«El canabidiol no debe ser visto como una panacea para la epilepsia, pero para los pacientes con formas especialmente graves que no han respondido a numerosos medicamentos, estos resultados proporcionan la esperanza de que pronto podremos tener otra opción de tratamiento», dice el investigador principal Orrin Devinsky, profesor de Neurología, Neurocirugía y Psiquiatría y director del Centro de Epilepsia Integral en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés), Estados Unidos.
«Todavía necesitamos más investigación, pero este nuevo ensayo proporciona más pruebas de las que hemos tenido sobre la efectividad del cannabidiol como medicamento para la epilepsia resistente al tratamiento», añade este experto. El cannabidiol, o CBD, es un compuesto de la planta de cannabis que no contiene propiedades psicoactivas.
El estudio incluyó una formulación farmacéutica líquida de CBD, llamada ‘Epidiolex’, que es fabricada por GW Pharmaceuticals -que financió el estudio– y no ha sido aprobada por la agencia norteamericana del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés).
MÁS INVESTIGACIÓN PARA REDUCIR LOS EFECTOS SECUNDARIOS
Para el estudio, se asignó a 120 niños y adolescentes con síndrome de Dravet entre las edades de 2 y 18 años de 23 sitios de Estados Unidos y Europa a recibir 20 mg/kg de CBD o placebo añadido a su tratamiento actual durante 14 semanas. Se realizó un seguimiento de la frecuencia de las convulsiones durante un mes antes del estudio para tener lecturas basales y durante el curso del análisis.
Específicamente, la frecuencia de convulsiones disminuyó en el grupo tratado con CBD en un 39 por ciento de una media de casi 12 convulsiones por mes antes del estudio a aproximadamente seis; tres ataques epilépticos de los pacientes se detuvieron por completo. En el grupo de placebo, hubo una reducción del 13 por ciento en las convulsiones de aproximadamente 15 crisis mensuales a 14. La diferencia en el grado de reducción de convulsiones entre el grupo CDB y el grupo placebo fue estadísticamente significativa y clínicamente consistente.
Los efectos secundarios –experimentados por el 93,4 por ciento de los pacientes en el grupo CBD y el 74,6 por ciento de los tratados con placebo– se calificaron generalmente como de gravedad leve o moderada. Los más comunes en el grupo CBD fueron vómitos, fatiga y fiebre y ocho participantes del grupo CDB se retiraron del estudio debido a efectos secundarios en comparación con un participante en el grupo placebo.
En futuras investigaciones se estudiará si la seguridad y la tolerabilidad podrían mejorarse y si puede mantenerse la eficacia del CBD a dosis más bajas. También se están llevando a cabo estudios a largo plazo del CBD para el síndrome de Dravet, así como para otras formas de epilepsia resistente al tratamiento.