El Cultivador

para que el potente alcaloide haga su efecto. Así sucede, sin ir más lejos, con la ayahuasca, el bebedizo de origen amazónico elaborado mediante la cocción de hojas de Psychotria viridis (chacruna), un arbusto que contiene DMT, y la liana Banipteriopsis caapi o semillas de Peganumharmala, ambos usados habitualmente como IMAO. Jordi Riba, reputado científico catalán que dedicó su vida al estudio de la ayahuasca, comentaba para La Vanguardia hace unos años lo siguiente: “La DMT, si se toma sola, incluso en cantidades de gramos, se degrada totalmente y no llega a la sangre, con lo que no hace efecto. Lo curioso del caso es que los principios activos de la liana bloquean la degradación de la DMT. Y te preguntas cómo puede ser que los habitantes de esta zona del planeta, que es de los lugares con más biodiversidad vegetal que uno pueda imaginar, decidieron combinar esta liana con las hojas de otra planta”1. Indudablemente, esto supone por parte de las tribus indígenas que tradicionalmente han elaborado estas decocciones y extractos, un profundo conocimiento de la flora y fauna que les rodeaba, así como una cultura de transmisión del mismo. Sin embargo, y de forma sistemática, desde que la DMT ha adquirido popularidad mundial ha sido desdeñada como una droga lúdica y peligrosa, los investigadores que se han dedicado a estudiarla han sido tratados, como poco, con gran escepticismo, y solo recientemente el ritmo de la investigación en esta materia se ha visto acelerado, aunque aún no se han resuelto muchos interrogantes. En esta ocasión y como colofón a la serie de la DMT, profundizamos en los últimos años de investigación científica para resolver el estado de la cuestión en la actualidad. Es muy probable que los próximos años nos deparen sorpresas acerca de los mecanismos de funcionamiento de laDMT en humanos, pero su potencial terapéutico ya ha empezado a evidenciarse gracias al esfuerzo de varios grupos de investigadores pioneros. El trío alemán: Bickel, Dittrich y Schoepf Partimos, en nuestro repaso por los últimos hallazgos científicos en DMT, de la década de los setenta. Un grupo de investigadores alemanes conformado por Bickel, Dittrich y Schoepf investigaronmediante un par de ensayos clínicos, en 1976, los estados de conciencia alterados inducidos por la DMT. En un primer estudio controlado2 con 38 voluntarios sanos, se testaron sus efectos comparando a 26 pacientes que recibieron DMT con 12 pacientes que recibieron placebo, mientras que, en el segundo estudio3, compararon los efectos de la DMT con los del delta9THC (delta9-tetrahydrocannabinol) comparándolos entre 24 sujetos que recibieron el delta9-THC, con 26 pacientes que recibieron DMT, y 24 más que solo tomaron placebo. Sus resultados, según afirmaron, probaron “la hipótesis de que los sujetos tratados con DMT difieren de los que reciben placebo de la misma manera que los psicóticos endógenos difieren de los normales” 68 pensamiento psiquedélico Pixabay Pixabay

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