El Cultivador

63 voces conscientes de masculinidad y feminidad, mostrando mujeres sumisas que tragan con lo que les echen y hombres dominantes e incansables que nunca bajan la guardia. En la encuesta INJUVE 2019, se preguntó a los jóvenes sobre el consumo de pornografía, y los datos fueron concluyentes: solo el 33 % de participantes declaraba no haber visto nunca pornografía. Es cierto que la frecuencia del consumo está bastante repartida: tan solo un 7 % consume porno a diario, mientras que el 11 % lo hace 2 o 3 veces a la semana y el 12 % semanalmente. En los rangos más bajos se encuentra el 10 %, que lo hace una vez al mes; el 6 %, un par de veces al año, y alrededor del 20 %, con menor frecuencia. Cuando separamos las cifras entre hombres y mujeres, los datos varían: mientras casi la mitad de las chicas alegan no haber visto porno nunca, el porcentaje de chicos que dice lo mismo desciende al 15 %. Además, los hombres consumen porno con más frecuencia, el 12 % lo hace a diario, mientras que el 18 % lo hace 2 o 3 veces a la semana y la misma cantidad una vez. Es decir, casi la mitad de hombres consume porno todas las semanas como mínimo. Por el contrario, solo un 5 % de mujeres ven porno todos los días o 2 o 3 veces por semana, mientras que otro 5,6 % lo hace una vez a la semana, lo que significa que tan solo un 12 % consume porno semanalmente, a diferencia del 49,5 % de hombres. Se confirma, por tanto, el marcado carácter masculino del consumo de pornografía. En cuanto a la diferencia por edades, pese a que los jóvenes comprendidos entre 15 y 19 años señalan que nunca ven porno en mayor medida (seis puntos más que el total), las diferencias entre los tramos de edad son prácticamente inexistentes. Es decir, que los usos de pornografía son relativamente estables una vez el entrevistado supera los 20 años. El paso siguiente que quisieron dar los autores del estudio fue observar en qué medida los jóvenes se inspiran con más o menos frecuencia en el porno como modelo para sus relaciones los roles de hombres y mujeres en el porno heteronormativo refuerzan los estereotipos de masculinidad y feminidad

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