Siempre que se habla del empleo de la marihuana con fines médicos se entra en polémica, pues hay quienes lo ven con buenos ojos y quienes lo rechazan por completo. Pero lo cierto es que los estudios avalan sus uso medicinal. Uno de ellos, llevado a cabo concretamente en la Universidad de Buffalo (Nueva York) ha demostrado que resulta eficaz para combatir el dolor, la ansiedad y la depresión que resulta del estrés crónico. Quizás por este motivo cada vez más estados de Estados Unidos legalizan el consumo de la marihuana para uso medicinal pero también recreativo. En nuestro país a falta de voluntad política, la legalidad se diñe a grow shops y clubes cannabicos.
Los neurocientíficos de Estados Unidos han sido capaces de demostrar que las sustancias químicas que posee la marihuana se pueden comparar a los endocannabinoides (que genera el propio organismo humano cuando lucha contra estas dolencias)
Los experimentos, llevados a cabo en laboratorios con ratones, demostraron que aquellos a los que se les había suministrado marihuana mostraron un aumento en los niveles de estas sustancias químicas, con lo que se “puede potencialmente estabilizar el estado de humor y paliar la depresión”, comentó Samir Haj-Dahmane, el director del estudio.
Al reducir los estados de depresión, que afectan directamente a la compresión, el comportamiento y las emociones, se observa como el dolor y la ansiedad, disminuyen. Al tiempo, aumentan los sentimientos generales de bienestar y el apetito.
Estos resultados se suman a los ya obtenidos en años pasados que venían a reforzar la idea de que el uso de la marihuana con fines medicinales está más que comprobado. En 2014 se concluyó que las personas que sufrían de estrés postraumático podían encontraban alivio al ser tratadas con esta planta, según un estudio publicado en la revista Neuropsychopharmacology. Se realizaron pruebas también en roedores y se comprobó que aquellos a los que se suministraba cannabis presentaban cambios en los centros del cerebro que están asociados con la formación y recuperación de recuerdos traumáticos.
Pese a estos avances, los investigadores quieren manifestar, de nuevo, que todos estos tratamientos son mucho más complejos. Incluso hay estudios que apuntan que un consumo excesivo de marihuana puede llevar a la propia depresión. Como con todo, lo que se recomienda es un uso moderado.
Al tratarse de un tema bastante controvertido no faltan los que lo apoyan y refutan sus estudios, pero tampoco los detractores. El profesor de Psicología en la Universidad del Estado de California, Thomas F. Denson, aseguró en un estudio llevado a cabo en 2006 que “aquellos que consumen marihuna de vez en cuando, incluso diariamente, tienen niveles más bajos de síntomas depresivos”
Por contra, desde la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas estadounidense se advirtió, dos años más tarde, de que el consumo de marihuana en adolescentes puede derivar en un empeoramiento de la depresión. “El consumo frecuente puede doblar el riesgo de un adolescente a padecer depresión y ansiedad”, concluyeron.
La marihuana sí que puede tener aplicaciones médicas, pero con control. Lo que se pretende es seguir trabajando en esta línea, probar esta hipótesis en pacientes humanos controlados en centros clínicos y observar los resultados que sí que son, cuanto menos, esperanzadores.