El Santander ha cerrado cuentas en Uruguay pese a la despenalización de la venta de cannabis este año
La legalización de la marihuana se extiende. No sólo para usos medicinales, sino también recreativos. Pero la tendencia, alentada por inversores muy conocidos como George Soros, a través de la fundación Open Society, choca con un aspecto imprevisto: la gran banca. En Uruguay, el primer país que ha despenalizado el cultivo, producción y venta de marihuana, la banca se niega a operar con las empresas y particulares que se dedican al negocio. El Banco Santander ha sido uno de los primeros bancos en cerrar cuentas relacionadas con el negocio del cannabis pese a su legalización.
Es un dilema que en el caso de la banca española afecta, sobre todo, a las dos grandes entidades, BBVA y Banco Santander. Ambos operan en países del continente americano donde más rápido avanza el debate, de EEUU a Uruguay, pasando por México o Canadá. Consultado al respecto, el BBVA se limitó a señalar que «no le consta ningún conflicto».
Por su parte, el Banco Santander señaló que «estamos observando el desarrollo de los acontecimientos. Las decisiones de vinculación de clientes se toman localmente y dentro de la política vigente. En esta línea, hemos decidido no participar en este rubro, como no se participa en otros. Adicionalmente, por pertenecer a un banco global con clientes que utilizan bancos en distintos países del mundo debemos cumplir con las diversas normativas locales”.
Todo un choque
El choque entre el nuevo enfoque legal frente a la marihuana en muchos países y la regulación financiera internacional es claro. Las entidades españolas están condicionadas, entre otras normas, por las directrices del Grupo de Acción Financiera Internacional/ Financial Action Task Force Against Money Laundering (GAFI). El grupo, creado en 1989, trata de prevenir, entre otros problemas, el blanqueo de capitales.
El choque entre nueva legalidad y vieja legalidad afecta a todo lo relacionado con el negocio de la marihuana, cada día más jugoso. Según un informe publicado por New Frontier Data, recogido en el mercado de acciones Nasdaq, las ventas de cannabis medicinal en EE UU crecerán hasta los 5.300 millones de dólares en 2017 y representarán el 67% de las ventas totales de cannabis.
El informe dice más. En 2025, las ventas médicas legales crecerán hasta los 13.200 millones. En comparación, las ventas de productos de cannabis para fines recreativos en 2017 llegarán a 2.600 millones y alcanzarán los 10.900 millones en 2025.
Negocio y también polémica. La empresa MassRoots, un portal creado en 2013 para los consumidores de marihuana solicitó este año cotizar en el mercado de acciones Nasdaq. La bolsa lo rechazó al considerar que está ayudando y fomentando la distribución de una sustancia ilegal.
La «María» en Bolsa
MassRoots, cuyas acciones sí se negocian en otros espacios, como OTCQB, no se lo tomó a bien. Nasdaq basó su decisión en la legalidad federal vigente en EE UU. Lo cierto es que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aún no ha delineado su posición oficial sobre el cannabis legal, aunque el fiscal general Jeff Sessions, opuesto al cannabis, amenazó a la naciente industria de la marihuana a principios de año.
El debate está servido en todas sus facetas: legal, financiera, de salud y hasta de orden público. Pero lo que parece claro es que tras todo ello hay mercado. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), entre 125 y 227 millones de personas son consumidoras de cannabis en el mundo. En España, el Plan Nacional sobre Drogas cifró en un 8% el porcentaje de población que admitía haber consumido marihuana en el último año, con un incipiente debate sobre la legalización y un limbo normativo en el que se mueven unas 800 asociaciones cannabicas.
Según datos de la Guardia Civil española, el mercado más amplio en cuanto al consumo de marihuana es Reino Unido. Representa el 24% del consumo total de Europa. En segunda posición figura Alemania con un 16% y en tercer lugar España, con un 15%. Pero en consumo per cápita destaca, según estudios de la ONU, Islandia. El mercado está radiografiado y empresas como la estadounidense MassRoots ha decidido aprovecharlo.