Italia estudiará un proyecto de ley dirigido a legalizar la posesión y el consumo de cannabis con el fin de garantizar la calidad de este tipo de productos y desbaratar toda una economía sumergida controlada especialmente por el crimen organizado.
Está previsto que el próximo 25 de julio la Cámara de los Diputados comience a estudiar este proyecto legislativo que secundan la mayoría de los partidos políticos de la sede, tanto de derechas como de izquierdas, basándose en que en los últimos años la actividad de represión no ha contribuido a mejorar la situación ni en los países productores ni en los consumidores. En concreto, señalan que en los primeros «no se ha contenido la influencia económica y política de las organizaciones criminales que controlan la producción», mientras que en los segundos «no se ha frenado la difusión de las drogas prohibidas».
De acuerdo con la agencia IPSOS, el 83 % de los italianos consideran que las leyes contra la difusión de las drogas blandas son poco o nada eficaces y el 73 % creen que el país podría legalizar el cannabis.
Cultivo en casa
Ante este escenario, el nuevo proyecto de ley propone legislar el cultivo, posesión y consumo de marihuana de un modo análogo al tabaco, y permitir que los mayores de edad puedan poseer una «módica cantidad de cannabis para uso recreativo», equivalente a 15 gramos en casa y 5 gramos en el espacio público, donde sin embargo queda tajantemente prohibido fumar. La marihuana podría ser cultivada en los domicilios, con un máximo de cinco plantas hembras, y la cosecha no podría ser vendida. La venta del cannabis y de sus derivados sería monopolizada por el Estado que, a su vez, permitiría su distribución mediante establecimientos privados y previamente autorizados, lo que también simplificaría la prescripción y repartición de fármacos a base de cannabis.
La Dirección Nacional Antimafia otorga un valor superior a los 30.000 millones de euros a este mercado negro, por lo que la legalización del estupefaciente generaría impuestos consistentes y permitiría ahorrar en los costos de represión del fenómeno.