6 noticias internacionales Murillo ha experimentado mejoras notables en los últimos meses gracias a una dosis regular de cannabidiol (CBD), un derivado de la planta de cannabis, que su madre obtiene de manera gratuita a través del sistema de salud pública del estado de São Paulo. Silva explica que, aunque las convulsiones de su hijo solían durar cinco minutos o más, ahora solo duran segundos, un cambio que atribuye a la administración del CBD. Este acceso gratuito a la marihuana medicinal en São Paulo es un avance pionero en Brasil, donde el uso del cannabis para fines médicos sigue siendo un tema controvertido y muy regulado. Sin embargo, el gobierno federal aún no ha aprobado una legislación nacional que permita su distribución generalizada, lo que ha dejado a muchas familias en una situación de vulnerabilidad. El proyecto de ley que regularía el cannabis medicinal a nivel nacional lleva años estancado en el Congreso, generando un vacío legal que ha sido aprovechado por algunas iniciativas locales, como la de São Paulo. La lucha de las madres por la legalización del cannabis medicinal El acceso de Murillo al tratamiento es el resultado de años de lucha liderada por un grupo de madres brasileñas que han enfrentado obstáculos legales y sociales para garantizar que sus hijos puedan acceder a terapias basadas en el cannabis. Estas mujeres, muchas de ellas con hijos que padecen enfermedades graves como el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet, han utilizado todos los medios a su alcance: desde peticiones judiciales hasta la desobediencia civil, pasando por marchas y campañas políticas. Una de estas madres es Maria Aparecida Carvalho, cuyo activismo comenzó cuando a su hija Clárian le diagnosticaron el síndrome de Dravet a los diez años. Durante años, Carvalho vio cómo las convulsiones incontrolables de su hija, que a veces duraban hasta una hora, amenazaban su vida. Los medicamentos convencionales no solo eran ineficaces, sino que también le provocaban efectos secundarios graves, al punto de casi necesitar hemodiálisis por envenenamiento farmacológico. Inspirada por la historia de Charlotte Figi, una niña estadounidense con la misma enfermedad que se convirtió en un símbolo del uso de cannabis medicinal, Carvalho decidió actuar. Al principio, incluso consideró obtener cannabis de traficantes de drogas para ayudar a su hija. Pero no fue necesario; meses después, la neuróloga de Clárian introdujo de contrabando un frasco de CBD en su equipaje tras regresar de un viaje al extranjero. Con el tiempo, Carvalho consiguió un permiso judicial para cultivar marihuana en su propia casa y producir el extracto de cannabis para su hija y otros doscientos pacientes. Obstáculos legales y costos prohibitivos A pesar de los avances logrados por estas madres, los obstáculos persisten. En una mañana soleada en Guarujá, una ciudad costera del estado de São Paulo, Murillo, un niño de cuatro años intenta caminar por la sala de estar cuando una convulsión repentina le hace caer al suelo. Su madre, Janaína Silva, le observa angustiada. Aunque esta vez el episodio fue breve, la escena es un recordatorio constante del síndrome de Lennox-Gastaut, una forma de epilepsia severa que afecta a su hijo desde que era un bebé. Madres brasileñas lideranla lucha por el accesoa la marihuana medicinal para niños con enfermedades graves ARTPROXIMO (depositphotos)
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