La poda del cannabis (I) (2)

15 diciembre, 2016

Comenzamos un nuevo curso, en parte relacionado con el anterior. En esta nueva entrega entraremos en el mundo de la poda cannábica, que si bien se podría comparar con la de otras especies vegetales como las rosas o los árboles frutales, es en realidad bastante diferente y especializada. Si partimos de la base de que estamos hablando de una planta anual, parece que las técnicas de poda usuales para plantas que viven durante años no son aplicables en su caso. Sin embargo, en ocasiones y dependiendo del tipo de cultivo o destino que le vayamos a dar a la planta, se hace más que necesaria.

Fotos y Texto: Luis Hidalgo

poda para produccionpoda para produccion

Cualquiera que viva en una gran ciudad podrá observar cómo llegado el invierno, se podan ciertos árboles dejándolos lo que se dice “pelados” de ramas y sólo con una estructura “esquelética”, pero al llegar la primavera se vuelven a llenar de brotes que después se convierten en nuevas ramas. Lo mismo sucede con muchas plantas de flor, como los rosales, y también multitud de arbustivas tipo arizónicas conformando setos que son podados con frecuencia. Parece ser que la poda se aplica bastante en general, pero ¿cómo afecta a nuestras plantas favoritas? Vamos a explicar por qué y para qué se usa la poda en cannabicultra.

Salvaje o Domesticada

Podar es cortar partes de una planta, ya sea tallos, ramas u hojas e incluso la raíz. Más de un Lector se preguntará qué motivo podemos tener para “mutilar” a nuestra planta cuando siempre se recomienda no “torturar” a nuestras niñas y sobre todo cuidar sus hojas que es dónde se produce la fotosíntesis. Sin embargo, no debemos considerar la poda como una forma de estresar a la planta si no que es una manera de “domesticarla” y darle forma en el caso de que esté destinada a ser una madre o aligerarla de follaje y ramas inútiles para que aproveche mejor la luz y los recursos alimenticios que la fotosíntesis genera.

Las plantas son un sistema vivo en equilibrio con el medio reaccionando según su propia información genética y a las condiciones del entorno y usualmente cuando cultivamos cannabis lo hacemos fuera del entorno original del que provienen los antecesores de una determinada variedad, y mucho más si lo hacemos en interior, donde las plantas nunca verán la luz del Sol. Es obvio que en estas condiciones lo que siempre procuramos es optimizar la producción, o sea, los gramos que al final vamos a cosechar y es por esto por lo que una poda bien aplicada en el momento correcto nos puede ayudar a aumentar esa producción. Ya hemos dejado ver que en cannabicultura se pueden hacer las podas con diferentes objetivos, y esa es una de las claves: Saber por y para qué se poda una determinada planta o variedad.

Por ejemplo, los árboles frutales se podan para obtener fruta y que ésta esté accesible y se pueda recoger de manera más o menos sencilla sin tener que introducirse entre el ramaje ni romper o mutilar ramas. En el caso de los árboles madereros se podan para obtener madera de mayor calidad al conseguir tablones más grandes. El proceso por el cual la planta cura las heridas que le producimos al podar se llama compartimentación y consiste en aislar la zona de tejidos dañados y crear otros nuevos sobre ella, pero no debemos confundirnos, una poda nunca rejuvenece a la planta y siempre supone un desgaste de energía. Por ello, si está bien realizada éste desgaste será mínimo pero si lo hacemos mal veremos como la planta para su crecimiento hasta que se recupera, y esto a veces puede tardar semanas.

Si nos pasamos podando seguramente provocaremos lo contrario a lo que pretendemos ya que se producirá una brotación exagerada en un intento de la planta por recuperar su equilibrio perdido y se llenará de minúsculos brotes a expensas de la energía almacenada y en definitiva, supondrá un debilitamiento a corto plazo e incluso el anclaje de los nuevos brotes a la rama en que están puede ser frágil y defectuoso, así que antes de la poda debemos procurar al sistema vital de la planta las mejores condiciones posibles para que pueda almacenar energía (buenas condiciones de suelo, nutrientes, aireación radicular, iluminación y espacio vital).

Madre con poda abiertaMadre con poda abierta

Podando el Cannabis

Entonces, en el tema que nos interesa y que no es otro que nuestra querida planta nos encontramos con que podemos podar con distintos objetivos: Conservación de madres, obtención de esquejes, fortalecimiento de tallos y aumento de la producción. En el Curso anterior ya vimos todo lo referente a los esquejes, por lo que nos centraremos en las otras podas aunque como veremos más adelante la conservación de madres se encuentra íntimamente relacionada con la extracción de esquejes.

