En todos ellos, se recabaron pruebas por incumplimiento de las ordenanzas, consumos fuera del local y posibles ventas
Salou ha pasado en poco más de 18 meses de ser posiblemente la ciudad de la provincia con mayor número de clubes de cannabis a no tener ninguno operativo. «El Ayuntamiento no ha actuado nunca en contra de la actividad, pero sí que hemos sido estrictos en la existencia de irregularidades», explica David González, concejal de Seguretat Ciutadana.
El Ayuntamiento de Salou admite que había cierta preocupación en el pasado ante la proliferación de estas entidades. El problema radicaba en que el Pla d’Ordenació Urbana (POUM) no «contiene ningún tipo de regulación respecto a los usos de actividades de cannabis ni de asociaciones cannábicas».
Ante este vacío legal, el equipo de gobierno decidió actuar en dos frentes: por una parte, elaborar una petición de modificación puntual del POUM con el objetivo de ser restrictivo en la apertura y actividad de estas entidades. Y por otra, vigilar estos locales con el fin de que cumplieran la ley y las ordenanzas municipales.
«No ha habido persecución contra nadie. Eran servicios ordinarios que forman parte de las competencias policiales», justifica el edil. Lo cierto es que las patrullas visitaban con frecuencia estos locales, se entrevistaban con los usuarios y observaban si se ajustaban a la legalidad. «En todos los que hemos precintado el local es porque existen pruebas», asegura González.
En verano se precintó el último de los 13 en la calle Barbastro. Una pareja regentaba el negocio, abierto desde 2014. Explican, desde el anonimato, «que venimos de Badalona y abrimos la asociación, que ha llegado a tener hasta un centenar de afiliados de la ciudad y de otros municipios». Sin embargo, desde que la Policía Local se puso en la puerta «un día sí y otro también, la gente empezó a asustarse y llegó el día que nos precintaron el local», explica uno de los impulsores de la asociación cannábica. La entidad intenta revocar la orden de cierre del Ayuntamiento y de momento el proceso está abierto, aseguran tanto desde la entidad como el consistorio.
Medidas más exigentes
En el pleno de octubre, los partidos apoyaron unánimemente la aprobación inicial de la propuesta de modificación puntual del POUM referente a la limitación y regulación específica de les condiciones urbanísticas de emplazamiento de los locales y asociaciones de cannabis en la capital de la Costa Daurada.
Los requisitos exigentes que pretenden incluirse en el POUM es que un club de cannabis no podrá estar en una zona catalogada como uso comercial; tampoco que tenga la calificación de uso cultural y finalmente debe estar suficientemente alejada de colectivos vulnerables o de riesgo: escuelas, residencias… En la práctica no se impide el derecho de asociación, que está amparado por ley, pero sí que la entidad creada no pueda ser un club de fumadores de cannabis.