«Antes nos encontrábamos como en el Lejano Oeste en uso de pesticidas»
Cuando Josh Wurzer compra marihuana legal en California se asegura de que se haya cultivado sin pesticidas. Wurzer, que preside la compañía de análisis de cannabis SC Labs, sabe que el uso de químicos peligrosos para la salud está muy extendido en un sector que hasta hace poco operaba en la clandestinidad. Entre tres y cuatro de cada 10 muestras que SC analiza revelan la presencia de pesticidas que no deberían usarse en el cultivo de cannabis, entre ellos uno que se convierte en un gas venenoso al encendérselo, dijo.
«No quiero que algún productor al que nadie vigila rocíe todo tipo de pesticidas que desconoce y para cuyo uso no tiene una formación adecuada», dijo Wurzer, que tiene una receta médica para comprar marihuana. «Compro cannabis a personas que sé que no usan pesticidas».
Dado que ahora 29 estados y el Distrito de Columbia permiten los usos medicinal y recreativo de la marihuana, se estima que el sector estadounidense, valorado en 6,000 millones de dólares, alcanzará los 50,000 millones para 2026, según el banco de inversión Cowen & Co. Pero muchos estados apenas están comenzando a hacer controles de pesticidas, mientras que algunos no tienen ningún programa de análisis. California, donde los votantes aprobaron el uso medicinal de la marihuana hace 20 años, no empezará a hacer análisis para detectar impurezas hasta que comience la venta para uso recreativo el 1 de enero.
La regulación de pesticidas en el cultivo de cannabis compete a los estados porque el Gobierno federal continúa catalogando la marihuana como una droga ilegal. Eso ha impedido que la Agencia de Protección Medioambiental (EPA por la sigla en inglés) evalúe el uso seguro de pesticidas en el cultivo de cannabis, como lo hace con los demás químicos agrícolas. En junio el administrador de la EPA, Scott Pruitt rechazó un intento de Scotts Miracle-Gro de registrar algunos pesticidas para marihuana.
Colorado determinó el año pasado que el 49% de las muestras de cannabis analizadas en respuesta a quejas tenían residuos de plaguicidas no aprobados, según datos del Departamento de Agricultura (USDA por sus siglas en inglés). La proporción en lo que va de año es del 13%, lo que demuestra que el análisis mejora el grado de seguridad de la marihuana, dijo Jan Stapleman, una portavoz del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de Colorado.
Oregón también está viendo una mejora después de que a finales del año pasado empezaran a hacerse análisis obligatorios y se detectaran centenares de casos de uso indebido de pesticidas, dijo Jonathan Modie, un portavoz de la Autoridad de Salud del estado.
La regulación del análisis de cannabis por parte de los estados ha avanzado mucho en lo relativo a asegurar que la marihuana legal pueda «considerarse razonablemente segura», dijo Whitney Cranshaw, un entomólogo y especialista en plaguicidas de la Universidad del Estado de Colorado. «Antes nos encontrábamos como en el Lejano Oeste en uso de pesticidas, dado que no sólo los organismos federales sino también los de los estados evitaban por completo la cuestión».