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La poda del cannabis (III)

Una planta de cannabis puede crecer en el suelo sin más, “a lo silvestre”, como sucede por ejemplo cuando se planta en “guerrilla”, y dependiendo de la cantidad de sol que reciba así producirá más o menos cogollo. Sin embargo, todos sabemos que hay muchas partes de la planta, sobre todo las más bajas, que dan unos cogollines ínfimos los cuales suelen terminar en la bolsa de los restos par hacer hachís. En interior, con luz artificial, y también fuera cuando las horas de luz son pocas el problema se manifiesta aún con mayor claridad, pudiendo dejar hasta media planta sin ser aprovechada de manera óptima.

Fotos y Texto: Luis Hidalgo

Si, es cierto, pero no nos damos cuenta, o no lo queremos admitir hasta que llevamos varias cosechas y nos rendimos ante la evidencia: Unas plantas de cannabis correctamente podadas rinden más y de mejor calidad, sea cual sea el entorno de cultivo. Tanto en interior como en exterior, en maceta o suelo, con tierra o en aeropónico, siempre hay partes de la planta rinden muy poco o nada e incluso pueden provocar que el resto de la planta tampoco llegue a dar lo máximo, ya que la energía y recursos se encuentran mucho más repartidos.

Como siempre, el factor que manda en todo esto es la luz, su potencia y calidad, seguido de la frondosidad de nuestras plantas y su genética, aunque independientemente de todo ello el cannabis, sea cual sea la variedad, siempre intenta producir nuevos brotes, incluso al final de su vida. Los primeros es posible que se acaben haciendo ramas pero está claro que los que nazcan después de que las plantas hayan entrado en floración tendrán un desarrollo pobre.

Poda de Bajos

Cuando se cosechan plantas de más de dos metros de altura en exterior y que han sido cultivadas en una buena cantidad de tierra de calidad y con muchas horas de luz directa, se suele perder la noción de de las proporciones y los rendimientos obtenidos son tan satisfactorios que la pérdida de las partes bajas de las plantas se considera “despreciable” y como mucho se destina a hacer polen o mantequilla.

Sin embargo, no sucede igual cuando el cultivo es de un metro cuadrado en interior bajo una lámpara de 400W o en una terraza con macetas de 15 litros y sólo 4 ó 5 horas de luz directa al día. Básicamente, no llega suficiente luz a esos pequeños brotes inferiores por lo que acaban quedando raquíticos y diminutos con sólo unos pocos cálices. Tenemos que recordar que la hierba un vez seca pierde el 80% de la humedad que contiene en el momento del corte, y que eso se verá reflejado en el volumen final de los cogollos, por lo que uno de estos “bajeros” que ya en fresco no mide ni dos centímetros de ancho quedará reducido a un “micropunto” de marihuana que no llega ni para un cuarto de porro.

Estamos de acuerdo en que las hojas son imprescindibles para la vida de la planta y que no debemos quitarlas alegremente y sin sentido. En nuestro caso, lo que pretendemos es conseguir que una vez llegada la floración no haya exceso de follaje en relación con la cantidad de luz aprovechable y mantenerla así hasta la cosecha. Por ejemplo, en el cultivo de interior se suele dar el hecho de que en nuestras primeras experiencias solemos dejar más tiempo de crecimiento vegetativo del que realmente deberíamos produciendo plantas excesivamente altas al llegar la floración. Esto mismo sucede en terraza o en exterior con maceta cuando plantamos demasiado pronto.

En estos últimos casos e incluso en tierra madre lo ideal es esperar hasta que la planta tenga alrededor de un metro y en ese momento realizar una limpieza exhaustiva de toda la parte más baja, dejando unos 20 ó 30 centímetros de la parte inferior del tallo principal completamente limpio usando unas tijeras bien esterilizadas con alcohol para cortar ramas y brotes. Como el ciclo de exterior es como mínimo de 120 días, tendremos que estar atentos pues al cabo de unas semanas habrán nacido nuevos brotes que habrá que ir eliminado y esto sucederá de manera continua hasta casi la cosecha.

En interior dejamos las plantas crecer en vegetativo y cuando calculemos que faltan unos diez días para pasarlas a floración realizaremos el mismo tipo de poda, pero en este caso sólo limpiamos los tres o cuatro nudos inferiores y los brotes más cercanos al tallo principal de las dos ramas siguientes (sólo los brotes dejando el resto de la rama intacto). Cuando las pasemos a 12/12 seguiremos limpiando los posibles brotes y si a lo largo del principio de la floración apreciamos que queda alguna ramita o brote que queda demasiado bajo cuando las plantas estiren, lo eliminaremos sin dudar.

En definitiva, la poda de las partes bajas potencia el crecimiento y engorde del resto de la planta, evita el desperdicio de recursos en crear y mantener materia vegetal que nunca dará cogollos y permite una mejor aireación en toda la zona más cercana a la superficie de las macetas o al sustrato que estemos utilizando evitando la acumulación de humedad que suele atraer a moscas, mosquitos y algún que otro hongo.

Poda según el Fenotipo

Vamos ahora a comenzar con los conceptos básicos de la poda para conseguir incrementar la producción en nuestros cultivos centrándonos en el indoor; más adelante explicaremos las técnicas para exterior, bastante más sencillas y de alguna forma diferentes, debido sobre todo a los tamaños, si pensamos que en ocasiones una rama baja de una planta de exterior puede ser tan grande como una planta entera de interior, está claro que el tratamiento será distinto.

Al igual que en la poda para formación de madres (ver capítulo anterior) el fenotipo de la planta es el que va a determinar la forma de podarla como factor más importante. A partir de ahí se podrán aplicar técnicas de cultivo más complejas como el SOG o el SCROG, pero de momento vamos a tratar de simplificar. Realmente es más importante el tener en cuenta la altura real operativa de la que vamos a disponer en función de la potencia lumínica que vayamos a utilizar y la cantidad de plantas que colocaremos debajo del foco, tomando como referencia un metro cuadrado.

Podemos tipificar cuatro fenotipos básicos:

  1. El índico puro, plantas con estructura columnar pero de hojas muy anchas, con poca ramificación lateral pero muy tendente al espigamiento horizontal en caso de escasez de luz, lo que puede hacer que la planta ocupe mucho diámetro con intermodales largas.
  1. Índico/sativo de estructura similar al anterior pero con las hojas menos anchas y mayor tendencia al crecimiento vertical que horizontal
  1. Sativo / índico de hoja aún más estrecha pero más larga, mucho más ramificadas que los dos tipos anteriores y tendencia al estiramiento horizontal en todas direcciones.
  1. Sativo /sativo que comienza con hojas más anchas que se van estrechando a lo largo de la floración hasta afinarse mucho más que en el tipo anterior. Necesitan mucha luz y aún con buenos watios crecen en horizontal con ramaje muy fino y pueden espigarse en todas las direcciones, siendo muy sensibles s los focos puntuales de luz.

Al cultivar multipolihíbridos comprobaremos que existen fenotipos intermedios y otros que no mantienen la consistencia entre aspecto y tipo de crecimiento, pero la experiencia nos permitirá identificar las pautas que seguirá la planta a lo largo de su desarrollo. Dependiendo de que la planta se desarrolle siguiendo un fenotipo u otro existen ciertas diferencias en el tipo de poda a realizar, por lo que vamos a abordar cada tipo por separado.

El corte correcto

Cada fenotipo responde de manera diferente a la poda, así que tras lo anterior podemos decir que debemos tener cuidado al aplicar las técnicas de poda ya que si nos equivocamos y usamos una inadecuada para el fenotipo que estemos trabajando podemos sufrir un importante retraso e incluso un descontrol importante en la plantación. Aunque en principio pueda parecer que se puede cortar por cualquier parte vamos a ver que no es así. Suponemos que cuando llega el momento de las podas para aumentar producción las plantas ya están limpias por sus partes bajas.

En el fenotipo índico puro, que suele ser el utilizado para cultivar en SOG (Sea Of Green), se poda a partir de unos veinte días de vegetativo, momento en que la planta ya ha adquirido estructura suficiente y las anchas hojas comienzan a tapar las puntas de la mayoría de las ramas secundarias. En este momento observaremos cómo se ha desarrollado y eliminaremos primero las tres o cuatro hojas principales que más entorpezcan la llegada de la luz hacia las ramas procurando no quitar nunca las dos hojas del mismo nudo. Haremos los cortes con un tijera afilada y limpia dejando unos milímetros de peciolo en el tallo principal.

Una vez quitadas las hojas principales volvemos a observar la planta y procedemos a eliminar las ramas más bajas a las que incluso tras la poda de hojas principales ya prevemos que quedarán en penumbra. De esta forma promovemos el crecimiento columnar y limitamos el crecimiento lo ancho de las puntas laterales en busca de luz, con lo que podremos meter más plantas por metro cuadrado y estas producirán cogollos principales más gruesos y compactos, facilitando además la manicura tras la cosecha.

Las índicas puras no admiten bien la poda apical en la mayoría de los casos y estiran muy poco al pasarlas a floración, momento en que se vuelven muy sensibles al estrés provocado por las podas parándose so desarrollo durante días, por lo que recomendamos realizar todas las operaciones hasta el momento de poner las plantas a 12/12 y no tocar las plantas a partir de ahí salvo para quitar alguna hoja hiperdesarrollada o alguna ramilla bajera que se nos haya pasado y vemos que se va a quedar raquítica.

El fenotipo índico/sativo es más resistente que el anterior y puede ser podado durante toda la floración siempre que no realicemos podas muy extensas. Durante el vegetativo se puede tratar como el tipo anterior con la característica de que éste sí suele admitir el corte de la punta principal provocando un mejor desarrollo sobre todo de las cuatro ramas superiores que se igualarán en altura tras esta poda que podemos realizar a partir de la primera semana de crecimiento vegetativo siendo conveniente hacerla cuanto antes mejor, Para ello, simplemente cortamos la punta principal de la planta justo por debajo de la yema de crecimiento cuidando de de dejar intactos los dos brotes siguientes.

Durante el final del vegetativo y el principio de la floración podemos eliminar algunas hojas principales como en el tipo anterior, así como las puntas de las ramas secundarias más bajas, que eliminaremos completamente en el momento que veamos que no van a recibir luz suficiente una vez que la floración tome fuerza, ya que este fenotipo se puede estirar casi al doble de su tamaño tras poner las plantas a 12/12.

En el próximo capítulo veremos las podas correspondientes a los dos fenotipos restantes y entraremos en técnicas más avanzadas como la poda FIM o RIB o el SuperCropping, todas ellas enfocadas también a mejorar la producción de nuestro jardín.

Glosario

Aeropónico: Sistema de cultivo que no utiliza ningún sustrato, sujetando las plantas en soportes como cestillas y alimentando la planta mediante un sistema de aspersión fina del agua y los nutrientes directamente a las raíces.

Fenotipo: Conjunto de morfología y patrón de desarrollo que muestran los seres vivos. En el cannabis lo aplicamos al aspecto que muestra la planta así como la forma que tiene de crecer. El fenotipo está determinado en un 60% por la genética y en un 40% por el entorno medioambiental, aproximadamente.

Peciolo: Pequeño “rabito” que une la hoja con el tallo y que nace en cada entrenudo de la planta.

Poda apical: Tipo de poda que elimina la punta principal de crecimiento.

Poda FIM: Tipo de poda que sólo quita en parte la punta de crecimiento en floración, produciendo de 5 a 7 puntas principales si se realiza correctamente.

 Poda RIB: Tipo de poda por calor durante la floración que enquista el cogollo y tras una parada de recuperación produce flores de forma incontrolada.

 

Hongos entomopatógenos y marihuana

Por Massimiliano Salami (drgrow)

Infección de por hongos entomopatógenos de las moscas blancasInfección de por hongos entomopatógenos de las moscas blancas

Introducción

Como hemos visto en artículos anteriores la lucha biológica o control biológico se basa en el manejo de animales vivos que denominamos enemigos naturales de las plagas para reducir sus poblaciones y mantenerlas en umbrales tolerables para el cultivo

Como ya sabemos los enemigos naturales se dividen en tres grandes grupos: los depredadores, los parasitoides y finalmente los entomopatógenos.

Dentro de los entomopatógenos más usado en el cannabis hemos hablado del Bacillus thuringiensis, y del nemátodo Steinernema feltiae. Este mes vamos a tratar de forma general a los hongos entomopatógenos, ya que constituyen el grupo de patógenos más importante.

Hongos entomopatógenos

Las enfermedades causadas por hongos son bastante más frecuentes de lo que se podría pensar, al igual que los hongos fitopatógenos causan estragos sobre el cannabis cultivado, estos patógenos de muchas plagas causan espectaculares infecciones reduciendo rápidamente las poblaciones de las plagas.

Existen centenares de hongos entomopatógenos aunque sólo unos pocos has sido estudiados más profundamente.

De todos los entomopatógenos (virus, bacterias, etc.), los hongos son los que han recibido mayor atención por la gran variedad de especies existentes y amplio rango de huéspedes que infectan, ya que sus infecciones son de visible crecimiento sobre la superficie de su huésped. Con la cantidad de hongos entomopatógenos existentes, en cierta manera podríamos decir, que todos los insectos son susceptibles de ser infectados por algún hongo.

Ciertos hongos poseen características muy especiales que les permiten sobrevivir de forma parasítica sobre los insectos y de forma saprófita sobre el material vegetal en descomposición. El crecimiento saprófito puede dar como resultado la producción de conidióforos, conidias y desarrollo micelial. Esta característica es muy importante, ya que permite que el hongo pueda ser cultivado en un laboratorio.

 Los hongos patógenos de insectos tienen un gran potencial para ser empleados como biocontroladores, por sus componentes y su baja toxicidad al medio.

Principales ventajas de estos entomopatógenos

 1.       Presentan grados variables de especificidad, es decir, pueden ser específicos de una familia o sólo de ciertas especies relacionadas.

 2.       Suelen ser selectivos con los enemigos naturales y resto de fauna beneficiosa.

 3.       Si el entomopatógeno encuentra las condiciones adecuadas para introducirse y colonizar un ecosistema, se reproduce y renueva de forma continua, es decir, se vuelve persistente, haciendo innecesarias nuevas aplicaciones.

