50 activismo Lo cierto es que, ya que el PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya) votó en su día a favor de la regulación de las asociaciones cannábicas en el Parlament catalán, hoy podría exigir esa regulación al Estado, ya que está en contacto con esa realidad de primera mano. O sea, como el Estado no quiere regular, que es el único con competencias para reglamentar el cultivo, que es lo que necesita normas para que haya un control de la hierba y así el crimen organizado no saque partido, desde el partido socialista prefieren cerrar las asociaciones y que directamente haya crimen organizado, pero, eso sí, que no se vea. También lo encabeza un personaje con relaciones con Unió (partido democratacristiano catalán extinto) para poder cargarle el muerto y que, cuando PSOE esté en la oposición, pueda ponernos la buena cara para ganar votos. Y en lugar de esto, ¿no sería bonito proteger el modelo de clubes para que perdure en el tiempo y continúe siendo un ejemplo de que otra política sobre drogas es posible? ¿Y si apoyamos a la sociedad civil y a la ciudadanía para que se hagan fuertes ante el contexto internacional cannábico que se avecina y que se puedan desarrollar nuevas posibilidades en torno al modelo actual, no acabar con lo que existe, transformarlo? Apuntes finales En conclusión, los CSC surgieron de manera natural como espacios de consumo seguro, respondiendo a la necesidad de proporcionar un entorno donde las personas usuarias pudieran ejercer sus derechos de manera responsable y en las condiciones adecuadas. Estos clubes se establecieron antes de que se realizaran los primeros cultivos colectivos, demostrando que uno de sus principales desde el partido socialista prefieren cerrar las asociaciones y que directamente haya crimen organizado, pero, eso sí, que no se vea
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