El Cultivador

experiencia no se vive en carne propia, sino a través de una mujer: “¡Aquellos ojos! Yo me asomé a ellos, como a un pozo infinito, con espanto y beatitud. En su fondo flotaban las visiones del ensueño asiático. Y eran, en barcas de jade, entre sederías rutilantes, princesas del Yunam que corrían en busca de amorosas aventuras por los piélagos glaucos de sus mares; y eran piratas heroicos luchando en sus frágiles sampans contra las naves formidables del emperador; y eran dragones tutelares, de escamas de mil colores, que aparecían a la luz de la luna para ofrecer a las vírgenes entristecidas invencibles talismanes; y eran palacios grandes como pueblos, palacios de filigranas, con techos de oro, con muros cubiertos de esteras bordadas, palacios llenos de músicas, de perfumes, de galanteos; y eran, allá, muy en el fondo, muy en el fondo, bajo las aguas del pozo, minúsculas pagodas milagrosas” (Gómez Carrillo, 2020). El final del relato es también como el final de un sueño o una alucinación. Gómez Carrillo convierte a la mujer a la que observa en un hada del opio: “Hay una suerte de mujeres soñadores que se llaman hadas, en latín strigae, las cuales se alimentan de «adormideras negras, llamadas opio». Y estas palabras de un antiguo navegante francés que antes me hicieron sonreír, acudieron de pronto a mi memoria. Des femmes songereusses… Sí, eso era… des femmes songereusses nourries de pavots noirs… Eso era, sin duda…” (Gómez Carrillo, 2020). Aunque, por supuesto, la crónica no tiene la potencia de un testimonio subjetivo de consumo, se trata de una aportación reseñable en el mundo de la literatura drogada para hispanohablantes, ya que, como comenta Hugo Viera en El viaje modernista: la iniciación narcótica de la literatura hispanoamericana en el fin de siglo, “Gómez Carrillo, mediante su escritura errante, inicia al lector hispanoamericano al Orientalismo que ya había penetrado la cultura francesa e inglesa en el siglo XIX. Introduce al lector a un nuevo espacio de representación, y este espacio está íntimamente ligado a la experiencia de las drogas”7. Referencias 1. Herrero Gil, M. (2012) Las drogas en el imaginario de los modernistas hispanoamericanos. Conciencia de separación y búsqueda de la unidad(Tesis doctoral). Universidad Complutense: Madrid. 2. Gómez Carrillo, E. (1966) El despertar del alma. Editorial José de Pineda Ibarra: Guatemala. 3. Gómez Carrillo, E. (1999) En plena bohemia. Pexe: Gijón. 4. Para más información: bit.ly/3asb5Ec. 5. Gómez Carrillo, E. (2020) De Marsella a Tokio: sensaciones de Egipto, la India, China y Japón. Biblioteca Luna: Madrid. 6. Morán, F. (2005) “Volutas del deseo: hacia una lectura del orientalismo en el modernismo hispanoamericano”, MLN, 120, pp. 383-407. 7. Para más información: bit.ly/3oCJ6H7. 38 literatura cannábica La embriaguez es explicada en la crónica de Gómez Carrillo casi como una ensoñación que evoca las fábulas y cuentos orientales Fumadero de opio en San Francisco (WellcomeImages, CC BY- SA 4.0, Wikipedia)

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1