En general la poda es un técnica que ha de aplicarse “completa”, es decir, cuando hemos decidido lo que vamos a podar hemos de hacerlo de un tirón de principio a final, ya que dilatar el proceso en el tiempo o realizarlo en varios días aumentará considerablemente el estrés en la planta, pudiendo provocar la aparición de cierto hermafroditismo en forma de esos nefastos “platanitos” que pueden convertir nuestra esperada cosecha de “sinsemilla” en unos kilos de cañamones, infumables por supuesto. A pesar de ello, veremos que existen ciertas formas de aplicar una poda más o menos continua, por ejemplo para quitar hojas que hacen sombra a los cogollos durante la floración.

Por otro lado, cuando cultivamos cannabis nos encontramos con que dependiendo no ya de la dominancia indica o sativa si no de cada variedad, el comportamiento tras la poda es diferente y no podemos usar las mismas técnicas con unas plantas que con otras. De la misma manera tampoco reaccionan igual si vienen de semilla o se trata de esquejes, por lo que antes de iniciar un proceso de poda en una determinada planta deberíamos conocer de antemano si el tipo de poda que vamos a utilizar es el adecuado para su fisiología concreta.

Por hacer una primera aproximación, existe una gran diferencia entre índicas y sativas: Mientras éstas últimas se estiran y ramifican con gran facilidad llenándose de multitud de finos y poco densos cogollines, las primeras crecen de forma columnar promoviendo un gran y prieto cogollo central. Y no sólo eso, también la diferencia en los tiempos de floración son importantes ya que no se recupera igual una planta que acaba en 50 días que otra que tarda más del doble en acabar de florecer.

Por supuesto estamos hablando de variedades más o menos puras y de manera general. Hoy en día existen pocas de este tipo siendo la mayoría de variedades comerciales híbridos más o menos conseguidos y casi siempre enfocados a la producción rápida y abundante. Es por esto por lo que deberíamos intentar recopilar la máxima información posible sobre la variedad con la que vamos a trabajar con el fin de saber si su reacción y morfología se ajustarán al tipo de poda que pretendemos realizar. También podemos hacerlo al contrario y adaptar el tipo de poda dependiendo de cómo veamos que se va desarrollando la planta en vegetativo.

Tipos de Poda

Cómo decíamos más arriba, podemos hacer una primera diferenciación entre las podas para incrementar el rendimiento y aquellas enfocadas a mantener una planta durante mucho tiempo, normalmente para proporcionar esquejes.

Este ultimo tipo de poda se basa en dos principios: Mantener un bajo uso de recursos durante la mayor parte del tiempo y conseguir un desarrollo continuado de brotes y tallos secundarios que es de donde haremos los esquejes. Si tenemos en cuenta que las plantas destinadas a ser madres o donantes de esquejes se mantienen con un mínimo de 18 horas de luz al día pudiendo llegar a las 24 horas de luz continua, es lógico pensar que su consumo de recursos a lo largo del tiempo es bastante mayor que el de una planta destinada al consumo que será pasada a un régimen de 12/12 tras un periodo corto de crecimiento vegetativo. Ese consumo (nutrientes, co2, humedad, agua) mantenido provoca que tras unos meses la planta empiece a mostrar carencias, sobre todo debido al escaso contenido en micronutrientes como el magnesio o el calcio en las tierras comerciales. Ello nos obligara a añadir fertilizantes específicos cada vez con más frecuencia acabando por saturar el sustrato de sales y residuos y complicándonos en exceso la vida, si pensamos que hay madres que se conservan durante años.

Madre modelada con atadoMadre modelada con atado

Podríamos trasplantar y/o realizar una poda de raíces como veremos en el próximo capítulo, pero si aplicamos la poda de forma correcta podemos reducir de forma drástica el gasto de recursos al mantener una estructura fuerte con poco ramaje y una masa foliar controlada, de forma que al bajar el régimen total de evapotranspiración también se reduce el consumo de agua a través del sistema radicular y lo mismo sucede con los nutrientes, ya que el crecimiento de la planta va a estar siempre limitado.

Las plantas destinadas a ser madres deberían ser trabajadas prácticamente desde el primer momento partiendo de la base de que es un esqueje, ya que es absurdo mantener en vegetativo permanente una planta de semilla que nunca ha florecido!!! Se podría llegar a dar el caso de que tras haber llegado a la madurez decidamos no cosechar la planta entera y dejar una parte para revegetar, pero aún así lo ideal es que una vez revegetada le saquemos unos cuantos esquejes y uno o un par de ellos hacerlos madres, ya que la planta original se va a encontrar muy estresada durante bastante tiempo como para ser una donante efectiva.