 4. No contaminan el medio ambiente ni afectan al hombre u otros animales superiores.

 5. Cuando el hongo no llega a causar la muerte directamente, se presentan efectos secundarios que alteran el normal desarrollo del ciclo de vida del insecto.

Larva de mosca del mantillo infectada por un hongo entomopatógeno. El cuerpo muestro del insecto está recubierto por el micelio, los “palitos” emergentes son los soportes de las esporas (conidióforos)Larva de mosca del mantillo infectada por un hongo entomopatógeno. El cuerpo muestro del insecto está recubierto por el micelio, los “palitos” emergentes son los soportes de las esporas (conidióforos)

Principales desventajas de estos entomopatógenos

 1. Sensibilidad a la variación de las condiciones climáticas como temperaturas extremas, desecación y luz ultravioleta. Aunque estos limitantes están siendo contrarrestados mediante el uso de aditivos como los protectores solares, etc.

 2. Requieren de condiciones de almacenamiento más exigentes para evitar que pierdan su patogenicidad.

 3. En general, los insecticidas biológicos no matan instantáneamente, pueden tardar varios días en observarse los efectos. Normalmente se alcanzan muy buenos niveles de control entre la primera y la tercera semana después de la aplicación, dependiendo de la especie plaga, de la especie de hongo entomopatógeno usado y fundamentalmente de las condiciones ambientales. El insecto infectado, normalmente deja de alimentarse mucho antes de morir.

Clasificación de los hongos entomopatógenos

 De acuerdo a la clasificación realizada por Ainsworth (1973), los hongos entomopatógenos se encuentran en la división Eumycota dentro de cinco subdivisiones: Mastigomycotina (forman zoosporas, oosporas y presentan estado perfecto), Zygomycotina (no presentan zoosporas, presentan estado perfecto y forman zygosporas), Ascomycotina (presentan estado perfecto y forman ascosporas), Basidiomycotina (presentan estado perfecto forman basiodiosporas) y Deuteromycotina (no presentan estado perfecto ni zoosporas y forman conidias).

 Las clases de mayor importancia desde el punto de vista del control de plagas agrícolas son Zygomycetes e Hyphomycetes. Muchos hongos entomopatógenos se encuentran en la subdivisión Zygomycotina, clase Zygomycetes, orden Entomophthorales; en Ascomycotina, clase Pyrenomycetes, orden Sphaeriales; clase Laboulbeniomycetes, orden Laboulbeniales y en Deuteromycotina, clase Hyphomycetes, orden Moniliales.

Entomopatógeno infectando a una colonia de moscas blancas.Entomopatógeno infectando a una colonia de moscas blancas.

Desarrollo de las enfermedad

 Mecanismos de infección. Paso a paso

 1. Adhesión de la unidad infectiva (conidio o zoospora) a la cutícula del insecto.

Los hongos entomopatógenos a diferencia de los virus y de las bacterias (que deben ser ingeridos por el insecto para ser infecciosos), infectan desde fuera, es decir, su acción comienza sobre el exterior del cuerpo del insecto. El contacto de una espora y el insecto es el primer paso del desarrollo de la enfermedad. Los mecanismo de acción son muy variables, y muchos todavía no se han aclarado.

 2. Germinación de las unidades infectivas sobre la cutícula.

Una vez fijada al cuerpo de su futuro huésped, la espora germina, generando una primera hifa infectiva (penetración).

 3. Penetración a través de la cutícula hasta el hemocele.

La entrada en el cuerpo del insecto se hace directamente por la cutícula; esto puede ser a través de la hifa de penetración o con un apresorio y tubo germinal. Un apresorio es una simple estructura formada por varias células que degradan con enzimas la cutícula y facilitan la entrada.

 Los hongos, además, pueden aprovechar las aberturas corporales como pueden ser: la cavidad bucal, los espiráculos y el ano para introducirse en el insecto.

 4. Multiplicación fase levadura en el hemocele.

Una vez en la “cavidad general” del insecto, en el hemocele, el hongo se multiplica produciendo cuerpos infecciosos tipo levaduras, llamadas blastosporas. Éstas se dispersan por todo el hemocele infectando a los distintos órganos del insecto.

 5. Producción de metabolitos tóxicos. Los hongos entomopatógenos producen sustancias que son tóxicas para el huésped e intervienen en su muerte. De hecho la muerte de un insecto es más rápida cuando es afectado un hongo que produce grandes cantidades de micotoxinas.

Pupa de mosca blanca infectada por un hongo entomopatógenos. Obsérvese la enorme esporulación sobre el cuerpo muerto que no se observa a simple vista.Pupa de mosca blanca infectada por un hongo entomopatógenos. Obsérvese la enorme esporulación sobre el cuerpo muerto que no se observa a simple vista.

 6. Muerte del huésped.

La muerte es causada por la acción del las toxinas y del desarrollo del hongo que degrada y consume al huésped. Es frecuente que el insecto infectado cambie su comportamiento, dejando de alimentarse, pierde la coordinación para finalmente entrar en un estado de letargia hasta morir.

 7. Crecimiento de las fase micelial con invasión de los órganos del huésped.

 Con la muerte del huésped se termina la fase parasítica del hongo para pasar a una fase de saprofitita: el hongo crece en el hemocele formando el micelio que finalmente emerge del cuerpo muerto del insecto por las regiones intersegmentales, por espiráculos, boca y ano.

 8. Producción de nuevas unidades infectivas sobre el cuerpo del insecto, esporulación externa.

 Finalmente si las humedades lo permiten, el hongo concluye su ciclo realizando una esporulación exterior sobre el cadáver del huésped.

7. Dispersión de las unidades infectivas con el viento y el agua.

 El viento y las salpicaduras de agua de riego o lluvia son responsable de las diseminación de las esporas del hongo por el ambiente y propagar así la infección.

Factores limitantes que intervienen en el desarrollo de la enfermedad por hongos entomopatógenos

Las condiciones climáticas son especialmente importantes para que se inicie la infección que causará una enfermedad y muerte del huésped.

Como todo hongo, la germinación de la espora (en este caso sobre el cuerpo del insecto) depende en gran medida del nivel de humedad ambiental a la que está sometida. Se ha observado que ciertos hongos entomopatógenos, un ambiente más seco facilita la liberación de las esporas procedentes de la esporulación final (sobre el cadáver del huésped), pero tanto la germinación como la esporulación final precisan de elevados niveles de humedad ambiental.

Además de la humedad ambiental, la temperatura es otro factor fundamental para el desarrollo y propagación de la enfermedad. Las temperaturas agradables siempre son favorables para estos entomopatógenos.

Entomopatógenos en el cultivo del cannabis

Los hongos entomopatógenos en el cultivos del cannabis son a día de hoy todavía poco frecuentes, quizás, principalmente por el desconocimiento de su existencia y por que la mayoría de las empresas del sector tienen otra filosofía vista la dificultad que conlleva producir formulados de estas características. Aun así estos formulados a base de entomopatógenos irán adquiriendo cada días más adeptos en el cultivo de la marihuana.

Estos productos ya tienen su fama en los cultivos comerciales, y espero, al final de este artículo, haber estimulado esa parte del cerebro que induce automáticamente al cannabicultor a buscar más información sobre este increíble tema.

Nuestras experiencia con hongos entomopatógenos has sido muy interesante, con resultados muy satisfactorios en la mayoría de los casos y totalmente asombrosos en otros. Todos los ensayos has sido realizado sobre plantas madres o plantas mantenidas en vegetativo en condiciones de interior. En exterior su efectividad depende básicamente de las condiciones ambientales.

Esporulación final de un hongo entomopatógeno sobre el cuerpo muerto de un insecto.Esporulación final de un hongo entomopatógeno sobre el cuerpo muerto de un insecto.

Por los ensayos realizado con distintos hongos entomopatógenos aplicados al cannabis, podemos recomendar su uso en la fase de semilleros, crecimiento vegetativo, etc., ya que en estas fases podemos aumentar las condiciones de humedad sin que la planta se sienta afectada. Durante la fase de floración, como siempre, aplicar soluciones acuosas es poco recomendable ya que puede favorecer el desarrollo de hongos patógenos del cannabis como el moho gris, la Botrytis cinerea.

Los formulados a base de hongos entomopatógenos son una herramientas de control biológico muy eficaces, compatibles con los enemigos naturales, y por tanto, estos formulados pueden integrarse en la mayoría de las estrategias de control de las plagas en el cultivos de la marihuana.

Agradecimientos: Claudia Santarosa, Fede (Dr. Grow´s Productions)

Referencias

[1]    Salami M. 2008. Cannabis sativa L., Dr.Grow´s Productions.

[2]    Salami M. 2009. La lucha biológica en el cultivo del cannabis.Spannabis Magazine nº50.

[3]    Tanada Y and Kaya H. K. 1993. Insect pathology. Academic Press.

[4]    Castaño-Zapata J. 2005. Guía ilustrada de hongos. Universidad de Caldas

[5]    Humber R. 1997. Fungi: Identification. Manual of techniques in insect pathology. Biological techniques series. Academic Press pp153-185.

 

Cómo cultivar marihuana en el exterior paso a paso

Se acerca el buen tiempo y con él la posibilidad de cultivar plantas en el exterior, como es el caso de la marihuana. Cuando ésta se planta en zonas de interior ocurre que requiere de una luz específica y esto lleva consigo un gasto extra. Ahora que el sol va a ser el que predomine durante unos meses es una buena idea sacar esta plantación al exterior y beneficiarse de los aportes de la naturaleza. Además del sol y del agua resulta imprescindible contar con un fertilizante para marihuana adecuado. Si echas un vistazo por Internet bajo las palabras clave ‘abonos marihuana’, ‘fertilizantes marihuana’ o ‘abono cannabis’ podrás comprobar rápidamente que existen dos opciones: el abono orgánico y el mineral. Después pasaremos a citar cuáles son las ventajas y desventajas de cada uno de ellos. Antes de eso vamos a resumir, en pasos sencillos, los consejos clave para el abonado del cultivo en exterior porque seguro que sabrás que los resultados no son siempre los mismos. Apunta estos consejos para obtener cannabis de calidad.

  1. Momento. Ahora es cuando hay que cultivar en el exterior. Lo ideal es entre marzo y mayo para poder recoger entre septiembre y octubre así que no lo dejes para más adelante.
  2. Semilla. Si es la primera vez que vas a hacer una plantación similar puede que no lo sepas pero en el mercado hay unas cuantas donde escoger. Si tienes dudas, lo mejor es que preguntes a la tienda que las suministra.
  3. Sustrato. Lo mismo de antes, sino eres un aficionado a la jardinería consulta a un experto. Más que nada porque, depende del lugar donde vayas a plantar y sus características, se requerirá un sustrato u otro. No será lo mismo un sustrato para una zona seca que para una húmeda, por ejemplo.
  4. Macetas. Hazte con un par de macetas de distinto tamaño, aunque el objetivo final sea llevar el cultivo al exterior sobre una zona como puede ser el mismo campo. ¿Por qué? Porque antes de hacer eso conviene cuidar que la semilla germine. Para esto lo mejor es meter la semilla a poca profundidad y dejar la maceta cerca de una ventana o similar donde pueda recibir luz del sol, pero no viento. Se podrá ver que sale un tronco, que es lo que habrá que enterrar en una maceta más grande evitando que éste se pueda doblar. A la hora de regar, mejor hacerlo por los bordes y no directamente en ese tronco, para evitar que se pueda pudrir. Durante, más o menos un mes, habrá que mantener esta segunda maceta cerca de una zona donde reciba luz directa del sol pero que, al tiempo, esté resguardada del frío y del viento.
  5. Exterior. Pasado ese mes se podrá ver cómo la planta ya ha crecido lo suficiente (más o menos un palmo del suelo) y ese es el momento en el que se la puede sacar a la calle sin temor a que se quiebre o doble el tronco. Pese a que ya es más resistente no hay que olvidar que hay que seguir protegiéndola. Lo mejor es comprar tierra para marihuana y otros tres productos que sirven para salvaguardarlas, que son Propolix (evita que aparezcan hongos), Bacilus Thuringiensis (mantiene lejos a los gusanos) y Neem (que va bien contra los mosquitos e insectos)

Con estos sencillos pasos se puede conseguir un cultivo de marihuana de calidad pero falta algo muy importante. Durante los días siguientes se podrá ver cómo la planta de marihuana no deja de crecer a diario, pero para que siga su buen crecimiento es fundamental abonarla de vez en cuando y controlar el Ph del agua con que se la riega que, en la fase de crecimiento se suele situar entre el 5,5 y el 5,8 de Ph, y aquí los abonos son fundamentales.

Ya lo comentábamos al inicio, que existen diferentes tipos de abonos y que éstos se pueden clasificar entre abonos orgánicos y minerales. Entonces, ¿cómo escoger? En este punto cabe mencionar las ventajas y las desventajas de cada uno de ellos.

Los abonos minerales son fertilizantes que se han obtenido en industrias químicas. Algunas marcas destacadas que ofrecen este producto son BAC, Hesi y Canna y sus aspectos más positivos son que las dosis son más precisas, están más concentrados y aportan una asimilación directa y más rápida a la planta. Por contra la fertilidad del suelo se resiente, haciéndose más reseco y ácido, el sabor se puede resentir (sobretodo cuando no se lavan bien las raíces) y perjudican al medio ambiente.

Los abonos orgánicos, por su parte, tienen un origen natural y ayudan, aunque de forma más lenta que los anteriores, a que la planta se sirva de los nutrientes necesarios para poder desarrollarse. Algunas marcas destacadas con estos productos son EcoCelta, Biocanna o Alga Plagron. Sus principales ventajas radican en un mejor sabor y aroma.

 

Virosis en cannabis

Por Massimiliano Salami (drgrow)

 

Introducción

Este mes vamos a introducir nociones básicas necesarias, sobre los virus del cannabis.

De todas las enfermedades del cannabis que hemos estudidado hasta ahora y que estudiaremos en el futuro, ninguna es tan persistente y al mismo tiempo incurable como las enfermedades causadas por los virus.

Los virus son nucleoproteínas. Estas moléculas son demasiado pequeñas para poder ser observadas con un microscopio óptico, son verdaderas entidades submicroscópicas. Los virus se propagan sólo en células vivas y tienen la capacidad de producir una enfermedad sobre el huesped en el que se aloja.

