Explorando la evolución y el impacto del papel de fumar en España y su expansión por el Mundo
La historia del papel de fumar, tanto en España como en el mundo, es fascinante y rica en detalles. Comenzando en España, el papel de fumar tiene sus raíces en la ciudad de Alcoy en 1154, donde se inició la fabricación del ‘papel de tina’, un papel hecho principalmente de fibra y celulosa, a menudo obtenido de cáñamo, arroz, trapos, y ropa usada. Este papel se destacaba por su combustión limpia y propiedades higiénicas. Durante el último tercio del siglo XVIII, la industria papelera en España experimentó un crecimiento exponencial, impulsado en gran parte por el comercio con América, donde no existían fábricas de papel propias, incrementando así la demanda del «papel de ensigarrar» español.
En cuanto a la demanda interna en España, en la década de 1880, los papeleros de Capellades y de Alcoy adoptaron diferentes estrategias productivas, unos continuaron fabricando a mano y otros con máquinas. En 1908, la producción de papel de fumar representaba el 1.79% del total de la producción española. El papel de fumar se convirtió en un elemento clave en la industria del tabaco en España, con una estructura empresarial sólida que incluía tanto a las fábricas de tabaco como a los consumidores que preferían liar sus propios cigarrillos.
En términos de competencia internacional, las fábricas valencianas y catalanas se enfrentaron a la competencia de países como Francia, que se había mecanizado antes que España. A principios del siglo XX, el papel japonés y, sobre todo, el francés dominaron el mercado internacional, lo que llevó al declive del papel valenciano a favor del catalán. Sin embargo, las marcas españolas mantuvieron su importancia en el mercado gracias a la calidad y características distintivas de su papel.
Miquel y Costas, una empresa ubicada en Capellades, se convirtió en un importante jugador en el mercado del papel de fumar, especializándose casi exclusivamente en este producto y llegando a formar un monopolio en Cataluña. En 1914, adquirió una fábrica especializada en papel de fumar en Santa Coloma de Gramenet y en 1934, Miquel y Costas ya era la mayor empresa dedicada a papel de fumar en España, con una significativa presencia en los mercados americanos.
La historia de Miquel y Costas se remonta al año 1725, en Capellades, donde la familia Miquel inició su andadura en el mundo de la fabricación artesanal de papel. Fue en 1868 cuando los hermanos Lorenzo y Antonio Miquel y Costas dieron un giro a la producción familiar, especializándose en papel de fumar, y marcando el origen de la futura marca Smoking con el lanzamiento de «El Pino» en 1879.
La empresa experimentó un cambio significativo en 1879 al trasladarse a La Pobla de Claramunt y, posteriormente, en 1825 se consolidó oficialmente bajo el nombre de Miquel y Costas Hermanos. No fue hasta 1929 que adquirió su denominación actual, Miquel y Costas & Miquel SA, año en el cual Smoking no solo se registró como marca sino que también fue galardonada con el «Gran Premio» por su calidad e innovación en la Exposición Internacional de Barcelona.
Desde sus inicios, la empresa ha sido pionera en la industria del papel de fumar, introduciendo en 1914 los primeros libritos bajo la marca «El Pino». El reconocimiento oficial de Smoking en 1922 y su presentación en 1924, sentaron las bases para que se convirtiera en el emblema de la compañía, liderando el mercado español desde 1939 y expandiendo su presencia internacional en las décadas de 1970 y 1980, especialmente hacia Estados Unidos.
La historia del papel de fumar en España es un claro ejemplo de innovación, adaptación y competencia en un mercado en constante evolución. Desde sus inicios en Alcoy hasta la consolidación de grandes empresas como Miquel y Costas, el papel de fumar español ha jugado un papel crucial en la historia de la industria tabacalera, tanto a nivel nacional como internacional.