Todo listo para los primeros millonarios de la marihuana

13 septiembre, 2016

Desde hace tres años, Dan Humiston organiza una importante feria de negocios en Nueva York y Los Ángeles. Alrededor de un centenar de exhibidores, decenas de conferencias sobre legislación y marketing, un vibrante intercambio de ideas y cientos de potenciales inversores caminando por los pasillos dan fe de su éxito. Pero la feria tiene una peculiaridad. El producto principal, la marihuana, no se encuentra por ningún sitio. Es ilegal. Aun así, los asistentes al Cannabis World Congress están convencidos de estar en primera fila para una nueva fiebre del oro.

“La industria del cannabis en Estados Unidos está explotando”, decía Humiston este jueves en la edición de la feria que empezaba ese día en Los Ángeles. “Se ha abierto la puerta a muchos emprendedores para que tomen posiciones en distintos aspectos de la industria. Este es el momento de meterse, es una vez en la vida. Hay una industria que está emergiendo y necesita gente, necesita negocios”.

La progresiva legalización del uso de la marihuana en Estados Unidos, primero para uso médico y después para uso libre como una droga legal más, está creando todo un ecosistema económico alrededor de esta planta, cuyo cultivo y manipulación siguen siendo perseguidos por el Gobierno federal. Actualmente, 26 Estados permiten el uso medicinal de la marihuana, algo que permite al consumidor comprarla con solo una receta del médico. Tres más tienen propuestas en este sentido a punto de ser votadas.

Además, cuatro Estados (Washington, Oregón, Alaska y Colorado) permiten el uso recreativo en un mercado regulado y que paga impuestos como cualquier otro producto. Este noviembre, junto con las elecciones presidenciales, se votan medidas parecidas en otros cinco Estados. Y el más codiciado de todos es California. Según todas las encuestas, el Estado más rico y más poblado del país se dispone a despenalizar completamente la marihuana el próximo 8 de noviembre en las urnas. California, coinciden los expertos, es el punto de no retorno. “California forzará al Gobierno federal a enfrentarse a este asunto”, vaticina Humiston. El Estado rechazó una medida similar en 2010, pero actualmente las encuestas revelan un abrumador apoyo a la legalización, hasta el punto de que los propios políticos están haciendo leyes para anticipar esa regulación.

El principal argumento para la legalización es sacar de las sombras una industria que ya es de por sí gigantesca e imposible de perseguir para las agencias de seguridad federales. Los beneficios fiscales serían de “cientos de millones al año”, según los proponentes de la ley californiana. Colorado recaudó el año pasado 135 millones en impuestos al cannabis, un 77% más que los 76 millones de 2014, el doble de lo recaudado del alcohol. Colorado tiene 5 millones de habitantes y California 38 millones. La consultora especializada ArcView estima las ventas legales el año pasado en todo el país en 5.700 millones de dólares. Nadie sabe cuánto crecería eso si se incorpora el mercado ilegal. La perspectiva de un efecto similar, a mucha mayor escala, ha generado una verdadera fiebre del oro verde.

En la feria de negocios de Los Ángeles, decenas de personas acudían a dos seminarios simultáneos el miércoles por la mañana, uno sobre empezar tu propio negocio de marihuana y otro sobre cómo invertir en la industria. Entre los exhibidores, había desde cosméticos de cáñamo hasta bolsas empaquetadoras, servicios financieros, asesoría legal o consultoría de márketing. Chris Husong, por ejemplo, presentaba la línea de productos de Elixinol, aceites con esencia de marihuana presentados como un producto farmacéutico más. “Mucha gente necesita THC (el ingrediente psicoactivo, que alivia el dolor y la náusea)”, decía. Su compañía se esfuerza en la presentación y la dosificación porque “aún existe el estigma de la marihuana”, cuando puede utilizarse como cualquier medicamento.

Avis Bulbuyan se encontraba en la feria ofreciendo los servicios de SIVA, una consultora de negocios especializada en la industria de la marihuana. Explica que con una inversión de 200.000 a 300.000 dólares se puede montar un dispensario y, en general, obtener un retorno de la inversión del 40%. Reconoce que el hecho de que el producto en sí sea ilegal a nivel federal complica los negocios. Por ejemplo, es muy difícil encontrar servicios bancarios para un negocio de marihuana y la industria mueve grandes cantidades de efectivo. “Cuanto más se respeten las reglas, menos riesgo se corre por el lado federal”, dice Bulbuyan. Su hermano Kevin ya ha desarrollado una línea de productos medicinales de marihuana llamada Varavo, con exquisito empaquetado. Entre sus productos ofrece cápsulas de vaping con marihuana. Tener la misma imagen que los productos farmacéuticos es fundamental, en su opinión, para ganar respetabilidad y confianza entre los consumidores.

El uso libre de la marihuana ya no es una reivindicación solo de pacientes de dolencias como el cáncer. Es una necesidad para una industria ansiosa. La conferencia principal de la feria Cannabis World Congress estaba a cargo de Montel Williams, una personalidad de la televisión que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una cruel enfermedad degenerativa, y es una importante voz a favor de la legalización. Toma marihuana a diario, en distintas variantes. Y anunciaba también que va a montar su propia compañía de productos farmacéuticos. Para Williams, lo más importante de la legalización es que médicos y farmacéuticas puedan experimentar con la marihuana. Ahora mismo, cada paciente decide cuánto le viene bien y cómo lo toma. “Hemos desarrollado la ciencia los propios pacientes”, decía Williams a EL PAÍS.

Esos pacientes con vista para los negocios son hoy los expertos de referencia de esta industria a punto de explotar. Cheryl Shuman se promociona desde hace un par de años como la reina de la marihuana de Beverly Hills, hablando abiertamente de cómo tiene su propia plantación y es la suministradora de decenas de famosos. “Es el nuevo alcohol”, decía Shuman en una entrevista con este periódico durante un evento de networking con mujeres que quieren aprender a hacerse ricas en la industria. Shuman, que aspira a un programa de televisión, decía: “Quiero ser la Martha Stewart de la marihuana”.

“La industria ya está aquí. Lo que estamos esperando es la legalización de esa industria”, decía Dale Jones en una entrevista con este periódico en Oakland en 2014. Jones es la directora de la autodenominada Universidad de Oaksterdam, que es una reconocida escuela de negocios alrededor de la marihuana con sede en la ciudad vecina de San Francisco. Han tenido 25.000 estudiantes de 30 países distintos desde 2007. Para Jones, estamos en el mismo momento que al acabar la prohibición del alcohol. Los mejor situados en ese momento fueron los que hicieron más dinero. Los mejor situados ahora en la marihuana pueden ser los Jim Beam o los Jack Daniels de esta industria. Por el momento, estamos en la prohibición. “El primero que llegue puede hacer mucho dinero, pero también puede acabar en la cárcel”, advertía. Esa situación tiene muchas probabilidades de aclararse a partir del 8 de noviembre, y los primeros millonarios de esta fiebre podrán empezar a presumir de ello.

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