Los virus debido a su naturaleza, son patógenos obligados, es decir, viven dentro de las células de la planta (el huésped), se reproducen usando su maquinaria genética y se dispersan gracias a las plagas y a ciertas malas prácticas realizadas por el hombre.

Por tanto, todos los virus son parásitos de las células. Los virus de las plantas parasitan a los vegetales, pero no tienen capacidad para desarrollar una enfermedad en el reino animal. Lo mismo ocurre con los virus del reino animal.

En el autocultivo del cannabis, los virus todavía no se consideran enfermedades muy extendidas y cuanto menos, temidas. La realidad es que la mayoría de los cannabiscultures no sabrían distinguir una enfermedad causada por un virus de una enfermedad biótica.

Al igual que ha pasado en la agricultura comercial, con el tiempo los virus se convertirán en un problema de primera importancia.

Existen más de 500 enfermedades de las plantas que se creen causadas por virus. Sin embargo, dos tercios de estas enfermedades no se han podido demostrar de forma conclusiva que sean virulentas. Demostrar que una enferemedad es causada por un virus, es una tarea de laboratorio.

¿Que és un virus?

Los virus son entidades infecciosas submicroscópicas compuestas de ácidos nucleicos (DNA o RNA) envueltas en una cubierta proteica denominada cáspide.

Los virus que afectan al cannabis son muy simples, consisten en una cadena de RNA con una cubierta proteica.

La composición de los virus de las plantas suele ser 5-40% de ácido nucleiclo y 60-95% de proteína. Algunos virus pueden ser más complejos y tener más proteinas, lípidos, etc.

Como hemos dicho, el ácido nucleico de la mayoría de los virus que infectan a las plantas, y en particular al cannabis, es el RNA (acído ribonucléico). El RNA consta de largas moléculas en forma de cadena compuesta por centenares de unidades denominadas nucleótidos (cada nucleótico está formado por un anillo denominado base, una ribosa y ácido fosfórico).

Los virus infectan una gran variedad de plantas comerciales, entre éstas podemos situar al cannabis; aunque las enfermedades causadas por virus registradas hasta la fecha no son numerosas, teniendo en cuenta la cantidad de virus existentes, cabe esperar que en el futuro aparezcan nuevas cepas infecciosas que afecten al cannabis.

Por experiencia sabemos que el aumento o la aparición de nuevas enfermedades, está directamente relacionada con el aumento de las explotaciones cannabicas.

Dos características determinantes de los virus son: su poder mutacional y que para su reproducción necesitan de un huésped, es decir son parásitos obligados.

Los distintos virus de las plantas presentan estructuras morfológicas muy diversas entre si, bajo la visión de un microscopio electrónico (aumento de x40.000-150.000), es posible ver las formas según la cepa. Existen virus con forma de varillas o filamentos, con forma de bacillus y esféricos (icosaédrica).

El tamaño también varía entre las distintas cepas, por ejemplo el Cucumber mosaic virus y el Alfalfa mosaic virus no suelen alcanzar los 100nm de longitud. Este segundo virus puede mostrar varias cepas con diferentes tamaños entre ellas.

En general, los virus tienen dimensiones que van desde los 25nm hasta 180nm dependiendo de la cepa.

Las enfermedades causadas por virus de las plantas que afectan al cannabis son enfermedades generalizadas, persistentes y normalmente transmitidas por insectos, mecánicamente, por polen o semillas contaminadas.

Los virus no suelen matar a las plantas que infectan, aprovechan su maquinaria genética para su propia replicación. Este proceso perturba el metabolismo de la célula infectada.

Los virus infectan celularmente de manera sistemática a toda la planta. El virus se mueve de célula a célula. A diferencia de las enfermedades causadas por hongos o bacterias, donde las lesiones nos indican normalmente que ahí está el patógeno, con los virus no es así. Estas partículas infecciosas se mueven a una velocidad variable por la planta, hasta alacanzar e infectar a todas las células y tejidos del vegetal.

Estas son las enfermedades provocadas por virus que afectan al cannabis recogidas hasta la actualidad según la literatura:

Alfalfa mosaic virus (AMV)
Arabis mosaic virus (ArMV)
Cucumber mosaic virus (CMV)
Hemp mosaic virus (HMV)
Hemp streak virus (HSV)

 

Dispersión del virus dentro del huesped

Un virus infecta a una planta celularmente, para ello el virus se aprovecha de los plasmodesmos (poros celulares) que conectan cada dos células. Durante su movimiento partículas virales pueden alcanzar el floema. El virus aprovecha la corriente floemática para translocarse rápidamente por todos los tejidos del vegetal. Gracias a esto la colonización celular puede ser muy rápida (pocos días).

Dispersión del virus fuera del huesped

Los virus son altamente contagiosos, pero vista su condición de parásitos obligados precisan de un vector para su transmisión a otras plantas.

Los principales vectores de dispersión que emplean los virus son:

  • Trasmisión por insectos con aparato bucal picador-chupador. Los principales vectores de transmisión para los virus son los homópteros, como las moscas blancas, los pulgones, etc.
  • Transmisión por ácaros, otros insectos (trips).
  • Trasmisión del virus de forma mecánica, por ejemplo durante el esquejado. Los residuos de savia infectada en el instrumento de corte al entrar en contacto con la savia de otras plantas facilita su propagación.
  • Trasmisión por semillas. Es una forma muy común en el cultivo de cannabis.
  • Trasmisión por nemátodos.
  • Trasmisión por hongos.
  • Trasmisión por plantas parásitas (cuscuta).

Un virus puede dispersarse mediante un vector en particular, o aprovecharse de varios vectores. Incluso hay virus que se propagan por el simple contacto.

Determinar si una enfermedad tiene por organismo causal un virus es bastante complicado y más aun determinar el tipo, al ser éstos entidades altamentes mutantes.

Síntomas causados por virus

La sintomatología de una enfermedad causada por virus puede ser muy variada, incluso los síntomas pueden ser poco evidentes o significativos y pasar por inadvertidos.

Los síntomas más visibles son los que aparecen en la parte aérea de la planta, aunque no todos los virus desarrollan síntomas en esta zona. Algunos virus podrían ser más selectivos y desarrollarse exclusivamente sobre las raíces.

Los síntomas también pueden estar enmascarados por otras enfermedades.

Los síntomas más comunes que producen las infecciones virales son los mosaicos y las manchas anulares.

Los mosaicos son zonas de las hojas de color verde claro o amarillo entremezclado con el verde normal.

Las manchas anulares, en cambio se caraterizan por la presencia de anillos cloróticos o necróticos sobre las hojas.

Otros síntomas pueden ser clorosis, amarillamientos, crecimiento anormal de las celulas (que llevan al enanismo), achaparramiento, enrollamiento foliar y la necrosis.

Se cree que muchos de los síntomas de las enfermedades virales no se deben al agotamiento de los nutrientes que el virus ha utilizado para autoreplicarse, sino a otras consecuencias más directas, como la acción del virus sobre el metabolismo de la planta.

 Los virus afectan al metabolismo de las plantas sanas:

  • dismuyen la actividad fotosintética
  • inhiben la síntesis las hormonas vegetales
  • aumentan la respiración vegetal
  • Disminuyen la concentación de compuestos nitrogenados no virales (éstos son empleados por el virus en su replicación).

Los síntomas pueden variar según la cepa del virus atacante, la variedad cultivada y por supuesto de las condiciones ambientales. Cuando las condiciones son óptimas para el cultivo, también son favorables para la expresión del virus.

 

Método de control

Para poder controlar una enfermedad causada por un virus, lo primero es determinar si dicha enfermedad es resultado de la acción de dicho patógeno. En la práctica, esto no es tarea fácil, ya que hay que descartar todas las demás enfermedades tanto bióticas como abióticas.

La prevención se hace fundamental para estas enfermedades, las labores más comunes son: evitar la introducción de semillas o esquejes con origen desconocido. Hay que realizar una “cuarentena” adecuada, los virus pueden estar en la planta y no desarrollar la enfermedad hasta que se alcancen ciertas condiciones especiales, por tanto, dicha “cuarentena” para el cannabis consistirá en la realización de un ciclo de cultivo como mínimo, en unas instalaciones especialmente protegidas de vectores como las plagas.

En caso de tener que realizar una labor curativa, el único sistema viable para el control de una enfermedad viral es erradicándola mediante saneamiento y destrucción con fuego. La eliminación por fuego, es decir, realizando la quema de la planta será la única forma de garantizar la muerte del patógeno.

Visto que no existen curas viables, cuando hablemos de control de virus, se hablará de prevención como la única herramienta de trabajo. Además del control sobre el material vegetal usado, una estrategia de control biológico de los vectores que propagan al virus será fundamental para reducir las incidencias de estas y otras enfermededas asociadas con estos parásitos.

Agradecimientos: Claudia Santarosa, Fede (Dr. Grow´s Productions)

Referencias

[1]    Cornuet P. 1989. Elemento de virología vegetal. Mundi-Prensa e INRA.

[2]    McPartland J.M., Clarke R.C. & Watson D.P. 2000. Hemp diseases and pests. Management and biological control. CABI Publishing.

[3]    Salami M. 2008. Cannabis sativa L., Dr.Grow´s Productions.

[4]    Salami M. 2010. Enfermedades infecciosas. Cannabis Magazine nº70.

[5]    Salami M. 2010. Efecto del ambiente sobre las enfermedades del cannabis. Cannabis magazine nº73.

[6]    S.E.F. 2000. Patología Vegetal, Mundi-Prensa y Phytoma.

 

Los peligros ocultos y las mentiras de los tratamientos fitosanitarios (II)

Los plaguicidas, biocidas o pesticidas (termino éste último acuñado únicamente en España) son sustancias o mezclas de sustancias utilizadas para controlar poblaciones de seres vivos que según su biología se consideran plagas (insectos, malas hierbas, pájaros, roedores, limacos, peces, nemátodos y microbios que compiten con los humanos para sobrevivir y para ello provocan daños en sus propiedades, propagan enfermedades, disminuyen las producciones de las cosechas, etc…).

Por Víctor Bataller Gómez (TRABE)

La aparición de plaguicidas se remonta a principios del siglo XIX cuando se comienzan a utilizar productos naturales como el azufre, el cobre, el arsénico, las piretrinas, las nicotinas,… Pero el momento clave en la historia de los plaguicidas llegaría cuando en 1939 el químico suizo Paul Hermann Müller (1899-1965) descubre las propiedades insecticidas del dicloro-difenil-tricloroetano (DDT), un insecticida usado en el control de la malaria, fiebre amarilla y muchas otras infecciones causadas por insectos vectores. Gracias a éste descubrimiento se le concedió el Premio Nobel de Medicina en 1948 por “demostrar la eficiencia del DDT como un veneno de contacto contra muchos artrópodos«. Fue la primera vez que el Premio Nobel de Medicina se le otorgaba a una persona que no era médico. A partir de esa fecha éste compuesto se utilizó para la eliminación de algunos parásitos como el piojo que transmitía el tifo, originándose a partir de ese momento la industria de los plaguicidas organosintéticos, siendo los primeros los conocidos como organoclorados al cual pertenecía el DDT.

El uso intensivo de estos productos comenzó a producir enormes problemas en el medio ambiente y en la salud humana, hasta tal punto que, por ejemplo, el DDT se prohibió en Estados Unidos en 1972. En España se está utilizando actualmente para fabricar otro insecticida, el Dicofol que si está permitido; de hecho España es uno de los cinco países en todo el mundo que actualmente sigue utilizando DDT y que incluso se vierte al río Cinca (Huesca). España firmó el Tratado de Estocolmo en donde se compromete a no emplear DDT. La mentira que había sobre todo éste tipo de productos quedó al descubierto cuando se publicó en 1962 el libro “Primavera Silenciosa” de la divulgadora estadounidense Rachel Carson (1907-1964). En éste libro cuenta como observó que las puestas de huevos de las aves que habitaban en zonas de aplicación de DDT no tenían una cáscara lo suficientemente dura para soportar su deposición en el nido y que tras numerosas investigaciones descubrieron que el DDT impedía la asimilación de calcio por parte de las aves y esto influía directamente en sus huevos.

Estos componentes producen sensibilidad a la toxicidad, mutaciones y tumores en el ser humano, por lo que pronto fueron sustituidos por otros plaguicidas «menos tóxicos» como los carbamatos y los organofosforados. Durante la década de los ochenta la aplicación masiva de plaguicidas fue considerada como una revolución para la agricultura, la denominada Revolución Verde. Eran relativamente económicos y altamente efectivo. Según sus defensores garantizaban abastecimiento alimentario para la población mundial. Su aplicación llegó a ser una práctica común como medida preventiva aun sin ningún ataque visible. Desde entonces, la experiencia ha demostrado que este método no sólo perjudica el medio ambiente, sino que a la larga es también ineficaz. Donde se han utilizado los plaguicidas de manera indiscriminada, las especies de las plagas se han vuelto resistentes y difíciles o imposibles de controlar, y además han surgido nuevas plagas agrícolas. La realidad es que tras décadas de “Revolución Verde” el 80% de los recursos mundiales se los disfrutan sólo un 20% de la población mundial y el 80% restante apenas tiene recursos para al menos poder sobrevivir. Por otro lado los monopolios de las grandes multinacionales farmacéuticas ya están llegando incluso a la disponibilidad de semillas.

Según su uso los plaguicidas se clasifican de la siguiente forma:

Plaguicidas fitosanitarios: para controlar plagas y enfermedades en los vegetales o para controlar las malas hierbas.

Plaguicidas de uso ganadero: tanto para usar sobre los animales como en su entorno (desparasitadores sobre todo).

Plaguicidas para la industria alimentaria: destinados en la conservación de cereales (trigo, cebada,…) o de tubérculos (patatas, cebollas,…).

Plaguicidas de uso ambiental: destinados para locales públicos o privados, entornos naturales,…

Plaguicidas para la higiene personal: aplicación directamente sobre las personas.

Plaguicidas domésticos: utilizados por personas no cualificadas en sus viviendas.

