El Cultivador

Inspiración y cultura En sus Obras completasse recogen algunas de las reflexiones que al cubano le suscitaban las culturas precolombinas y destaca, para nosotros, el comentario que hace, cuando describe Cholula (México) y la arquitectura antigua de la zona así: “Vivas están aquellas remembranzas, en aquella vigorosa arquitectura, la de menudos detalles, la de inacabables curvas, la de bordadas piedras, tan fastuosa y varia, tan caprichosa y atrevida, que tal parecen sus creaciones sorprendidas en la embriaguez adormecedora de la somnífera marihuana; -o luminosos y revueltos giros del haschischarábigo,- o revelaciones sutiles arrancadas a las entrañas del tabaco, en sus azules y brumosas curvas, en sus flexibles ondas nacaradas.-”5. Según Martí, la arquitectura precolombina puede haber nacido de un sueño cannábico y, aunque nos parezca una idea manida o disparatada, lo cierto es que él fue el primer autor que propuso la idea y la abanderó. Se adentraba en arenas movedizas, pero nos quedamos con lo importante: Martí destacó con sus palabras la dimensión cultural de las sustancias, elevándolas casi a la categoría de agente de cambio, por su potencial inspirador. El hachís tenía una dimensión cultural en el mundo árabe; así como el opio lo tenía en Extremo Oriente y, casi por paralelismo caprichoso, Martí se empeña en darle al tabaco o la marihuana la misma dimensión en Hispanoamérica. Exploración del alma Pero, de todas, quizás la dimensión más universal de las sustancias que calificamos como drogas, según Martí, sea la transcendental, aquella que aspira a la exploración del alma y que invita al viaje de descubrimiento de uno mismo. Martí escribe en unas anotaciones: “La acción de 36 literatura cannábica Martí destacó con sus palabras la dimensión cultural de las sustancias Escultura de José Martí en Chile (Carlos yo, CC0, Wikipedia) Escultura de José Martí (BitBoy, CCBY- SA 2.0, Wikipedia)

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1