El Cultivador

40 OECCC adquisición mediante concurso, con destino a la Restricción de Estupefacientes, de “100 kilos de cáñamo indiano, planta”. Podemos concluir que la prohibición del cannabis se decretó de manera completamente arbitraria, sin tener en cuenta ni sus beneficios terapéuticos ni sus aplicaciones tradicionales en la medicina. Por otro lado, el Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis (2019), en el libro Autocultivo y uso de cannabis en España: de la clandestinidad a la propuesta de regulación, expone que tenemos constancia de los pioneros del autocultivo por las noticias de sus detenciones. Así, en 1954 aparece una plantación en Alcalá de Guadaira (Sevilla) y otra en Vega de Tajo (Toledo), y en 1966 aparecen tres pequeñas plantaciones en Langreo (Asturias) (Usó, 2009). En 1992 se aprueba una nueva ley de seguridad ciudadana, conocida popularmente como “ley Corcuera”. A partir de esta ley se aumenta la represión sobre los usuarios de cannabis, con cacheos y multas. Diversos autores sugieren que la aparición de esta ley incrementó el autocultivo: “Las políticas de control impuestas desde 1992 han tenido otras consecuencias inesperadas […] han ayudado a extender el cultivo casero, en el que ahora participan decenas de miles de usuarios” (Gamella y Jiménez, 2005). En efecto, aparece en 1993 la Asociación Ramón Santos de Estudios sobre el Cannabis (ARSEC). Tras ARSEC aparecen otras muchas asociaciones, empleando sus estatutos, y se funda la Coordinadora Estatal por la Normalización del Cannabis. La principal acción de la ARSEC fue un cultivo colectivo, debido al cual el Tribunal Supremo condenó a la junta directiva por peligro abstracto. El activismo articula varias respuestas que llegan al día de hoy. Publican “Cannabis. Manual de cultivo para el autoconsumo” (ARSEC, 1997) que ayuda a extender el cultivo de autobastecimiento por toda España. Convocan en Madrid la primera manifestación cannábica, actividad que sigue hasta el momento. La Coordinadora Estatal por la Normalización del Cannabis lanza en 1997 la campaña “Contra la prohibición, me planto”, llamando al autocultivo, tanto individual como colectivo (Barriuso, 2005). Los Clubes Sociales de Cannabis (CSC) empiezan a crearse por toda España y con los años sustituyen a los primeros clubes de autocultivadores y activistas. En la actualidad, aún sobreviven algunas de las asociaciones tradicionales, como AICC o AMEC. En el año 2000, el prohibicionismo empieza su reacción con el artículo “Estrategias y organización de la cultura procannabis”, y cristaliza en 2002 con unas declaraciones del delegado del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, donde aseguró que consultaría con la fiscalía general del Estado cómo actuar contra revistas y growshops que hacían “una clara cultura de apología del consumo” (Balbas, 2002). Tras fallar en este primer intento, el ministro del Interior, Ángel Acebes, asegura en el mismo 2003 que van a crear una comisión de expertos para “que puedan perseguir incluso con una mayor contundencia a aquellos que realizan esa labor tan perniciosa y negativa para nuestros jóvenes” (EFE, 2003). El denominado “plan Acebes” pretendía prohibir semillas, growshops, revistas e incluso introducir la delación obligatoria (Grupo estudios sobre cannabis, 2004), más el fracaso electoral del PP en 2004 imposibilitó cualquier cambio legal. El Gobierno en manos del Partido Popular lo intenta de nuevo en 2015, en este caso con la reforma de la ley de seguridad ciudadana que aumenta las multas a usuarios y a autocultivadores que tengan sus plantas expuestas al público, así como una persecución de los clubes. En ambos casos hay consecuencias inesperadas que benefician a los autocultivadores. La reforma de la ley, al multar las plantas expuestas al público, también reafirma la legalidad de las no exhibidas, siempre que se destinen al autocultivo: “el cultivo de cannabis ya estaba descriminalizado en España, pero la nueva ley de seguridad ciudadana lo confirma de manera explícita” (Observatorio civil de drogas, 2015). Respecto a la sentencia condenatoria a Pannagh, deja claro que el autocultivo es una actividad que carece de relieve penal e implica un ciclo natural (Brotons, 2015). “El cultivo para el exclusivo consumo personal es contrario a la legalidad, pero carece de relieve penal. El cannabis, como es sabido, es uno de los estupefacientes con ciclo natural de cosecha” (Tribunal Supremo, 2015). El enlace para ver el congreso se puede encontrar en bit.ly/3QfzX6u. Más información: encuestacannabis.com. Bibliografía • Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis (2019) Autocultivo y uso de cannabis en España: de la clandestinidad a la propuesta de regulación(Letrame). •Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis (2020) Ley del Cannabis medicinal y terapéutico (Cannabis Research Institute). •Usó, J. C. (2022) “Cannabis: planta medicinal de uso tradicional”, comunicación en el II Congreso Científico Internacional Cannabis sativa L. en la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Hacia una ley del cannabis medicinal y terapéutico. Aportaciones a la subcomisión del Cannabis Medicinal del Congreso de los Diputados, España. Organiza: Unidad de Políticas de Drogas (UAB), Fundación ICEERS y OECCC. Publica el Libro de actas Cannabis Research Institute (11 de abril de 2022), p. 36. ljsphotography (depositphotos) A todas las personas que han mantenido el milenario uso terapéutico y medicinal del cannabis. A todo el personal sanitario que respeta el juramento hipocrático y mantienen la salud y la vida del enfermo como su principal preocupación. A todas las personas que en un esfuerzo anónimo nos han traído hasta aquí. En el camino empleamos décadas. Ya estamos cerca. En 1992 se aprueba la “ley Corcuera” y aumenta la represión sobre los usuarios de cannabis, con cacheos y multas. Diversos autores sugieren que la aparición de esta ley incrementó el autocultivo

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