Según su acción pueden ser insecticidas, acaricidas, fungicidas (para el control de hongos causantes de enfermedades), desinfectantes bactericidas, herbicidas, fitorreguladores y productos afines (control del crecimiento, estimuladores fisiológicos,…), rodenticidas (control de roedores), productos para la post-cosecha, protectores de la madera, anti limacos (contra caracoles y babosas), etc.…

Según el sistema de aplicación pueden ser gases o gases licuados, fumigantes o aerosoles, polvos (diámetro inferior a 50 µm), sólidos, líquidos, cebos o tabletas.

Según su grado de peligrosidad para las personas y el medio ambiente se clasifican en:

De baja peligrosidad: los que no entrañan riesgos.

Tóxicos: los que por inhalación, ingestión o contacto tienen riesgos de cierta gravedad.

Nocivos: los que puedan entrañar riesgos graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.

Muy tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos extremadamente graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.

Ésta clasificación toxicológica se realiza atendiendo básicamente a su toxicidad aguda, expresada en DL50 (cantidad de materia activa que puede matar al 50% de la población ensayada por vía oral o dérmica para la rata), o en LC 50 (concentración de tóxico que es capaz de matar al 50% de los organismos vivos por vía respiratoria para la rata). El uso de éstos formulados genera graves problemas para el medio ambiente. Más del 98% de los insecticidas fumigados y del 95% de los herbicidas llegan a un destino diferente del que en un principio se necesitaba (aire, agua y alimentos). La deriva de pesticidas ocurre cuando las partículas de pesticidas suspendidas en el aire o disueltas en el agua son llevadas por el viento a otras áreas, pudiendo llegar a contaminarlas. Los pesticidas son una de las causas principales de la contaminación del agua y ciertos pesticidas son contaminantes orgánicos persistentes que contribuyen a la contaminación atmosférica. El uso de plaguicidas reduce la biodiversidad, reduce la fijación de nitrógeno, []contribuye al descenso de la polinización, []destruye hábitats y amenaza a especies en peligro de extinción.[]

Pero la clasificación más importante en la que vamos a centrar principalmente nuestro análisis de los plaguicidas de síntesis es la que viene determinada según su composición química.

 

Organoclorados.

Fue el primer tipo de plaguicidas que se sintetizó a partir de productos orgánicos. Son compuestos orgánicos con cloro u otro halógeno en su molécula y con una elevada toxicidad para insectos, gran persistencia y acumulativos. Los organoclorados tienen la característica de acumularse en las grasas animales por lo que aunque se ingieran dosis ínfimas diarias al cabo del tiempo se convierten en dosis tóxicas o incluso nocivas. Ataca directamente al sistema nervioso provocando parálisis y la muerte. Aunque su toxicidad es baja para los mamíferos su gran persistencia y capacidad acumulativa lo convierte en una gran amenaza para los mamíferos El más famoso es el DDT que ha sido usado fumigando las paredes de las casas para combatir la malaria desde la década de 1950. Pero a partir de algunos estudios recientes se ha relacionado la exposición a éste producto durante la pubertad con la aparición de cáncer de mama.[] También puede ocurrir envenenamiento por DDT y otros compuesto clorados cuando entran en la cadena alimentaria.

Otros organoclorados muy utilizados son el Metoxicloro, Lindano, HCH, Aldrin, Dieldrin, Eldrin y los Terpenos clorados.

Organofosforados.

Son esteres derivados del ácido fosfórico. Son menos persistentes y acumulativos pero más tóxicos para los mamíferos que los organoclorados. Inhiben la acetilcolinesterasa, una enzima que hidroliza la acetilcolina. Cuando se produce el impulso nervioso al no existir ésta hidrólisis hay una estimulación permanente que da lugar a la muerte por asfixia. Los más famosos son el Parathion, Diazinon o Metilclorpirifos

Carbamatos

Son esteres del ácido carbámico. Su toxicidad, persistencia y acumulación están a mitad de camino entre los organoclorados y los organofosforados. Actúan igual que los organofosforados inhibiendo la acetilcolinesterasa. De entre los más conocidos están el Carbaryl, Metiocarb, Carbofuran y Carbosulfan.

            Piretroides

            Son sustancias de síntesis muy similares a las piretrinas naturales(tales como el expelex, etc.) Actúa sobre el sistema nervioso central provocando parálisis e hiperexitación, perdida de coordinación y convulsiones. Todo esto se produce por vía electrofisiológica, despolarizando la membrana de la célula. Los más famosos son la Permetrina, Cypermetrina y Deltametrina

INSECTICIDAS MINERALES MINERALES Compuestos arsenicales
Compuestos fluorados
Azufre
Derivados del selenio
ORGANICOS DE SINTESIS Organofosforados
Organoclorados
Carbamatos
A BASE DE ACEITES MINERALES Aceites antracénicos
Aceites de petróleo
DE ORIGEN VEGETAL Nicotina
Piretrina
Rotenona
HERBICIDAS MINERALES Sales de NH4+, Ca++, Cu++, Fe+++, Mg++, K+, Na+, en forma de sulfatos, nitratos, cloruros, cloratos.
ORGANICOS Fitohormonas
Derivados de la urea
Triazinas y Diazinas
Derivados de los fenil sustituidos y las quinoxalinas
Derivados de la oxiquinoleína
Derivados de las tiadizinas y tiadiazoles
OTROS Parquat
Diquat
Piclorame
FUNGUICIDAS MINERALES Sales de cobre
Compuestos arsenicales
Aceites minerales
ORGANOMETALICOS Derivados órganomercuriales
ORGANICOS Carbamatos y ditiocarbamatos
Derivados del benceno
Amicidas
Benzonitrilos
RODENTICIDAS Derivados cumarínicos Warfarinas
Sales de talio
Inorgánicos

Problemas ocasionados por los plaguicidas

Resistencia genética: casi todos los productos de síntesis actúan a nivel de flancos genéticos, alterando un factor muy concreto de la biología del insecto. Al ser organismos muy simples genéticamente tienen gran facilidad para mutar y protegerse de ése ataque. Como en los insectos las generaciones se suceden unas a otras con rapidez y el tamaño de las poblaciones es muy grande, la resistencia genética se extiende en unos pocos años

Alteraciones en el ecosistema: otro de los principales problemas asociados al uso de pesticidas es el que estos matan no solo a la plaga, sino también a otros insectos beneficiosos como abejas, mariquitas y otros organismos. De esta forma pueden hacer desaparecer a los enemigos naturales de la plaga o provocar que estos se trasladen a otros lugares porque ya no encuentran alimento en ese campo y, después de un breve periodo, la población de la plaga rebrota y además en mayor cantidad que antes al no tener enemigos naturales.

Provocar la aparición de nuevas plagas: las alteraciones en el ecosistema citadas han provocado, en algunas ocasiones, que organismos que hasta ese momento no eran plagas, al desaparecer otras especies que mantenían controlado su número, se hayan convertido en nuevas plagas.

Acumulación en la cadena trófica (Bioacumulación): ya hemos visto que algunos plaguicidas tienen estructuras químicas muy estables y tardan años en. En las zonas en las que se aplican estas sustancias las concentraciones del insecticida son cada vez mayores y aunque haya pasado tiempo desde la última aplicación el producto seguirá presente. Son poco solubles en agua y tienden a acumularse en los tejidos grasos. Cuando unos animales van siendo comidos por otros el pesticida se va acumulando en mayores proporciones en los tramos finales de la cadena trófica. Es el caso de la contaminación por mercurio provocada sobre todo por las industrias fabricantes de productos químicos que vierten a los ríos y que si bien no supone la muerte a los peces, para los seres humanos al ingerir peces de aguas contaminadas de mercurio si alcanza niveles de toxicidad muy elevados

Contaminación del medio ambiente: no solo afecta al lugar en el que se han depositado sino que se dispersan a través del agua, del suelo y del aire, a veces a grandes distancias.

Riesgos para la salud humana: si el contacto es a altas concentraciones puede producirse la muerte, pero con dosis bajas durante largos períodos de tiempo también pueden provocar enfermedades. La mayoría de envenamientos se produce en agricultores u otras personas que trabajan en contacto con los plaguicidas, pero todos estamos expuestos diariamente al contacto y a la ingestión de pequeñísimas cantidades de plaguicidas y otros productos artificiales, y ya se habla de disminución de la fertilidad, aumento en el número de cánceres, malformaciones congénitas, etc.

Tratamientos Bio-ecológicos SA

 

Los peligros ocultos y las mentiras de los tratamientos fitosanitarios (II) (2)

Los plaguicidas, biocidas o pesticidas (termino éste último acuñado únicamente en España) son sustancias o mezclas de sustancias utilizadas para controlar poblaciones de seres vivos que según su biología se consideran plagas (insectos, malas hierbas, pájaros, roedores, limacos, peces, nemátodos y microbios que compiten con los humanos para sobrevivir y para ello provocan daños en sus propiedades, propagan enfermedades, disminuyen las producciones de las cosechas, etc…).

Por Víctor Bataller Gómez (TRABE)

La aparición de plaguicidas se remonta a principios del siglo XIX cuando se comienzan a utilizar productos naturales como el azufre, el cobre, el arsénico, las piretrinas, las nicotinas,… Pero el momento clave en la historia de los plaguicidas llegaría cuando en 1939 el químico suizo Paul Hermann Müller (1899-1965) descubre las propiedades insecticidas del dicloro-difenil-tricloroetano (DDT), un insecticida usado en el control de la malaria, fiebre amarilla y muchas otras infecciones causadas por insectos vectores. Gracias a éste descubrimiento se le concedió el Premio Nobel de Medicina en 1948 por “demostrar la eficiencia del DDT como un veneno de contacto contra muchos artrópodos«. Fue la primera vez que el Premio Nobel de Medicina se le otorgaba a una persona que no era médico. A partir de esa fecha éste compuesto se utilizó para la eliminación de algunos parásitos como el piojo que transmitía el tifo, originándose a partir de ese momento la industria de los plaguicidas organosintéticos, siendo los primeros los conocidos como organoclorados al cual pertenecía el DDT.

El uso intensivo de estos productos comenzó a producir enormes problemas en el medio ambiente y en la salud humana, hasta tal punto que, por ejemplo, el DDT se prohibió en Estados Unidos en 1972. En España se está utilizando actualmente para fabricar otro insecticida, el Dicofol que si está permitido; de hecho España es uno de los cinco países en todo el mundo que actualmente sigue utilizando DDT y que incluso se vierte al río Cinca (Huesca). España firmó el Tratado de Estocolmo en donde se compromete a no emplear DDT. La mentira que había sobre todo éste tipo de productos quedó al descubierto cuando se publicó en 1962 el libro “Primavera Silenciosa” de la divulgadora estadounidense Rachel Carson (1907-1964). En éste libro cuenta como observó que las puestas de huevos de las aves que habitaban en zonas de aplicación de DDT no tenían una cáscara lo suficientemente dura para soportar su deposición en el nido y que tras numerosas investigaciones descubrieron que el DDT impedía la asimilación de calcio por parte de las aves y esto influía directamente en sus huevos.

Estos componentes producen sensibilidad a la toxicidad, mutaciones y tumores en el ser humano, por lo que pronto fueron sustituidos por otros plaguicidas «menos tóxicos» como los carbamatos y los organofosforados. Durante la década de los ochenta la aplicación masiva de plaguicidas fue considerada como una revolución para la agricultura, la denominada Revolución Verde. Eran relativamente económicos y altamente efectivo. Según sus defensores garantizaban abastecimiento alimentario para la población mundial. Su aplicación llegó a ser una práctica común como medida preventiva aun sin ningún ataque visible. Desde entonces, la experiencia ha demostrado que este método no sólo perjudica el medio ambiente, sino que a la larga es también ineficaz. Donde se han utilizado los plaguicidas de manera indiscriminada, las especies de las plagas se han vuelto resistentes y difíciles o imposibles de controlar, y además han surgido nuevas plagas agrícolas. La realidad es que tras décadas de “Revolución Verde” el 80% de los recursos mundiales se los disfrutan sólo un 20% de la población mundial y el 80% restante apenas tiene recursos para al menos poder sobrevivir. Por otro lado los monopolios de las grandes multinacionales farmacéuticas ya están llegando incluso a la disponibilidad de semillas.

Según su uso los plaguicidas se clasifican de la siguiente forma:

Plaguicidas fitosanitarios: para controlar plagas y enfermedades en los vegetales o para controlar las malas hierbas.

Plaguicidas de uso ganadero: tanto para usar sobre los animales como en su entorno (desparasitadores sobre todo).

Plaguicidas para la industria alimentaria: destinados en la conservación de cereales (trigo, cebada,…) o de tubérculos (patatas, cebollas,…).

Plaguicidas de uso ambiental: destinados para locales públicos o privados, entornos naturales,…

Plaguicidas para la higiene personal: aplicación directamente sobre las personas.

Plaguicidas domésticos: utilizados por personas no cualificadas en sus viviendas.

Según su acción pueden ser insecticidas, acaricidas, fungicidas (para el control de hongos causantes de enfermedades), desinfectantes bactericidas, herbicidas, fitorreguladores y productos afines (control del crecimiento, estimuladores fisiológicos,…), rodenticidas (control de roedores), productos para la post-cosecha, protectores de la madera, anti limacos (contra caracoles y babosas), etc.…

Según el sistema de aplicación pueden ser gases o gases licuados, fumigantes o aerosoles, polvos (diámetro inferior a 50 µm), sólidos, líquidos, cebos o tabletas.

Según su grado de peligrosidad para las personas y el medio ambiente se clasifican en:

De baja peligrosidad: los que no entrañan riesgos.

Tóxicos: los que por inhalación, ingestión o contacto tienen riesgos de cierta gravedad.

Nocivos: los que puedan entrañar riesgos graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.

Muy tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos extremadamente graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.

