El Cultivador

la morfina. ¿Qué adormece? ¿En qué consiste? ¿Deducir qué sea el alma, por esa vía?”6. Así nos manifiesta que, en el viaje al conocimiento a lo más profundo de nuestro ser, la sustancia es aliada, como bien resume Herrero Gil: “se vuelve entonces, lejos de ser veneno para la intoxicación o envilecimiento de la población o medicina para la curación del insomnio, aliada del camino espiritual, remedio para la liberación del hombre natural, potenciadora del encuentro con el fondo de nosotros mismos, sustancia enteogénica (que posibilita llegar a tener a Dios dentro) o psicodélica (que manifiesta el alma)” (Herrero Gil, 2012). Haschisch De todas formas, si en el ámbito de la literatura psiquedélica la producción de José Martí es un hito es por el poema que publicó en 1875, en la Revista Universal de México, bajo el pseudónimo “Orestes”: Haschisch es el primer poema dedicado al hachís de toda la literatura hispanoamericana. Sin duda, abrió camino a otros que, poco después que él, se aventuraron por los mismos lares. Haschischlogra condensar en pocos versos las maravillas del hachís, dando las claves de la sustancia, de su historia, de la cultura de sus usos y de sus efectos. Pero, sobre todo, Martí logra con sus palabras hacernos viajar con él a la Arabia de sus sueños. Unos sueños, por otra parte, muy extendidos entre los modernistas decimonónicos que encontraban en el exotismo oriental un campo de cultivo fértil para sus fantasías más sensoriales y eróticas. Los primeros versos del poema de Martí nos trasladan a Arabia. “Arabia: tierra altiva, solo del sol y del harem cautiva”7. Primero retrata brevemente al hombre árabe, al que describe como conocedor de las miserias humanas, atrapado en la mentira, pero también apasionado por sus mujeres y anhelante de amor y eternidad. Y pronto se detiene en la mujer árabe, deshaciéndose en adulaciones hiperbólicas. Según Martí, la mujer árabe es la quintaesencia de la sexualidad, la más bella nunca vista, la mejor amante. Escribe: “¡Amor de mujer árabe! La ardiente sed del mismo don Juan, se apagaría en un árabe amor”; o, “Y en ellas lo imposible de una hoguera de luz nunca extinguible”; o incluso 37 literatura cannábica Escultura de José Martí en Viena (Sebastian Baryli, CCBY- SA 2.0, Flickr) El hachís es también presentado por el autor como una puerta de acceso a estados alterados de conciencia en que lo sensorial se intensifica, y camina hacia lo misterioso y lo bello

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1