Investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) han descubierto que los jóvenes que fuman tabaco de forma regular durante el final de su adolescencia tienen más probabilidades de sufrir un ictus antes de cumplir los 45 años, hasta cinco veces más, pero sin embargo el consumo de marihuana no parece elevar el riesgo de este trastorno.
El trabajo, publicado en la revista ‘Stroke’, se basó en un análisis a casi 50.000 militares suecos y también reveló que el consumo de al menos 20 cigarrillos diarios elevaba igualmente a más del doble el riesgo de ictus a los 60 años, ha explicado Anna-Karin Danielsson, autora de este trabajo.
Más del 90 por ciento del riesgo de ictus se asocia al tabaquismo, el consumo de alcohol y otros factores de riesgo entre los que se pensaba que también podía estar la marihuana. Para indagar en esa posible relación, analizaron datos de 49.321 hombres nacidos entre 1949 y 1951 que habían comenzado el servicio militar cuando tenían entre 18 y 20 años.
Durante los siguientes 60 años registraron 1.037 accidentes cerebrovasculares por primera vez, aproximadamente la mitad debido a bloqueos de los vasos sanguíneos y alrededor de un cuarto como consecuencia de una hemorragia cerebral. Y 192 de estos eventos se produjeron antes de que los participantes cumplieran 45 años.
Después de tener en cuenta otros factores de riesgo, los investigadores encontraron que quienes decían haber consumido marihuana más de 50 veces durante su adolescencia no tenían un mayor riesgo de ictus a los 45 años o antes. Aunque el riesgo de obstrucción de los vasos sanguíneos sí era dos veces mayor en estos casos, el vínculo se debilitó después de que los investigadores tuvieran en cuenta su consumo de tabaco, que multiplicó por cinco las probabilidades de tener un ictus.
El problema, ha reconocido Danielsson, es que el hecho de que casi todos los consumidores de marihuana también fumaran tabaco hace difícil descartar posibles asociaciones entre el cannabis y el accidente cerebrovascular.
«Se necesitan estudios adicionales que examinen los posibles efectos del cannabis para la salud», según esta experta, que también admite que deben ser capaces de controlar los efectos del tabaquismo.