Ésta clasificación toxicológica se realiza atendiendo básicamente a su toxicidad aguda, expresada en DL50 (cantidad de materia activa que puede matar al 50% de la población ensayada por vía oral o dérmica para la rata), o en LC 50 (concentración de tóxico que es capaz de matar al 50% de los organismos vivos por vía respiratoria para la rata). El uso de éstos formulados genera graves problemas para el medio ambiente. Más del 98% de los insecticidas fumigados y del 95% de los herbicidas llegan a un destino diferente del que en un principio se necesitaba (aire, agua y alimentos). La deriva de pesticidas ocurre cuando las partículas de pesticidas suspendidas en el aire o disueltas en el agua son llevadas por el viento a otras áreas, pudiendo llegar a contaminarlas. Los pesticidas son una de las causas principales de la contaminación del agua y ciertos pesticidas son contaminantes orgánicos persistentes que contribuyen a la contaminación atmosférica. El uso de plaguicidas reduce la biodiversidad, reduce la fijación de nitrógeno, []contribuye al descenso de la polinización, []destruye hábitats y amenaza a especies en peligro de extinción.[]

Pero la clasificación más importante en la que vamos a centrar principalmente nuestro análisis de los plaguicidas de síntesis es la que viene determinada según su composición química.

 

Organoclorados.

Fue el primer tipo de plaguicidas que se sintetizó a partir de productos orgánicos. Son compuestos orgánicos con cloro u otro halógeno en su molécula y con una elevada toxicidad para insectos, gran persistencia y acumulativos. Los organoclorados tienen la característica de acumularse en las grasas animales por lo que aunque se ingieran dosis ínfimas diarias al cabo del tiempo se convierten en dosis tóxicas o incluso nocivas. Ataca directamente al sistema nervioso provocando parálisis y la muerte. Aunque su toxicidad es baja para los mamíferos su gran persistencia y capacidad acumulativa lo convierte en una gran amenaza para los mamíferos El más famoso es el DDT que ha sido usado fumigando las paredes de las casas para combatir la malaria desde la década de 1950. Pero a partir de algunos estudios recientes se ha relacionado la exposición a éste producto durante la pubertad con la aparición de cáncer de mama.[] También puede ocurrir envenenamiento por DDT y otros compuesto clorados cuando entran en la cadena alimentaria.

Otros organoclorados muy utilizados son el Metoxicloro, Lindano, HCH, Aldrin, Dieldrin, Eldrin y los Terpenos clorados.

Organofosforados.

Son esteres derivados del ácido fosfórico. Son menos persistentes y acumulativos pero más tóxicos para los mamíferos que los organoclorados. Inhiben la acetilcolinesterasa, una enzima que hidroliza la acetilcolina. Cuando se produce el impulso nervioso al no existir ésta hidrólisis hay una estimulación permanente que da lugar a la muerte por asfixia. Los más famosos son el Parathion, Diazinon o Metilclorpirifos

Carbamatos

Son esteres del ácido carbámico. Su toxicidad, persistencia y acumulación están a mitad de camino entre los organoclorados y los organofosforados. Actúan igual que los organofosforados inhibiendo la acetilcolinesterasa. De entre los más conocidos están el Carbaryl, Metiocarb, Carbofuran y Carbosulfan.

            Piretroides

            Son sustancias de síntesis muy similares a las piretrinas naturales(tales como el expelex, etc.) Actúa sobre el sistema nervioso central provocando parálisis e hiperexitación, perdida de coordinación y convulsiones. Todo esto se produce por vía electrofisiológica, despolarizando la membrana de la célula. Los más famosos son la Permetrina, Cypermetrina y Deltametrina

INSECTICIDAS MINERALES MINERALES Compuestos arsenicales
Compuestos fluorados
Azufre
Derivados del selenio
ORGANICOS DE SINTESIS Organofosforados
Organoclorados
Carbamatos
A BASE DE ACEITES MINERALES Aceites antracénicos
Aceites de petróleo
DE ORIGEN VEGETAL Nicotina
Piretrina
Rotenona
HERBICIDAS MINERALES Sales de NH4+, Ca++, Cu++, Fe+++, Mg++, K+, Na+, en forma de sulfatos, nitratos, cloruros, cloratos.
ORGANICOS Fitohormonas
Derivados de la urea
Triazinas y Diazinas
Derivados de los fenil sustituidos y las quinoxalinas
Derivados de la oxiquinoleína
Derivados de las tiadizinas y tiadiazoles
OTROS Parquat
Diquat
Piclorame
FUNGUICIDAS MINERALES Sales de cobre
Compuestos arsenicales
Aceites minerales
ORGANOMETALICOS Derivados órganomercuriales
ORGANICOS Carbamatos y ditiocarbamatos
Derivados del benceno
Amicidas
Benzonitrilos
RODENTICIDAS Derivados cumarínicos Warfarinas
Sales de talio
Inorgánicos

Problemas ocasionados por los plaguicidas

Resistencia genética: casi todos los productos de síntesis actúan a nivel de flancos genéticos, alterando un factor muy concreto de la biología del insecto. Al ser organismos muy simples genéticamente tienen gran facilidad para mutar y protegerse de ése ataque. Como en los insectos las generaciones se suceden unas a otras con rapidez y el tamaño de las poblaciones es muy grande, la resistencia genética se extiende en unos pocos años

Alteraciones en el ecosistema: otro de los principales problemas asociados al uso de pesticidas es el que estos matan no solo a la plaga, sino también a otros insectos beneficiosos como abejas, mariquitas y otros organismos. De esta forma pueden hacer desaparecer a los enemigos naturales de la plaga o provocar que estos se trasladen a otros lugares porque ya no encuentran alimento en ese campo y, después de un breve periodo, la población de la plaga rebrota y además en mayor cantidad que antes al no tener enemigos naturales.

Provocar la aparición de nuevas plagas: las alteraciones en el ecosistema citadas han provocado, en algunas ocasiones, que organismos que hasta ese momento no eran plagas, al desaparecer otras especies que mantenían controlado su número, se hayan convertido en nuevas plagas.

Acumulación en la cadena trófica (Bioacumulación): ya hemos visto que algunos plaguicidas tienen estructuras químicas muy estables y tardan años en. En las zonas en las que se aplican estas sustancias las concentraciones del insecticida son cada vez mayores y aunque haya pasado tiempo desde la última aplicación el producto seguirá presente. Son poco solubles en agua y tienden a acumularse en los tejidos grasos. Cuando unos animales van siendo comidos por otros el pesticida se va acumulando en mayores proporciones en los tramos finales de la cadena trófica. Es el caso de la contaminación por mercurio provocada sobre todo por las industrias fabricantes de productos químicos que vierten a los ríos y que si bien no supone la muerte a los peces, para los seres humanos al ingerir peces de aguas contaminadas de mercurio si alcanza niveles de toxicidad muy elevados

Contaminación del medio ambiente: no solo afecta al lugar en el que se han depositado sino que se dispersan a través del agua, del suelo y del aire, a veces a grandes distancias.

Riesgos para la salud humana: si el contacto es a altas concentraciones puede producirse la muerte, pero con dosis bajas durante largos períodos de tiempo también pueden provocar enfermedades. La mayoría de envenamientos se produce en agricultores u otras personas que trabajan en contacto con los plaguicidas, pero todos estamos expuestos diariamente al contacto y a la ingestión de pequeñísimas cantidades de plaguicidas y otros productos artificiales, y ya se habla de disminución de la fertilidad, aumento en el número de cánceres, malformaciones congénitas, etc.

Tratamientos Bio-ecológicos SA

 

Los peligros ocultos y las mentiras de los tratamientos fitosanitarios (I)

A todos nosotros se nos plantea un dilema cuando nos dirigimos a una frutería y vemos los pomos, los cítricos, las frutas tropicales… con unos brillos y una calidad visual que parecen emular la perfección de la naturaleza, incluso se puede escuchar algún comentario por parte de los clientes como “parecen de plástico” o “mira como brillan, parecen de mentira”. Pero por otro lado una fruta con indicios de haber sido atacada por una plaga de insectos o por una enfermedad y que presenta quemaduras por rozaduras o un color no homogéneo, nos hace figurar que sus características organolépticas no son buenas o incluso que nosotros no nos merecemos un artículo de tan mala calidad. Realmente la expresión “comemos por los ojos” tiene toda su vigencia entre los consumidores de hoy en día, pero hay que recordar otra que a mi modo de ver tiene toda la validez también: “las apariencias engañan”.

Por Víctor Bataller Gómez (TRABE)

             Pero, ¿por qué ocurre esto en una sociedad como la nuestra que para la gran mayoría de los sociólogos destaca por ser la SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN? Algunos pueden llegar a pensar que todo esto es fruto de la ignorancia o por el exceso de comodidad, pero yo me inclino más por pensar que todo es como consecuencia de la SOCIEDAD DE CONSUMO. Hace bastantes años me encontraba trabajando en un stand de una feria de promoción del medio rural. En ese stand se ofertaban productos fitosanitarios respetuosos con el medio ambiente, semillas ecológicas y todo aquello necesario para poder realizar unas prácticas alternativas a la agricultura convencional. En una ocasión se acerco una familia que podríamos definir como familia tipo o típica: una madre, un padre, una niña de unos 12 años y un chico rozando ya la mayoría de edad legal. La niña portaba ropa única y exclusivamente de marca que intentaba emular alguna de esas muñecas con gran presencia en los minutos publicitarios de televisión. El joven igual, todo ropa de marca, con el añadido de un casco de moto colgando del brazo que bien podría haberse quedado en su “caballo de dos ruedas”, pero portándolo dejaba claro su sello de propiedad y de identidad al resto de personas. Primero, desde la distancia, todos echaron una ojeada al stand con una expresión poco clara en su cara porque unas gafas de sol en ambos congéneres, ambas de marca por si alguien lo dudaba, no dejaban entrever los rasgos de la mirada. El padre fue el que dio el primer paso y comenzó a ojear la información de los productos, incluso cogió alguno en su mano y le dedicó una lectura más detallada. El resto de la familia se mantenía detrás de él a la espera de retomar la marcha. Yo me dirigí a él y le mostré mi predisposición a informarle. Fue entonces cuando el padre habló: “esto de los productos biológicos está bien pero yo no puedo permitírmelo, no se puede pagar por un kilo de tomates tres euros”. Yo en ese momento no sabía si involucrarme en una respuesta o no, dado que creía que en cierto modo ese hombre tenía razón, pero yo le seguí en la discusión:

 –         Yo: ¿Cuánto es el presupuesto mensual de su familia para productos frescos como verduras o frutas?.

–         Padre: Pues no lo sé – mira un momento a su mujer y mientras ella le acompaña con su mirada tras las gafas dice – unos cien euros mas o menos, ¿no? – la mujer le afirma y él se reitera – sí, eso, cien euros.

–         Yo: ¿Si comprase esas frutas y verduras ecológicas su presupuesto subiría a cuánto?.

–         Padre: Pues por lo menos el doble más.

–         Yo: ¿Usted cree que se gastaría en un año 1200 euros más en frutas y verduras si éstas fueran ecológicas?.

–         Padre: Pues sí – respondió con claridad.

–         Yo: Ya ha comprado éste tipo de productos y le han cobrado el doble en comparación con los que habitualmente encuentra en su mercado.

–         Padre: Bueno… yo no los compro, pero un amigo mío vende verdura ecológica y cobra la lechuga a un euro. – Entonces es cuando le hice ver el error que cometía.

–         Yo: Si vende una lechuga a un euro es porque hay gente que está dispuesta a pagar ese dinero por una verdura natural, libre de sustancias nocivas y que para su obtención ha respetado la limpieza de las aguas, el suelo y el aire. En cambio usted eso no lo toma en consideración, solo se preocupa de ahorrarse 1200 euros anuales.- Él me responde algo ofuscado

–         Padre: No todo el mundo puede permitirse el lujo ese. Tú seguro que no tienes hijos que alimentar pero yo me debo preocupar por sacar los míos adelante.

–         Yo: Pero en cambio si le compra una moto a su hijo y le hace realidad los deseos a su hija de vestir como un personaje imaginario al cual jamás podrá parecerse. Usted sí se puede permitir el lujo de pagarle a sus hijos no sólo una alimentación de calidad sino que además puede enseñarles una conciencia por los valores naturales que si les va a ser útil en su vida.

             En ésta conversación se resume todo lo que en los sucesivos capítulos vamos a plantear: la realidad virtual a la que estamos sometidos. No les damos el verdadero valor a las cosas ni establecemos las preferencias en la dirección más adecuada.

             Cuando hablamos de Producción Agraria Alternativa estamos hablando del compromiso de unos pocos hacia la inmensa mayoría del resto y si según la normativa europea “el que contamina paga”, podemos valorar más positivamente la labor del productor ecológico. No es lo mismo un agricultor que se levanta todas las mañanas pensando en cómo producir más que otro agricultor que sólo piensa en no contaminar el medio ambiente y sus productos, que es lo que nos va llegar a nuestras mesas. Incluso podemos comprobar en todos los mercadillos de nuestros pueblos y ciudades y en las asociaciones o grupos de consumo responsable, que la diferencia de precios con productos convencionales en ningún momento se ajusta con la creencia de que este tipo de producción alternativa encarece nuestra cesta de la compra; los verdaderos responsables del encarecimiento de nuestros alimentos son las cadenas de distribución e intermediarios que se quedan con el 85% de media de los beneficios en la venta.

             Por otro lado es cierto que con las nuevas normativas a nivel europeo muchos de los productos extremadamente tóxicos han desaparecido y se han endurecido las medidas para que se respete el medio natural, pero sigue habiendo productos venenosos que se siguen empleando para diseñar nuestra dieta, los gastos energéticos para la fabricación de éstos productos químicos es una factura demasiado pesada para nuestro planeta, y las exclusividades tanto en semillas como fitosanitarios están convirtiendo a las farmacéuticas en las grandes dueñas junto con los bancos de nuestras libertades. Todo esto, por cierto, con la complicidad de algunos gobiernos y entre ellos el de España: a partir de octubre del 2003 todos los productos que conocemos como abonos y/o fertilizantes vienen regulados en el Reglamento CE 2003/2003 excepto los orgánicos y los organominerales. Europa fijó normas y usos en su reglamento para todos los productos minerales y dejó abierta la puerta de los orgánicos y a las mezclas de orgánicos con minerales porque su fabricación y uso depende mucho de cada país y de aquellas materias primas de las que disponga: restos de industrias conserveras y de transformación de los alimentos, lodos de la producción industrial, subproductos de las centrales energéticas de biomasa, etc… Hasta ese momento la normativa de los productos fertilizantes orgánicos, minerales y mezclas entre ellos, venía determinada por el Real Decreto 72/1988 que fue una adaptación a la normativa europea cuando España entró en la CEE y posteriormente en R.D. 877/1991 en donde se dice en su artículo 3º, apartado 2: “Fertilizante o abono orgánico.-El que, procediendo de residuos animales o vegetales, contenga los porcentajes mínimos de materia orgánica y elementos nutritivos que para ellos se determinen en las listas de productos que sean publicadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación”.

