El Cultivador

34 literatura cannábica El principito, el afamado Antoine de Saint-Exupéry, pero que se encuentra enterrada junto a nuestro protagonista en Père-Lachaise. El popular cementerio parisino acoge los restos de Gómez Carrillo, que murió en 1927 de un derrame cerebral, cuando no había pasado un año de su boda con Suncín. Una aportación muy discutida Si bien siempre se le alabaron sus cualidades para la crítica literaria y se destacó la calidad de su obra, Gómez Carrillo ha sido olvidado en su país de origen. Quizás por su implicación política y las circunstancias que vivió posteriormente la nación, quizás por la mala propaganda, su obra ha sido poco recordada o abiertamente criticada. Es fuera de Guatemala donde más y más pronto se le reconoció. Aunque hizo incursiones en el ensayo o la novela e incluso escribió su autobiografía (dividida en tres obras: El despertar del alma, En plena bohemia y La miseria de Madrid), la mayor parte de su producción se compone de crónicas, de las que se guarda un gran volumen. Dichas crónicas eran de temática diversa: dedicadas a los artistas europeos, a sus viajes, como corresponsal… Pero, destacan sus reportajes sobre la Rusia zarista o la Primera Guerra Mundial, y sus crónicas de viajes por Tierra Santa, Egipto, Japón y China. Sin duda, fue un viajero incansable (Londres, Grecia, Jerusalén, India, etc.), pero adoró París sobre todas las cosas. Tanto así que su aportación más señalada a la literatura es precisamente haber servido de bisagra entre Su obra ha sido poco recordada o abiertamente criticada La Venus de la poesía(1913), de Julio Romero de Torres (LQFgiSTtr-Walg, CC 0, Wikipedia) Retrato de Raquel Meller, de Julio Romero de Torres (bit.ly/3oVcM2s, CC 0, Wikipedia) Fue un viajero incansable, pero adoró París sobre todas las cosas

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1