Básico – Sistemas de Riego Automático II

Como en todas las cosas, un sistema de riego automático puede ser tan sencillo o complicado como deseemos, pero si es cierto que cuanto más tecnificado se encuentre más nos facilitará la tarea del riego y menos problemas de mantenimiento y funcionamiento tendremos. También es verdad que un sistema de este tipo requiere de un cierto desembolso económico, pero éste se realiza sólo una vez y estos sistemas tienen una altísima durabilidad, por lo que la inversión será rápidamente amortizada, tanto en dinero como en esfuerzo.

Por: Luis Hidalgo

Vamos a entrar en un tema que, aunque a algunos les pueda parecer un lujo o algo “snob” en el cultivo de marihuana, lo cierto es que a partir de cierto tamaño en el cultivo, casi se hace imprescindible. Cuidado, que un cultivo tenga más o menos plantas no significa que no sea para autoconsumo, por ejemplo, un cultivo tipo SOG en interior desde esqueje puede fácilmente contar con más de 100 pequeñas plantas si queremos mantener un autoconsumo medio (10 gr planta x 100 = 1 kilo). De la misma manera puede darse el caso de que sólo tengamos 6 u 8 plantas en el jardín y tengamos que salir quince días: otra vez el automático se hace necesario.

Por ello, vamos a exponer unos sencillos esquemas para diseñar de forma fácil y sencilla nuestro sistema de riego y también veremos los materiales que vamos a necesitar. Esta metodología es aplicable tanto dentro como fuera y nos ayudará a diseñar un sistema de riego totalmente adaptado a nuestras necesidades concretas.

Medición del terreno a regar

Si bien el estudio “in situ” del terreno o el área donde vamos a cultivar es imprescindible, a la hora del diseño lo ideal es trabajar sobre papel. Para ello, usaremos papel cuadriculado del de toda la vida y pasaremos a escala un plano del espacio de cultivo. Si la cuadrícula del papel es por ejemplo de 2mm, podemos representar cada metro por 5 cuadraditos (10mm).

Lo primero será definir el perímetro de la zona a regar y luego medir la distancia a las paredes perimetrales usando como referencia las esquinas de la construcción (habitación, armario, invernadero…). Hay que colocar en el plano todos los elementos que se encuentran o que se encontrarán en el futuro en el jardín, como focos, mesas de cultivo, o si es en exterior edificaciones, terrazas, caminos, piscinas, árboles, macizos arbustivos y cualquier otro detalle u obstáculo. También habrá que ubicar la toma de agua, situación de medidores y depósitos de nutrientes y correctores de pH así como los posibles depósitos de recogida de agua sobrante si estamos en interior.

Al hilo de esto, vamos ahora a calcular el caudal de agua con el que vamos a contar. Usaremos el grifo más cercano a la zona donde tendremos los medidores y colocaremos debajo un depósito de un volumen conocido y tomaremos el tiempo que toma en llenarse con el grifo completamente abierto. Dividiendo el contenido del balde en litros por el tiempo que tomó en llenarse en segundos, tendremos el caudal (C) en litros por segundo (l/seg) que entrega el grifo. La otra opción es utilizar un manómetro que mida la presión estática atornillándolo directamente en el grifo.

Selección y ubicación de goteros o aspersores

Según el tamaño de las superficies habrá que elegir si vamos a usar aspersores para arbustos, muy recomendables para exterior o pop-ups en sectores medianos cuya distancia de separación es de 2,5 metros. Por supuesto, estamos hablando de exterior, y siempre cada aspersor se debe ubicar donde llega el agua de al menos uno de los otros aspersores para lograr una buena cobertura. En el plano conviene ubicar los aspersores de las esquinas primero y desde ellos ir marcando la distancia hasta el aspersor siguiente por medio de un compás, con el que se marca el radio de riego para ayudar a determinar si es que quedan zonas sin mojar. Para interior usaremos goteros que pueden ser bien piquetas, bien autocompensados o incluso con regulación independiente para cada gotero.

Para dividir el jardín en sectores de riego debemos agrupar regadores del mismo tipo sumando los gastos de cada regador hasta completar, en el caso de los aspersores para arbustos y pop-up un 80% del caudal (C) medido en el paso 2 (C x 0,8) y para el caso de los rotores y aspersores de impacto completar un 60% del caudal medido en el paso 2 (C x 0,6). Conviene además que estos sectores coincidan en sus requerimientos de riego como pasto, macizos arbustivos, sectores de sombra, etc. A cada uno de los

sectores que se definan se le asignará una válvula de paso, ya sea eléctrica (solenoide) o manual (bola).