             Todos los productos ecológicos que tuvieran un uso fertilizante o fitosanitario podían registrarse en el ministerio y comercializarse sólo como abono, porque gracias a su origen orgánico sus analíticas acreditaban que daban los niveles mínimos requeridos de materia orgánica y gracias a su inocuidad para el ser humano y medio ambiente no requerían de los controles de toxicidad que son necesarios para el registro de productos fitosanitarios. Pero con el nuevo reglamento comunitario los países cierran esa posibilidad y la producción agrícola ecológica recibe un fuerte golpe porque muchos de los productos que empleaban ya no se pueden usar. Y es que la posibilidad de que los productos ecológicos puedan ser registrado como fitosanitario es poco viable porque los costes económicos son elevadísimos y sólo se lo pueden permitir las grandes empresas químicas que apuestan por productos de síntesis cuya materia activa y proceso de fabricación pueden patentar en exclusividad. Esto es imposible con productos de origen natural, no se puede patentar nada que provenga de la naturaleza y no esté alterado. Un ejemplo de lo que planteo: en la década de los noventa la firma Novartis comercializaba un producto llamado Vertimec cuya materia activa se denomina “Abamectina” un potente adulticida para araña roja. Durante el tiempo que disfrutó de la patente industrial llegó a superar las 50.000 pesetas de precio para el agricultor en aquella época. Con la finalización de la patente y la entrada en el mercado de productos similares, por no decir idénticos, hasta hace un año apenas los precios no superaban los 10 euros, treinta veces menos.

             Ante esta nueva situación los países europeos adoptan estrategias distintas y la de España es de las peores. En todos éstos años sólo han sacado una comunicación, APA 147/2007, en donde sólo es necesario remitir una información técnica más o menos detallada del producto, pagar las tasas como fitosanitario y esperar a que te respondan; no se adjunta un anexo donde al menos se pueda consultar, como en la normativa de abonos y fertilizantes, una lista de aquellos productos que sirvan para el control de plagas y enfermedades y sean inocuos para la vida útil y el medio natural. Es decir, para cerrar la puerta de entrada como abono hicieron la ley casi perfecta en poco menos de dos años y para regularizar un sector necesario como la producción de insumos en la producción ecológica ya vamos para ocho años. Mientras tanto el sector sufre un parón considerable y entra en una incertidumbre preocupante.

             La realidad del sector productivo ecológico en España está muy alejada del trato denigrante que la administración le ha dado, sobre todo con la ministra Elena Espinosa. ¿Cuál es esa realidad?. Tal y como se desprende de los resultados presentados en mayo de 2010 por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, realizados en base a los datos facilitados por las autoridades competentes de las distintas Comunidades Autónomas, la superficie dedicada a la agricultura ecológica en España es de 1.602.870 hectáreas (superficie similar a la provincia de Guipúzcoa) y el número de operadores alcanza los 27627. Según datos del Eurostat publicados en 2008, España es el primer productor europeo en Agricultura Ecológica, concentrándose en su territorio el 20 % del total de la superficie, y genera un montante económico anual de 250 millones de pesetas. A todas luces éstos datos ponen a las claras que éste sector necesita una regularización más seria y acorde con sus necesidades.

             En frente, el sector de la industria química y farmacéutica, que ha visto en éste tipo de producción una competencia clara y hace lo posible para que no pueda desarrollarse con todas las garantía necesarias, y los estados les conceden ese deseo. En España el sector fitosanitario tuvo unos ingresos según AEPLA en 2009 de 600 millones de euros, en Europa de más de ocho billones de euros y en todo el mundo superó los 40 billones de euros. Está claro porque los gobiernos bailan al compás que le marcan las grandes multinacionales que han conseguido quedarse con el monopolio de toda esta producción mundial.

             La mentalidad reduccionista de nuestros políticos no les permite ver que todo ese dinero se consigue gracias a que estamos pagando una factura más elevada a nuestro planeta, por lo que todos nosotros pagamos un déficit que le permite a los socios de las grandes multinacionales ver aumentadas sus cuentas corrientes.

             A lo largo de una serie de capítulos iremos viendo y demostrando todo lo referente a la situación real de nuestra naturaleza y de nuestra dieta y como se ha influido, se está influyendo y se seguirá determinando nuestro razonamiento en favor de los intereses de unos pocos, sin darnos cuenta que los errores que cometamos ahora no se podrán subsanar y que el daño cometido no se podrá corregir. Por lo tanto es muy importante que paremos éste desastre que nos está llevando a la deriva.

Tratamientos Bio-ecológicos SA

 

La poda del cannabis (I)

Comenzamos un nuevo curso, en parte relacionado con el anterior. En esta nueva entrega entraremos en el mundo de la poda cannábica, que si bien se podría comparar con la de otras especies vegetales como las rosas o los árboles frutales, es en realidad bastante diferente y especializada. Si partimos de la base de que estamos hablando de una planta anual, parece que las técnicas de poda usuales para plantas que viven durante años no son aplicables en su caso. Sin embargo, en ocasiones y dependiendo del tipo de cultivo o destino que le vayamos a dar a la planta, se hace más que necesaria.

Fotos y Texto: Luis Hidalgo

poda para produccionpoda para produccion

Cualquiera que viva en una gran ciudad podrá observar cómo llegado el invierno, se podan ciertos árboles dejándolos lo que se dice “pelados” de ramas y sólo con una estructura “esquelética”, pero al llegar la primavera se vuelven a llenar de brotes que después se convierten en nuevas ramas. Lo mismo sucede con muchas plantas de flor, como los rosales, y también multitud de arbustivas tipo arizónicas conformando setos que son podados con frecuencia. Parece ser que la poda se aplica bastante en general, pero ¿cómo afecta a nuestras plantas favoritas? Vamos a explicar por qué y para qué se usa la poda en cannabicultra.

Salvaje o Domesticada

Podar es cortar partes de una planta, ya sea tallos, ramas u hojas e incluso la raíz. Más de un Lector se preguntará qué motivo podemos tener para “mutilar” a nuestra planta cuando siempre se recomienda no “torturar” a nuestras niñas y sobre todo cuidar sus hojas que es dónde se produce la fotosíntesis. Sin embargo, no debemos considerar la poda como una forma de estresar a la planta si no que es una manera de “domesticarla” y darle forma en el caso de que esté destinada a ser una madre o aligerarla de follaje y ramas inútiles para que aproveche mejor la luz y los recursos alimenticios que la fotosíntesis genera.

Las plantas son un sistema vivo en equilibrio con el medio reaccionando según su propia información genética y a las condiciones del entorno y usualmente cuando cultivamos cannabis lo hacemos fuera del entorno original del que provienen los antecesores de una determinada variedad, y mucho más si lo hacemos en interior, donde las plantas nunca verán la luz del Sol. Es obvio que en estas condiciones lo que siempre procuramos es optimizar la producción, o sea, los gramos que al final vamos a cosechar y es por esto por lo que una poda bien aplicada en el momento correcto nos puede ayudar a aumentar esa producción. Ya hemos dejado ver que en cannabicultura se pueden hacer las podas con diferentes objetivos, y esa es una de las claves: Saber por y para qué se poda una determinada planta o variedad.

Por ejemplo, los árboles frutales se podan para obtener fruta y que ésta esté accesible y se pueda recoger de manera más o menos sencilla sin tener que introducirse entre el ramaje ni romper o mutilar ramas. En el caso de los árboles madereros se podan para obtener madera de mayor calidad al conseguir tablones más grandes. El proceso por el cual la planta cura las heridas que le producimos al podar se llama compartimentación y consiste en aislar la zona de tejidos dañados y crear otros nuevos sobre ella, pero no debemos confundirnos, una poda nunca rejuvenece a la planta y siempre supone un desgaste de energía. Por ello, si está bien realizada éste desgaste será mínimo pero si lo hacemos mal veremos como la planta para su crecimiento hasta que se recupera, y esto a veces puede tardar semanas.

Si nos pasamos podando seguramente provocaremos lo contrario a lo que pretendemos ya que se producirá una brotación exagerada en un intento de la planta por recuperar su equilibrio perdido y se llenará de minúsculos brotes a expensas de la energía almacenada y en definitiva, supondrá un debilitamiento a corto plazo e incluso el anclaje de los nuevos brotes a la rama en que están puede ser frágil y defectuoso, así que antes de la poda debemos procurar al sistema vital de la planta las mejores condiciones posibles para que pueda almacenar energía (buenas condiciones de suelo, nutrientes, aireación radicular, iluminación y espacio vital).

Madre con poda abiertaMadre con poda abierta

Podando el Cannabis

Entonces, en el tema que nos interesa y que no es otro que nuestra querida planta nos encontramos con que podemos podar con distintos objetivos: Conservación de madres, obtención de esquejes, fortalecimiento de tallos y aumento de la producción. En el Curso anterior ya vimos todo lo referente a los esquejes, por lo que nos centraremos en las otras podas aunque como veremos más adelante la conservación de madres se encuentra íntimamente relacionada con la extracción de esquejes.

En general la poda es un técnica que ha de aplicarse “completa”, es decir, cuando hemos decidido lo que vamos a podar hemos de hacerlo de un tirón de principio a final, ya que dilatar el proceso en el tiempo o realizarlo en varios días aumentará considerablemente el estrés en la planta, pudiendo provocar la aparición de cierto hermafroditismo en forma de esos nefastos “platanitos” que pueden convertir nuestra esperada cosecha de “sinsemilla” en unos kilos de cañamones, infumables por supuesto. A pesar de ello, veremos que existen ciertas formas de aplicar una poda más o menos continua, por ejemplo para quitar hojas que hacen sombra a los cogollos durante la floración.

Por otro lado, cuando cultivamos cannabis nos encontramos con que dependiendo no ya de la dominancia indica o sativa si no de cada variedad, el comportamiento tras la poda es diferente y no podemos usar las mismas técnicas con unas plantas que con otras. De la misma manera tampoco reaccionan igual si vienen de semilla o se trata de esquejes, por lo que antes de iniciar un proceso de poda en una determinada planta deberíamos conocer de antemano si el tipo de poda que vamos a utilizar es el adecuado para su fisiología concreta.

Por hacer una primera aproximación, existe una gran diferencia entre índicas y sativas: Mientras éstas últimas se estiran y ramifican con gran facilidad llenándose de multitud de finos y poco densos cogollines, las primeras crecen de forma columnar promoviendo un gran y prieto cogollo central. Y no sólo eso, también la diferencia en los tiempos de floración son importantes ya que no se recupera igual una planta que acaba en 50 días que otra que tarda más del doble en acabar de florecer.

Por supuesto estamos hablando de variedades más o menos puras y de manera general. Hoy en día existen pocas de este tipo siendo la mayoría de variedades comerciales híbridos más o menos conseguidos y casi siempre enfocados a la producción rápida y abundante. Es por esto por lo que deberíamos intentar recopilar la máxima información posible sobre la variedad con la que vamos a trabajar con el fin de saber si su reacción y morfología se ajustarán al tipo de poda que pretendemos realizar. También podemos hacerlo al contrario y adaptar el tipo de poda dependiendo de cómo veamos que se va desarrollando la planta en vegetativo.

Tipos de Poda

Cómo decíamos más arriba, podemos hacer una primera diferenciación entre las podas para incrementar el rendimiento y aquellas enfocadas a mantener una planta durante mucho tiempo, normalmente para proporcionar esquejes.

Este ultimo tipo de poda se basa en dos principios: Mantener un bajo uso de recursos durante la mayor parte del tiempo y conseguir un desarrollo continuado de brotes y tallos secundarios que es de donde haremos los esquejes. Si tenemos en cuenta que las plantas destinadas a ser madres o donantes de esquejes se mantienen con un mínimo de 18 horas de luz al día pudiendo llegar a las 24 horas de luz continua, es lógico pensar que su consumo de recursos a lo largo del tiempo es bastante mayor que el de una planta destinada al consumo que será pasada a un régimen de 12/12 tras un periodo corto de crecimiento vegetativo. Ese consumo (nutrientes, co2, humedad, agua) mantenido provoca que tras unos meses la planta empiece a mostrar carencias, sobre todo debido al escaso contenido en micronutrientes como el magnesio o el calcio en las tierras comerciales. Ello nos obligara a añadir fertilizantes específicos cada vez con más frecuencia acabando por saturar el sustrato de sales y residuos y complicándonos en exceso la vida, si pensamos que hay madres que se conservan durante años.

Madre modelada con atadoMadre modelada con atado

Podríamos trasplantar y/o realizar una poda de raíces como veremos en el próximo capítulo, pero si aplicamos la poda de forma correcta podemos reducir de forma drástica el gasto de recursos al mantener una estructura fuerte con poco ramaje y una masa foliar controlada, de forma que al bajar el régimen total de evapotranspiración también se reduce el consumo de agua a través del sistema radicular y lo mismo sucede con los nutrientes, ya que el crecimiento de la planta va a estar siempre limitado.

Las plantas destinadas a ser madres deberían ser trabajadas prácticamente desde el primer momento partiendo de la base de que es un esqueje, ya que es absurdo mantener en vegetativo permanente una planta de semilla que nunca ha florecido!!! Se podría llegar a dar el caso de que tras haber llegado a la madurez decidamos no cosechar la planta entera y dejar una parte para revegetar, pero aún así lo ideal es que una vez revegetada le saquemos unos cuantos esquejes y uno o un par de ellos hacerlos madres, ya que la planta original se va a encontrar muy estresada durante bastante tiempo como para ser una donante efectiva.

La técnica, que veremos en profundidad en el próximo capítulo, es muy similar a las que se usan para el modelado aéreo de bonsáis pero prescindiendo de atados en las ramas, haciendo más hincapié en la poda selectiva de ramas débiles y en el control de la posición de los nuevos brotes, hasta que llegado un momento dado cada rama principal produce un número determinado de brotes que en pocos días toman el tamaño suficiente para ser cortados como esquejes. Una vez alcanzado ese punto, deberemos hacer limpieza de brotes cada cierto tiempo aunque no necesitemos los esquejes.

