Glass y Madriz GP sopladas en nuestras tierras)

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