El Cultivador

conciencia planetaria, para respetar la naturaleza, respetar cómo usamos sus recursos y decir que no vale cualquier cosa en cualquier lugar. Por otro lado, está el tema de los corredores biológicos, que son los pulmones del planeta. No podemos estar siempre creciendo, cada vez hay más líneas eléctricas, no hace falta que pongamos luz hasta el último punto de cada montaña, dejar espacios intocables, donde no haya intervención humana. Y donde sí hay intervención, minimizar esa huella, transitar a una gestión territorial más sensible, más respetuosa. También están la soberanía alimentaria, la transición energética, la gobernanza, que cada comunidad pueda gestionarse en sus valores y en sus propios recursos. Las decisiones de lo que pasa en un territorio se toman a miles de kilómetros, en un despacho de Bruselas. Esto es una verdadera injusticia porque los custodios del territorio son los que deberían poder elegir qué hacer con su territorio. Se reclama la participación ciudadana en decisiones ambientales y de planificación territorial, algo que no se da. Las macroempresas vienen a usurpar el territorio con extractivismo, minas a cielo abierto, parques eólicos y fotovoltaicos, megalíneas de alta o muy alta tensión... A estas macroempresas no les importa si la naturaleza perece o no, si los pueblos se vacían o no. Hay una falta de empoderamiento de los custodios, de la gente que vive en los pueblos. Mucha gente no se da cuenta de que están vendiendo su gran amada tierra a un extraño al que poco le importa su tierra. Hay falta de conocimiento, de información real, no parcial, de los proyectos; falta que realmente se empoderen para defender su tierra. Los pueblos que no salgan a defender su tierra puede que en pocos años queden sepultados por un mar de cemento, líneas eléctricas y polígonos industriales. Y ahí entramos en el modelo económico… Los tres ítems que marcaron los valores de la Revolución Francesa fueron fraternidad, igualdad y libertad; la antroposofía plantea que el valor que debe regir a la economía no es la libertad, sino la fraternidad. En la cultura ha de ser la libertad, en lo jurídico la igualdad, pero la economía tendría que estar basada en la fraternidad, la solidaridad, y desde ahí un reparto justo de trabajo, apoyar al pequeño y mediano empresario, crear una economía solidaria y basada en los propios recursos; que vivir de los propios recursos no sea un delito. Revisar el vínculo entre productividad-consumismo y necesidad, no consumir más de lo que necesitamos. No es natural seguir siempre creciendo, algo tan básico mucha gente no lo entiende, y ve el decrecimiento como ir a la pobreza, pero no es eso el decrecimiento, es cambiar los valores, ganar en calidad de vida. 53 voces conscientes INSERTA AQUÍ TÚ PUBLICIDAD 91 658 45 20 El ego es el gallo que cree que el sol sale para él

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