Aumentando la Producción

Seguramente este tipo de podas sea la que la mayoría de cannabicultores desean conocer. Es muy posible que en conversaciones con otros cannabicultores o en foros de debate se hayan escuchado conceptos como SOG, SCROG, FIM, RIB y otros, sin saber muy bien cómo funcionan.

Todos ellos y más, como el supercropping o la poda en escalera son metodologías de cultivo destinadas a subir la producción de las plantas y las cantidad de cogollos de alta calidad. Si bien no podemos decir que se trate exclusivamente de podar, estas metodologías siempre incluyen algún tipo de poda a lo largo del cultivo, y algunas de ellas de forma bastante agresiva.

Básicamente se trata de optimizar el aprovechamiento de la luz disponible en conjunción con el espacio, idealizando una canopia que lo cubra completamente y eliminando toda parte de la planta mal iluminada ya sea por su posición horizontal o vertical y todo ello de forma equilibrada, es decir, sin grandes “ataques podadores” que pelan una planta de repente, sino más bien poco a poco desde el principio del crecimiento vegetativo.

Para aquellos puristas del cultivo silvestre, baste decir que las plantas en la naturaleza también sufren podas, casi siempre accidentales a partir de la fauna circundante como pájaros u otros animales superiores que suelen mutilar hojas y ramas. También la propia naturaleza se suele encargar de realizar limpiezas de hojas muertas al arrastrarlas con el viento y ramas débiles al partirlas o romperlas por el peso de la lluvia. Incluso la propia planta tiende a autorregularse desprendiéndose de las hojas más viejas y/o grandes que tapan otras partes, sobre todo en floración.

Así pues a partir del siguiente capítulo veremos todas y cada una de estas técnicas de poda y otras menos usuales y no por ello menos efectivas.

Glosario

Canopia: Bóveda formada por la capa superior de las hojas y que debe cubrir toda la superficie de cultivo para obtener un rendimiento óptimo.

Fotosíntesis: Proceso por el cual las plantas transforman elementos químicos en orgánicos. Se produce en las hojas gracias a la clorofila, a la luz del sol y al Co2, expulsando oxígeno y vapor de agua como residuo del proceso.

Madre: Planta destinada a ser donante de esquejes. Se utilizan para cultivos intensivos o cuando se ha encontrado una planta excepcional y se quiere conservar. Los esquejes son siempre iguales a la madre.

Platanito(s): Flores masculinas que aparecen en plantas hembra bajo situaciones de estrés o por mala selección genética. Estas flores no son iguales a las normales y si se miran con lupa, tienen forma y color de plátano o banana. Suelen aparecer sobre todo por contaminación lumínica, sobremaduración o condiciones ambientales extremas. Aún en poca cantidad, contienen polen activo que puede malograr la cosecha.

Silvestre, cultivo: También denominado “guerrilla” es un tipo de cultivo en el que las plantas se dejan a su suerte en exterior en algún lugar recóndito y de difícil acceso. Las plantas se desarrollan a su aire sin ningún tipo de cuidado especial.

Sinsemilla: Tipo de cultivo en el cual se potencia la producción de flores y tricomas en las hembras a base de eliminar los machos del entorno de cultivo, haciendo que los cálices de las flores se hinchen más de lo normal al esperar ser fecundadas y no serlo. La cosecha se produce libre de grano o semilla. En el argot fuera de España se denomina “Sensimilla”.

 

La poda del cannabis (I) (2)

Comenzamos un nuevo curso, en parte relacionado con el anterior. En esta nueva entrega entraremos en el mundo de la poda cannábica, que si bien se podría comparar con la de otras especies vegetales como las rosas o los árboles frutales, es en realidad bastante diferente y especializada. Si partimos de la base de que estamos hablando de una planta anual, parece que las técnicas de poda usuales para plantas que viven durante años no son aplicables en su caso. Sin embargo, en ocasiones y dependiendo del tipo de cultivo o destino que le vayamos a dar a la planta, se hace más que necesaria.

Fotos y Texto: Luis Hidalgo

poda para produccionpoda para produccion

Cualquiera que viva en una gran ciudad podrá observar cómo llegado el invierno, se podan ciertos árboles dejándolos lo que se dice “pelados” de ramas y sólo con una estructura “esquelética”, pero al llegar la primavera se vuelven a llenar de brotes que después se convierten en nuevas ramas. Lo mismo sucede con muchas plantas de flor, como los rosales, y también multitud de arbustivas tipo arizónicas conformando setos que son podados con frecuencia. Parece ser que la poda se aplica bastante en general, pero ¿cómo afecta a nuestras plantas favoritas? Vamos a explicar por qué y para qué se usa la poda en cannabicultra.

Salvaje o Domesticada

Podar es cortar partes de una planta, ya sea tallos, ramas u hojas e incluso la raíz. Más de un Lector se preguntará qué motivo podemos tener para “mutilar” a nuestra planta cuando siempre se recomienda no “torturar” a nuestras niñas y sobre todo cuidar sus hojas que es dónde se produce la fotosíntesis. Sin embargo, no debemos considerar la poda como una forma de estresar a la planta si no que es una manera de “domesticarla” y darle forma en el caso de que esté destinada a ser una madre o aligerarla de follaje y ramas inútiles para que aproveche mejor la luz y los recursos alimenticios que la fotosíntesis genera.

Las plantas son un sistema vivo en equilibrio con el medio reaccionando según su propia información genética y a las condiciones del entorno y usualmente cuando cultivamos cannabis lo hacemos fuera del entorno original del que provienen los antecesores de una determinada variedad, y mucho más si lo hacemos en interior, donde las plantas nunca verán la luz del Sol. Es obvio que en estas condiciones lo que siempre procuramos es optimizar la producción, o sea, los gramos que al final vamos a cosechar y es por esto por lo que una poda bien aplicada en el momento correcto nos puede ayudar a aumentar esa producción. Ya hemos dejado ver que en cannabicultura se pueden hacer las podas con diferentes objetivos, y esa es una de las claves: Saber por y para qué se poda una determinada planta o variedad.

Por ejemplo, los árboles frutales se podan para obtener fruta y que ésta esté accesible y se pueda recoger de manera más o menos sencilla sin tener que introducirse entre el ramaje ni romper o mutilar ramas. En el caso de los árboles madereros se podan para obtener madera de mayor calidad al conseguir tablones más grandes. El proceso por el cual la planta cura las heridas que le producimos al podar se llama compartimentación y consiste en aislar la zona de tejidos dañados y crear otros nuevos sobre ella, pero no debemos confundirnos, una poda nunca rejuvenece a la planta y siempre supone un desgaste de energía. Por ello, si está bien realizada éste desgaste será mínimo pero si lo hacemos mal veremos como la planta para su crecimiento hasta que se recupera, y esto a veces puede tardar semanas.

Si nos pasamos podando seguramente provocaremos lo contrario a lo que pretendemos ya que se producirá una brotación exagerada en un intento de la planta por recuperar su equilibrio perdido y se llenará de minúsculos brotes a expensas de la energía almacenada y en definitiva, supondrá un debilitamiento a corto plazo e incluso el anclaje de los nuevos brotes a la rama en que están puede ser frágil y defectuoso, así que antes de la poda debemos procurar al sistema vital de la planta las mejores condiciones posibles para que pueda almacenar energía (buenas condiciones de suelo, nutrientes, aireación radicular, iluminación y espacio vital).

Madre con poda abiertaMadre con poda abierta

Podando el Cannabis

Entonces, en el tema que nos interesa y que no es otro que nuestra querida planta nos encontramos con que podemos podar con distintos objetivos: Conservación de madres, obtención de esquejes, fortalecimiento de tallos y aumento de la producción. En el Curso anterior ya vimos todo lo referente a los esquejes, por lo que nos centraremos en las otras podas aunque como veremos más adelante la conservación de madres se encuentra íntimamente relacionada con la extracción de esquejes.

En general la poda es un técnica que ha de aplicarse “completa”, es decir, cuando hemos decidido lo que vamos a podar hemos de hacerlo de un tirón de principio a final, ya que dilatar el proceso en el tiempo o realizarlo en varios días aumentará considerablemente el estrés en la planta, pudiendo provocar la aparición de cierto hermafroditismo en forma de esos nefastos “platanitos” que pueden convertir nuestra esperada cosecha de “sinsemilla” en unos kilos de cañamones, infumables por supuesto. A pesar de ello, veremos que existen ciertas formas de aplicar una poda más o menos continua, por ejemplo para quitar hojas que hacen sombra a los cogollos durante la floración.

Por otro lado, cuando cultivamos cannabis nos encontramos con que dependiendo no ya de la dominancia indica o sativa si no de cada variedad, el comportamiento tras la poda es diferente y no podemos usar las mismas técnicas con unas plantas que con otras. De la misma manera tampoco reaccionan igual si vienen de semilla o se trata de esquejes, por lo que antes de iniciar un proceso de poda en una determinada planta deberíamos conocer de antemano si el tipo de poda que vamos a utilizar es el adecuado para su fisiología concreta.

Por hacer una primera aproximación, existe una gran diferencia entre índicas y sativas: Mientras éstas últimas se estiran y ramifican con gran facilidad llenándose de multitud de finos y poco densos cogollines, las primeras crecen de forma columnar promoviendo un gran y prieto cogollo central. Y no sólo eso, también la diferencia en los tiempos de floración son importantes ya que no se recupera igual una planta que acaba en 50 días que otra que tarda más del doble en acabar de florecer.

Por supuesto estamos hablando de variedades más o menos puras y de manera general. Hoy en día existen pocas de este tipo siendo la mayoría de variedades comerciales híbridos más o menos conseguidos y casi siempre enfocados a la producción rápida y abundante. Es por esto por lo que deberíamos intentar recopilar la máxima información posible sobre la variedad con la que vamos a trabajar con el fin de saber si su reacción y morfología se ajustarán al tipo de poda que pretendemos realizar. También podemos hacerlo al contrario y adaptar el tipo de poda dependiendo de cómo veamos que se va desarrollando la planta en vegetativo.

Tipos de Poda

Cómo decíamos más arriba, podemos hacer una primera diferenciación entre las podas para incrementar el rendimiento y aquellas enfocadas a mantener una planta durante mucho tiempo, normalmente para proporcionar esquejes.

Este ultimo tipo de poda se basa en dos principios: Mantener un bajo uso de recursos durante la mayor parte del tiempo y conseguir un desarrollo continuado de brotes y tallos secundarios que es de donde haremos los esquejes. Si tenemos en cuenta que las plantas destinadas a ser madres o donantes de esquejes se mantienen con un mínimo de 18 horas de luz al día pudiendo llegar a las 24 horas de luz continua, es lógico pensar que su consumo de recursos a lo largo del tiempo es bastante mayor que el de una planta destinada al consumo que será pasada a un régimen de 12/12 tras un periodo corto de crecimiento vegetativo. Ese consumo (nutrientes, co2, humedad, agua) mantenido provoca que tras unos meses la planta empiece a mostrar carencias, sobre todo debido al escaso contenido en micronutrientes como el magnesio o el calcio en las tierras comerciales. Ello nos obligara a añadir fertilizantes específicos cada vez con más frecuencia acabando por saturar el sustrato de sales y residuos y complicándonos en exceso la vida, si pensamos que hay madres que se conservan durante años.

Madre modelada con atadoMadre modelada con atado

Podríamos trasplantar y/o realizar una poda de raíces como veremos en el próximo capítulo, pero si aplicamos la poda de forma correcta podemos reducir de forma drástica el gasto de recursos al mantener una estructura fuerte con poco ramaje y una masa foliar controlada, de forma que al bajar el régimen total de evapotranspiración también se reduce el consumo de agua a través del sistema radicular y lo mismo sucede con los nutrientes, ya que el crecimiento de la planta va a estar siempre limitado.

Las plantas destinadas a ser madres deberían ser trabajadas prácticamente desde el primer momento partiendo de la base de que es un esqueje, ya que es absurdo mantener en vegetativo permanente una planta de semilla que nunca ha florecido!!! Se podría llegar a dar el caso de que tras haber llegado a la madurez decidamos no cosechar la planta entera y dejar una parte para revegetar, pero aún así lo ideal es que una vez revegetada le saquemos unos cuantos esquejes y uno o un par de ellos hacerlos madres, ya que la planta original se va a encontrar muy estresada durante bastante tiempo como para ser una donante efectiva.

La técnica, que veremos en profundidad en el próximo capítulo, es muy similar a las que se usan para el modelado aéreo de bonsáis pero prescindiendo de atados en las ramas, haciendo más hincapié en la poda selectiva de ramas débiles y en el control de la posición de los nuevos brotes, hasta que llegado un momento dado cada rama principal produce un número determinado de brotes que en pocos días toman el tamaño suficiente para ser cortados como esquejes. Una vez alcanzado ese punto, deberemos hacer limpieza de brotes cada cierto tiempo aunque no necesitemos los esquejes.

Aumentando la Producción

Seguramente este tipo de podas sea la que la mayoría de cannabicultores desean conocer. Es muy posible que en conversaciones con otros cannabicultores o en foros de debate se hayan escuchado conceptos como SOG, SCROG, FIM, RIB y otros, sin saber muy bien cómo funcionan.

Todos ellos y más, como el supercropping o la poda en escalera son metodologías de cultivo destinadas a subir la producción de las plantas y las cantidad de cogollos de alta calidad. Si bien no podemos decir que se trate exclusivamente de podar, estas metodologías siempre incluyen algún tipo de poda a lo largo del cultivo, y algunas de ellas de forma bastante agresiva.

Básicamente se trata de optimizar el aprovechamiento de la luz disponible en conjunción con el espacio, idealizando una canopia que lo cubra completamente y eliminando toda parte de la planta mal iluminada ya sea por su posición horizontal o vertical y todo ello de forma equilibrada, es decir, sin grandes “ataques podadores” que pelan una planta de repente, sino más bien poco a poco desde el principio del crecimiento vegetativo.