Vamos a poner un ejemplo: Supongamos que el caudal total medido es de 40 litros por minuto. Para calcular la cantidad de sectores que se necesitan

1.- Para los regadores de largo alcance disponemos de 40 LPM x 0,6 = 24 LPM y tenemos 4 aspersores de 9 LPM cada uno, es decir, 36 LPM. Esto nos obliga a dividir la zona en dos sectores de 18 LPM cada uno, siempre inferior al caudal disponible (Sectores 1 y 2).

2.- Para los regadores de Mediano alcance disponemos de 40 LPM x 0,8 = 32 LPM y los regadores para el sector 3 son 2 aspersores pop-up de 180 de 4,5 LPM = 9,0 LPM, 2 aspersores pop-up de 270 de 6,0 LPM = 12,0 LPM, 1 aspersor pop-up de 360 de 7 LPM = 7 LPM y por último 1 aspersor pop-up de 90 de 3,0 LPM = 3,0 LPM – TOTAL 31 LPM (siempre inferior al caudal disponible).

Tuberías: tamaños y colocación

La primera tubería a trazar es la “matriz” que llevará al agua desde el grifo o el depósito hasta las válvulas de riego. Conviene dejar una llave de paso manual al principio de la matriz para cortar el agua de riego independiente de la entrada general. En el plano, en cada sector se van uniendo los aspersores con líneas que serán las tuberías de PVC. Luego, partiendo desde los aspersores más lejanos a la válvula se va anotando en los tramos de tubería la suma del caudal de agua que pasa. En cada uno de estos tramos se compara el dato del caudal que pasa por ese punto con la tabla de diámetros de tubería sugeridos y se escribe el diámetro de tubería que se debe usar. Para calcular el diámetro de la tubería matriz se toma el caudal mayor que se encuentra en el plano.

Por ejemplo, tomando el sector 3 vemos que por el tramo “A” circula el caudal de todos los regadores,

es decir, 31 lpm; según la tabla corresponde la tubería diámetro 32 mm. Por el tramo “B” circula el caudal de 4 regadores que suman 24 lpm y según la tabla corresponde la tubería diámetro 25 mm. Por el tramo “C” el caudal es de 16 gpm de acuerdo a la tabla el diámetro de la tubería es de 20 mm. al igual que el tramo “D” y “E”.

Si se quiere realmente optimizar el uso del agua, habrá que regar en horarios en que no se pierda humedad por evaporación y pierda humedad por evaporación y se cuente con mayor presión en el sistema. Esto se podría hacer con un simple temporizador a una válvula solenoide, pero lo ideal es contar con un sistema de riego totalmente automatizado, lo que es muy fácil con los programadores y válvulas eléctricas de bajo voltaje que no sólo controlan horarios sino que admiten la entrada de sondas y medidores pudiendo reaccionar por programación ante determinados valores, corrigiendo el pH si se sale de rango, por ejemplo. Vamos pues a ver unos detalles sobre el tema:

1. Ubicación del programador: Se debe definir donde se ubicará el programador para que cuente con un arranque eléctrico o enchufe para conectar el transformador (220 volt a 24 volt), se puede seleccionar programadores para uso exterior o interior. Luego se ve el recorrido y se mide la distancia que habrá entre el programador y las válvulas para comprar el largo de cable de varias hebras que sea necesario. No olvidar que debe haber una hebra más que el número de válvulas solenoide para usarla como cable común. Es conveniente conducir los cables por tubería eléctrica tipo conduit.

2. Instalación de las válvulas solenoides: se pueden enterrar y proteger con una caja de válvulas o se pueden levantar con codos de PVC y dejarlas adosadas a un muro. Fijarse en la flecha que indica el sentido de flujo del agua (flow).

3. Conexión de los cables: De cada válvula solenoide se debe tomar uno de los dos cables y unirlos al cable común que llega hasta el programador. Luego cada uno de los cables sobrantes de los solenoides se van uniendo con una de las hebras del cable principal. Luego se aísla cada unión de cables contra la humedad.

4. Conexión del programador: Con la corriente eléctrica cortada se conecta el cable común al tornillo que indica “Common” y cada uno de los cables restantes a los tornillos numerados, finalmente se conectan los cables del transformador a los tornillos que indican 24 V y se conecta a la corriente eléctrica. Luego, antes de cerrar todo, se verifica que cada válvula solenoide quede conectada al número de sector que se quiera y se realiza la programación deseada.

En el próximo número terminaremos con este apartado viendo una aplicación directa en interior y el uso de automatismos específicos para cannabicultura. Saludos pues.

 

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