El presidente de la Autoridad Nacional Anticorrupción de Italia, Raffaele Cantone, reavivó hoy el debate en el país sobre si legalizar el cultivo y posesión de cannabis para uso personal, una medida contemplada en un proyecto de ley que inició su discusión parlamentaria el pasado julio.
Cantone preguntó hoy en declaraciones a los medios si «la legalización de una droga controlada, incluso en el ámbito de la venta», podría «tener mejores efectos que el tráfico de drogas que se produce a plena luz del día con total impunidad».
En esta línea, el presidente de la Autoridad Nacional Anticorrupción opinó que «es una hipocresía» ocultarse «detrás de la prohibición, sabiendo que las normas sobre prohibición sirven para llenar las cárceles, en su mayoría de inmigrantes, sin que nadie se preocupe de por qué el fenómeno crece».
Sus declaraciones han sido contestadas de inmediato por el exministro de Infraestructuras y presidente de los diputados del grupo conservador Área Popular, Maurizio Lupi, que ha subrayado que «cualquier droga es perjudicial».
«Hipocresía es seguir engañando a los jóvenes y a las familias diciendo que la venta controlada de la droga haría inocua una sustancia que les roba la vida», ha afirmado.
A favor de legalizar el cannabis en el país, sin embargo, se han mostrado otras figuras del ámbito político como el diputado del grupo mixto Benedetto Della Vedova, que ha sostenido que es necesario que se dé un amplio debate sobre esta cuestión.
El pasado julio el proyecto de ley que contempla la legalización del cultivo y posesión de cannabis para uso personal llegó a la Cámara de los diputados italiana para someterse a debate parlamentario.
Lo hacía entonces con más de 1.700 enmiendas que debían ser discutidas por los distintos grupos políticos.
El debate desde entonces se ha alargado y pospuesto en diversas ocasiones y desde mañana volverá a ponerse sobre la mesa en la comisión de Justicia y Asuntos Sociales de la Cámara de los Diputados.
El texto prevé, entre otras cosas, la posesión de cannabis para uso personal equivalente a 15 gramos en casa y 5 gramos en el espacio público, donde sin embargo queda tajantemente prohibido fumar.
La marihuana podría ser cultivada en los domicilios, con un máximo de cinco plantas hembras, aunque la cosecha no podría ser vendida, y se permitiría el cultivo colectivo en asociaciones sin ánimo de lucro conformadas por hasta cincuenta personas mayores de edad.
La venta del cannabis y de sus derivados sería monopolizada por el Estado que, a su vez, permitiría su distribución mediante establecimientos privados y previamente autorizados.