Para aquellos puristas del cultivo silvestre, baste decir que las plantas en la naturaleza también sufren podas, casi siempre accidentales a partir de la fauna circundante como pájaros u otros animales superiores que suelen mutilar hojas y ramas. También la propia naturaleza se suele encargar de realizar limpiezas de hojas muertas al arrastrarlas con el viento y ramas débiles al partirlas o romperlas por el peso de la lluvia. Incluso la propia planta tiende a autorregularse desprendiéndose de las hojas más viejas y/o grandes que tapan otras partes, sobre todo en floración.

Así pues a partir del siguiente capítulo veremos todas y cada una de estas técnicas de poda y otras menos usuales y no por ello menos efectivas.

Glosario

Canopia: Bóveda formada por la capa superior de las hojas y que debe cubrir toda la superficie de cultivo para obtener un rendimiento óptimo.

Fotosíntesis: Proceso por el cual las plantas transforman elementos químicos en orgánicos. Se produce en las hojas gracias a la clorofila, a la luz del sol y al Co2, expulsando oxígeno y vapor de agua como residuo del proceso.

Madre: Planta destinada a ser donante de esquejes. Se utilizan para cultivos intensivos o cuando se ha encontrado una planta excepcional y se quiere conservar. Los esquejes son siempre iguales a la madre.

Platanito(s): Flores masculinas que aparecen en plantas hembra bajo situaciones de estrés o por mala selección genética. Estas flores no son iguales a las normales y si se miran con lupa, tienen forma y color de plátano o banana. Suelen aparecer sobre todo por contaminación lumínica, sobremaduración o condiciones ambientales extremas. Aún en poca cantidad, contienen polen activo que puede malograr la cosecha.

Silvestre, cultivo: También denominado “guerrilla” es un tipo de cultivo en el que las plantas se dejan a su suerte en exterior en algún lugar recóndito y de difícil acceso. Las plantas se desarrollan a su aire sin ningún tipo de cuidado especial.

Sinsemilla: Tipo de cultivo en el cual se potencia la producción de flores y tricomas en las hembras a base de eliminar los machos del entorno de cultivo, haciendo que los cálices de las flores se hinchen más de lo normal al esperar ser fecundadas y no serlo. La cosecha se produce libre de grano o semilla. En el argot fuera de España se denomina “Sensimilla”.

 

Germinación y patologías relacionadas

Por Massimiliano Salami (drgrow)

La elaboración de semillero como se observa en la foto no es una práctica común en la cannabiscultura española. En general los cultivadores tienden a realizar siembras directas en macetas grandes y con sustratos poco adecuados, esto puede generar enormes bajas.La elaboración de semillero como se observa en la foto no es una práctica común en la cannabiscultura española. En general los cultivadores tienden a realizar siembras directas en macetas grandes y con sustratos poco adecuados, esto puede generar enormes bajas.

Introducción

Otro año más comienzan las campañas para los cultivos de exterior. Como todos los años acudimos a los Grow Shops habituales para que nos aconsejen sobre las últimas tendencias en variedades, sustratos, fertilizantes y demás complementos para que nuestras plantas finalmente florezcan abundantemente.

Toda campaña inicia con la germinación de las semillas, éste es el primer paso y quizás uno de los más delicados y costosos. En los cultivos del cannabis podemos afirmar que los puntos más críticos de todos los cultivos son la germinación y el final de floración. Vista la fecha en la que nos encontramos trataremos este primer proceso, la germinación, pero desde otro punto de vista.

El proceso de germinación

Se puede definir la germinación como el periodo que tarda una semilla en presencia de agua y oxígeno en eclosionar. La germinación del cannabis se denomina epigea: es decir, los cotiledones emergen por encima del nivel del suelo y se convierten en el primer órgano fotosintético.

Aunque el proceso de germinación de una semilla de cannabis suele durar desde uno a varios días (dependiendo de la técnica usada y de su estado sanitario), gracias a los últimos avances se ha podido observar como este periodo ha sido recortado inclusive a pocas horas.

Existen una multitud de métodos para germinar semillas de cannabis, a continuación resumimos los dos métodos más comunes:

  1. La siembra directa de las semillas en el suelo o macetas.
  2. La realización de semilleros. Más adelante recomendaremos un sistema muy simple y eficiente de germinación, válido para una multitud de plantas, no sólo para cannabis.

En la foto unas semillas de cannabis germinadas en menos de 24 horas con la técnica avanzada de germinación aquí explicada. Fíjense en el porcentaje de germinación, ¡todo un Récord Guinnes!En la foto unas semillas de cannabis germinadas en menos de 24 horas con la técnica avanzada de germinación aquí explicada. Fíjense en el porcentaje de germinación, ¡todo un Récord Guinnes!

Condiciones necesarias para la germinación.

Las condiciones ambientales son factores limitantes de primer orden para la germinación.

En semillas de cannabis se ha podido comprobar que los parámetros ideales para su germinación son:

Temperatura 24-26ºC
Humedad 90-95%

Estos parámetros son válidos independientemente del método usado para la germinación, es decir, ya sea con siembra directa o con la realización de semilleros.

Las temperaturas más bajas retrasan la germinación de las semillas. Desde un punto de vista patológico, este retraso no es beneficioso para la planta, a temperaturas más bajas de las ideales el metabolismo del vegetal se ralentiza, y sus defensas también. Ésto puede facilitar el desarrollo de patógenos.

En cambio si las temperaturas son más altas de lo debido, las semillas corren el riesgo de que se deshidraten y/o en combinación con una elevada humedad ambiental ser atacadas por un patógeno de tipo fúngico.

Por tanto, el primer factor a tener en cuenta es que las condiciones térmicas sean vitales para un correcto proceso de germinación. Mientras que el segundo factor es la humedad, una humedad reducida frenará el proceso de germinación. A su vez, si combinamos ésto con unas temperaturas elevadas las consecuencias pueden ser desastrosas.

Por el contrato un exceso de humedad o lo que es lo mismo una falta de oxígeno no favorecerá a la geminación, si no a la putrefacción.

Aunque lo parezca, la germinación no es un proceso tan sencillo, las pérdidas por semillas puede ser cuantiosas si no se anda con cuidado (no es lo mismo una explotación de 3 plantas que una con 300 o más).

Finalmente me gustaría incluir un factor más, al que normalmente no se hace referencia. Supongo que se da por obvio, y personalmente no creo que eso sea así de fácil.

Hemos podido demostrar que los niveles de oxígeno en el medio de germinación son los puntos que marcan la diferencia en la duración de proceso.

Vamos a poner un ejemplo: Supongamos que tenemos varios lotes de semillas de una misma variedad, las cuales germinaremos en mismos medios y condiciones ambientales de temperaturas y humedad. Las semillas puestas en los medios más ricos en oxígeno germinarán antes que el resto. ¡Les invito a realizar vuestras propias pruebas y a comparar!

Concluyendo, se darán cuenta que las necesidades básicas que precisa una semilla para eclosionar son agua y oxígeno, tal y como se comenta en la definición de germinación al inicio del artículo.

Patologías relacionadas con la germinación

Existen unas patologías típicas asociadas al proceso de germinación, éstas se repiten en los semilleros de toda España y son las responsables de las bajas en los semilleros.

Como sabemos, las condiciones óptimas para la germinación de semillas de cannabis son también ideales para el desarrollo de muchos patógenos.

Es común entre cannabicultores poco experimentados culpar a las semillas de sus fracasos al germinar…. ¡lo siento, pero hay que admitir que en el 80% de los caso el culpable es mismo cultivador!. También es verdad que una semilla raramente muere por si sóla,… por tanto ¿qué es lo que pasa? En la mayoría de los casos son los patógenos conocidos como hongos de los semilleros que atacan y destruyen las semillas. ¡Éstos si son los responsables!

Todos deben saber que estos patógenos infecciosos están en el ambiente, en el agua, etc. Cuando alcanzan los semilleros, con sus condiciones ambientales y la debilidad de los nacientes, es ahí cuando estos hongos empiezan a desarrollarse.

Debido al empleo de sustratos no profesionales, a la falta de higiene, al exceso de agua, etc., favorecemos que estos patógenos ataquen a las semillas. No es fácil garantizar siempre y de forma constante el 100% de germinación si no se tienen en cuenta todos los aspectos aquí desarrollados.

Hermosa semilla al final del proceso de germinación.Hermosa semilla al final del proceso de germinación.

Afecciones bióticas

Las afecciones bióticas más comunes en los semilleros y que afectan a la germinación son las causadas por los hongos.

No tenemos que olvidar que las condiciones ambientales que se crean en un ambiente para semilleros, son también favorables a la mayoría de los hongos de los semilleros.

Los hongos más frecuentes responsables de las bajas en los semilleros de cannabis son: el Fusarium, Phytium, Rhizoctonia, Alternaria, Macrophomina, etc.

Para prevenir estos ataques es fundamental ser limpio, usar siempre sustratos especiales para la germinación, aplicar microorganismos beneficiosos y no encharcar durante los riegos.

Reutilizar sustrato para semilleros no es una buena práctica a realizar sin una previa esterilización.

Afecciones abióticas

Las afecciones abióticas como vimos el mes pasado son enfermedades causadas no por patógenos, sino por diferentes factores como el exceso de agua, el viento, etc.

El manejo incorrecto del riego en los semilleros es muy común entre principiantes. Frecuentemente riegan en exceso creando condiciones de encharcamiento que asfixian a la raicilla y favorecen al desarrollo de patógenos.

En la cannabis cultura la elaboración de semilleros está poco extendida a pequeña escala. Mucha personas optan por la siembra directa en suelo o en macetas grandes. La siembra directa en suelo es poco recomendable por las elevadas perdidas que ocasiona. Igualmente, la siembra directa en contenedores grandes no es viable a gran escala.

Los semilleros se han convertido en la base de la agricultura moderna, muchas explotaciones comerciales de hortalizas compran directamente a otras empresas plántulas de semillas de variedades selectas. Estas empresas saben perfectamente que una buena cosecha depende de un buen comienzo y eso es con plántulas de calidad. Las empresas productoras de plántulas precisan de altos porcentajes de germinación para ser rentables y por eso prestan una especial atención a la elaboración los semilleros.

De igual manera que una explotación comercial, para conseguir un óptimo porcentaje de germinación habrá que elaborar de forma profesional los semilleros con materiales de alta calidad.

La base de todo semillero es el sustrato, el cual debe ser esponjoso y aireado. Los sustratos muy pesados, suelen ser ricos en arcillas, y éstas no favorecen nada la germinación de las semillas de cannabis y tampoco el desarrollo posterior de las plántulas. Hay que notar que un buen sustrato para semillero no es apto para macetas grandes.

A continuación vamos a exponer uno de los métodos de germinación más fiable para semillas de cannabis. Avalado por miles de cannabicultores canarios, que desde hace más de 12 años usan este método. Este sistema de germinación fue promovido por primera vez hace casi 14 años por Alejandro Díaz (El Águila) cofundador de Vulkaniaseeds en 1998.

Como hemos visto las bajas en los semilleros pueden tener orígenes bióticos como en la foto, o abióticos. En ambos casos el resultado es la muerte del embrión.Como hemos visto las bajas en los semilleros pueden tener orígenes bióticos como en la foto, o abióticos. En ambos casos el resultado es la muerte del embrión.

Técnica avanzada de germinación

Esta técnica es una réplica a la elaborada como protocolo de germinación para el banco de semillas feminizadas Vulkaniaseeds.

La técnica aquí expuesta es muy simple, y es en dicha simplicidad donde reside el secreto.

Como hemos puntuado arriba todo el proceso de germinación debe realizarse en un ambiente con una temperatura de 24-26ºC.

Los materiales usados los podemos encontrar en cualquier casa: un vaso, agua y agua oxigenada. En el protocolo original se emplea un “Booster”, una solución oxigenada de la cual no puedo desvelar la concentración. Este “Booster” no está disponible comercialmente (¡todavía!), pero a falta podemos emplear una cucharada de agua oxigenada por cada vaso lleno de agua.

Las semillas se sumergen en esta solución oxigenada (H2O + H2O2) y se deja ahí hasta que eclosionen. Este proceso puede durar un periodo de 24-48 horas. Con este sistema y semillas frescas, recién cosechadas he podido experimentar germinaciones de pocas horas (<4 horas).

Unas observaciones a tener en cuenta:

No se aconseja usar con semillas teñidas, no disponemos de datos y por tanto no sabemos como pueden reaccionar los distintos compuestos que forman la cubierta fúngica y de color que recubren la semilla con la solución oxigenada.

No aplicar H2O2 sin diluir en agua. El agua oxigenada se usa en laboratorios para destruir la materia orgánica, por lo cual quemaría las semillas y la pequeña raíz.

No aplicar más H2O2 de la indicada, no es necesario y se corre el riesgo de quemar las raicillas.

Si fuese necesario, cada 24 horas añadiríamos un cucharada de H2O2 más, si no ha germinado en las primeras 24 horas.

¿Porqué una solución altamente oxigena?

La respuesta es la siguiente:

1) aporta más oxígenos que un simple vaso de agua, acelerando el proceso de germinación.

2) no olvidemos que el agua oxigenada esteriliza. La mayoría de los patógenos del cannabis son organismos que prefieren condiciones anaeróbicas. Por tanto en esta solución no se desarrollan. Si observamos con detalle las semillas en la solución aconsejada se recubren de pequeñas burbujas de aire que oxidan el exterior de las semillas desinfectando dicha superficie de microorganismos.

Nota: ¡las semillas pueden flotar o hundirse, eso no es síntoma de vigor!, normalmente las semillas contienen aire en su interior, eso hace que floten.

Las semillas germinadas se trasladan posteriormente a un medio especial para facilitar el desarrollo radicular. En el caso del protocolo de germinación de Vulkaniaseeds se ha aconsejado el empleo de un sustrato especial para semillero de la casa Gramoflor (www.drgrow.es) y macetas de 10cm de diámetro para el endurecimiento de las plántulas.

Para más información visita el único portal de Internet sobre el Manejo Integrado de las Plagas y Enfermedades del Cannabis y su control: www.drgrowonline.com

Tus preguntas pueden tener respuestas a través de esta noble revista o en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Para más información, pincha aquí: https://eurogrow.es/blog/germinacion-semillas-de-marihuana-n8

 Referencias:

Salami. M. 2008. Cannabis sativa L., Dr. Grow´s Productions.

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