El Cultivador

53 voces conscientes Si no la trabajas y te centras solo en la luz, entonces se va a reflejar fuera de ti. Es lo que está pasando. El maestro decía que como es arriba es abajo; añadiría que como es dentro es fuera. El trabajo que tenemos todos es un trabajo evolutivo, para eso hemos venido, si no sabemos quiénes somos es muy difícil evolucionar. ¿Qué podríamos hacer para trabajarla? Primero, hemos de ser conscientes de que la oscuridad es importante, una herramienta más. No debemos enfocarnos solo en la luz; ningún ser humano es 100 % luminoso, si no, no estaría aquí. Incluso hay gente que no está aquí y tampoco es 100 % luz. Nosotros somos un compendio de muchísimas dimensiones, si no somos conscientes de eso tampoco vamos a poder avanzar. Hemos de vernos tal y como somos y eso es difícil porque nadie quiere verse como es, todos llevamos monstruos dentro. Para el multiverso, no hay diferencia entre un monstruo que tengas dentro y no manifiestes, y un monstruo que sí se manifiesta. Es más, ese monstruo que se manifiesta hacia fuera y que podemos ver, como un asesino en serie, realmente es el reflejo de todas las emociones que nosotros no hemos expresado. Mirarse en el espejo para verse… y para verse hay que aceptar lo que se va a ver. No te puedes ver desde la luz. Si te pones delante de un espejo y lo enfocas con una linterna te vas a deslumbrar, para poder verte vas a tener que apartar la linterna a un lado, o sea, que solo te puedes ver a ti misma desde la oscuridad. Teniendo en cuenta todas las dimensiones que tenemos que trabajar, que son los cuerpos sutiles: el mental, el emocional, el sentimental, el causal, el búdico, el átmico… ya hay faena. Además de todo eso, tenemos el karma, que en realidad son tres karmas: el de nuestras vidas anteriores, el karma de nuestros ancestros (porque elegimos el linaje, no venimos aquí fruto del azar, nuestros padres los hemos elegido antes de venir) y luego el karma que estamos fomentando aquí y ahora. Eso se puede limpiar con ciertas técnicas. Luego tenemos los trece chakras, que no son siete: son seis físicos y siete cósmicos, que también hay que lidiar con ellos. Además de eso, tenemos una misión que cumplir como individuos, otra como familia, otra como parte de un país, otra como humanidad y otra como parte de la comunidad mayor. Todo eso lo llevamos dentro, el ser humano es de lo más complejo e increíble. En todos esos niveles existen partes más densas y partes más luminosas que hay que trabajar. Reconocer que la oscuridad tiene su función: dejar de tenerle miedo. Cuanto más miedo, más crece, nos invade. La diferencia fundamental entre la luz y la oscuridad es que la oscuridad no pide permiso para invadirte, la luz sí espera a que manifiestes que quieres recibirla. Ahora que estamos en tiempos de oscuridad, debemos ser conscientes de que, por una parte, esa oscuridad se está manifestando porque nosotros no hemos trabajado la nuestra, y, por otra, hemos de aprender a ver las cosas sin juzgarlas; entiendo la rabia, la impotencia, pero todo eso son emociones que alimentan la oscuridad, cada vez que dices “es que no hay derecho”, lo que estás haciendo es dar de comer justamente a lo que estas denunciando, culpar al otro es aumentar la oscuridad. Hay que aprender a mirar las cosas y ver su perfección tal y como son. Eso no quiere decir que me voy a quedar sentada diciendo “om” a ver si la iluminación me baja del techo, puedo manifestarme, pero no proyectarme. Podemos cambiar el mundo porque somos cocreadores, creamos nuestra realidad, pero para que eso funcione tenemos que estar trabajados por dentro. El nuevo paradigma, o lo que estamos viviendo, es que la revolución es interna, eso no quiere decir que me vaya a quedar sentada mientras plantan una antena 5G al lado de mi casa, significa que cuando vaya a decir las cosas, no lo voy a hacer desde la rabia, la impotencia, el odio y todas estas emociones, realmente oscuras, mi oscuridad me va a servir para tener la fuerza interna de plantarme y decir no. ¿Qué diferencia hay entre manifestar y proyectar? Lo voy a explicar con un ejemplo, que es más fácil de entender. Normalmente, cuando nos enamoramos, nos enamoramos de una persona, y es un proceso muy bonito, pero nos enamoramos porque estamos proyectando lo que nosotros deseamos ver en esa persona, así que cuando pasa ese momento, cuando vemos la persona tal y como es, el enamoramiento cae. Eso es proyectar. Pero también nos sucede al revés, las demás personas nos muestran partes de nosotros mismos que no queremos ver, sobre todo cuando una persona nos resulta insoportable, hemos de hacer un trabajo de reflexión interno para saber qué es lo que ha venido a enseñarnos de nosotros mismos que no queremos ver. Cuando trabajas la manifestación, entonces eres el espejo sin más, porque ya no proyectas nada en los demás, por ejemplo, ya hace meses que nada ni nadie me molesta, a mi casera, que vive arriba, le encanta arrastrar muebles a las cinco de la mañana, pues voy y se lo agradezco: “te agradezco que me he despertado a las cinco de la mañana y tengo toda la mañana por delante”, eso es manifestar. Manifestar es que cuando alguien te saca de quicio, le dices “esto me molesta por esto, por esto y por esto”, pero sin juzgarle. Es complejo, no es nada fácil. Las personas que consumían psicotrópicos hacían avanzar al resto de la tribu Culpar al otro es aumentar la oscuridad Autora: Choemey

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