La técnica, que veremos en profundidad en el próximo capítulo, es muy similar a las que se usan para el modelado aéreo de bonsáis pero prescindiendo de atados en las ramas, haciendo más hincapié en la poda selectiva de ramas débiles y en el control de la posición de los nuevos brotes, hasta que llegado un momento dado cada rama principal produce un número determinado de brotes que en pocos días toman el tamaño suficiente para ser cortados como esquejes. Una vez alcanzado ese punto, deberemos hacer limpieza de brotes cada cierto tiempo aunque no necesitemos los esquejes.

Aumentando la Producción

Seguramente este tipo de podas sea la que la mayoría de cannabicultores desean conocer. Es muy posible que en conversaciones con otros cannabicultores o en foros de debate se hayan escuchado conceptos como SOG, SCROG, FIM, RIB y otros, sin saber muy bien cómo funcionan.

Todos ellos y más, como el supercropping o la poda en escalera son metodologías de cultivo destinadas a subir la producción de las plantas y las cantidad de cogollos de alta calidad. Si bien no podemos decir que se trate exclusivamente de podar, estas metodologías siempre incluyen algún tipo de poda a lo largo del cultivo, y algunas de ellas de forma bastante agresiva.

Básicamente se trata de optimizar el aprovechamiento de la luz disponible en conjunción con el espacio, idealizando una canopia que lo cubra completamente y eliminando toda parte de la planta mal iluminada ya sea por su posición horizontal o vertical y todo ello de forma equilibrada, es decir, sin grandes “ataques podadores” que pelan una planta de repente, sino más bien poco a poco desde el principio del crecimiento vegetativo.

Para aquellos puristas del cultivo silvestre, baste decir que las plantas en la naturaleza también sufren podas, casi siempre accidentales a partir de la fauna circundante como pájaros u otros animales superiores que suelen mutilar hojas y ramas. También la propia naturaleza se suele encargar de realizar limpiezas de hojas muertas al arrastrarlas con el viento y ramas débiles al partirlas o romperlas por el peso de la lluvia. Incluso la propia planta tiende a autorregularse desprendiéndose de las hojas más viejas y/o grandes que tapan otras partes, sobre todo en floración.

Así pues a partir del siguiente capítulo veremos todas y cada una de estas técnicas de poda y otras menos usuales y no por ello menos efectivas.

Glosario

Canopia: Bóveda formada por la capa superior de las hojas y que debe cubrir toda la superficie de cultivo para obtener un rendimiento óptimo.

Fotosíntesis: Proceso por el cual las plantas transforman elementos químicos en orgánicos. Se produce en las hojas gracias a la clorofila, a la luz del sol y al Co2, expulsando oxígeno y vapor de agua como residuo del proceso.

Madre: Planta destinada a ser donante de esquejes. Se utilizan para cultivos intensivos o cuando se ha encontrado una planta excepcional y se quiere conservar. Los esquejes son siempre iguales a la madre.

Platanito(s): Flores masculinas que aparecen en plantas hembra bajo situaciones de estrés o por mala selección genética. Estas flores no son iguales a las normales y si se miran con lupa, tienen forma y color de plátano o banana. Suelen aparecer sobre todo por contaminación lumínica, sobremaduración o condiciones ambientales extremas. Aún en poca cantidad, contienen polen activo que puede malograr la cosecha.

Silvestre, cultivo: También denominado “guerrilla” es un tipo de cultivo en el que las plantas se dejan a su suerte en exterior en algún lugar recóndito y de difícil acceso. Las plantas se desarrollan a su aire sin ningún tipo de cuidado especial.

Sinsemilla: Tipo de cultivo en el cual se potencia la producción de flores y tricomas en las hembras a base de eliminar los machos del entorno de cultivo, haciendo que los cálices de las flores se hinchen más de lo normal al esperar ser fecundadas y no serlo. La cosecha se produce libre de grano o semilla. En el argot fuera de España se denomina “Sensimilla”.

 

Artículo anterior

Adolescentes estadounidenses fuman menos marihuana que antes

Próximo artículo

Abre sus puertas dispensario de cannabis medicinal en Puerto Rico

Últimas Artículos

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

hola

ultima edición de El Cultivador
Ir aSubir

Don't Miss